Muere el actor francés Michael Lonsdale a los 89 años, tras una larga carrera entre Europa y Hollywood
El intérprete, que dio vida a un villano en la saga Bond, trabajó con directores como Welles, Buñuel, Spielberg, Truffaut o Amenábar gracias a su talento y a su bilingüismo
El actor francés Michael Lonsdale ha fallecido este lunes en París a los 89 años. Lonsdale ha sido uno de los intérpretes europeos más dúctiles, capaza de hacer desde el papel de Hugo Drax en la película de la saga Bond Moonraker a cine de autor bajo las órdenes de Orson Welles, Xavier Beauvois, Louis Malle, Luis Buñuel, Jean-Jacques Arnaud, Milos Forman, Steven Spielberg, James Ivory, François Truffaut o Alejandro Amenábar. En 2011, justo antes de su 80º cumpleaños, gano el César a mejor actor de reparto por su interpretación en De dioses y hombres, de Xavier Beauvois, un drama basado en hechos reales que obtuvo el Gran Premio del Jurado en Cannes y en la que encarnó a un viejo monje cisterciense libre y heroico, asesinado en Tibéhirine (Argelia). El intérprete, nacido en París en 1931, murió en su casa en esa misma ciudad, según informó su representante a la agencia France Presse.
Tras una infancia en Marruecos, Lonsdale comenzó a trabajar en el teatro en los años 50, aunque no tardó en introducirse en el cine, donde protagonizó grandes producciones internacionales como ‘Moonraker’ (1979), de la saga de James Bond.
Entre quienes han lamentado su muerte están los productores Barbara Broccoli y Michael G Wilson, responsables de las películas de 007, que en un comunicado afirmaron: “Era un actor de gran talento y un amigo muy querido. Nuestros pensamientos están con su familiar y amigos en estos tristes momentos".
Michael Lonsdale era hijo de un militar inglés y de una franco-irlandesa, de ahí su bilingüismo, que le impulsó su larga carrera. Su infancia la pasó en Marruecos hasta que en 1947 su familia pudo volver a París. Su primera intención fue ser pintor, pero lo dejó por la interpretación, que estudió con Tania Balachova. Desde los años cincuenta, en los que empezó en el teatro, no dejó de trabajar. De ahí sus más 200 producciones audiovisuales entre cine y televisión que incluyeron absolutamente todo tipo de personajes, incluidos sacerdotes y monjes, él, que fue un católico comprometido bautizado a los 22 años. Tras pequeños papeles en cine y televisión, en 1962 se puso delante de las cámaras de la mano de Orson Welles en El proceso, donde interpretó a un sacerdote en la adaptación de la novela de Franz Kafka con Anthony Perkins y Romy Schneider. Usó túnica en El nombre de la rosa (1986), de Jean-Jacques Annaud. Lució la púrpura de los cardenales en Galileo, de Joseph Losey. Llegó incluso más allá al interpretar al arcángel Gabriel en Mi vida es un infierno (1991) de Josiane Balasko. En cambio, en 2002 renunció a interpretar a un obispo en la película Amén, de Costa-Gavras, por los hechos contados en la película: la connivencia entre el Vaticano y el Tercer Reich.
Actuó además en películas como ¿Arde París? (1966), de René Clement; El fantasma de la libertad (1974), de Buñuel, Múnich (2005), de Spielberg. En 2009 interpretó a Teón en Ágora, de Amenábar, padre de Hipatia de Alejandría, a quien dio vida Rachel Weisz. Entre sus últimos trabajos están Gebo y la sombra (2012), de Manoel de Oliveira, con Jeanne Moreau y Claudia Cardinale; Les premiers les derniers (2016), del actor y director Boui Lanners. Al lo largo de su carrera participó en tres películas candidatas al Oscar a mejor filme: Carros de fuego -que lo ganó-, Múnich y Lo que queda del día, de James Ivory. Con Ivory repetiría en Jefferson en París.
Entre sus grandes títulos internacionales también están Chacal (1973), de Fred Zinneman, o El pacto de Berlín (1985) y Ronin (1998), de John Frankenheimer. Con François Truffaut rodó dos películas en 1968: La novia vestía de negro y Besos robados; con Milos Forman hizo Los fantasmas de Goya (2006); con Malle Un soplo en el corazón (1971). Además del César que ganó, fue otras dos veces candidato al premio con Nelly y el señor Arnaud (1996), de Claude Sautet, y con La question humaine (2007), de Nicolas Klotz. Si algo define su carrera es su eclecticismo.
El diario Le Monde subraya en su obituario que fue “cómplice irreductible de las vanguardias y de los autores contemporáneos, cuya aparición en éxitos de cartelera le permitió además convertirse en un rostro muy conocido del gran público”. En el teatro trabajó bajo la dirección de Claude Régy en 18 obras en las que interpretó textos de Marguerite Duras, Peter Handke o Luigi Pirandello. Él mismo cofundó en 1972, junto al músico Michel Puig, el Théâtre musical des Ulis.
El encuentro con Duras dio pie a una mayor colaboración, y Lonsdale participó después en tres de las primeras películas de Duras: Détruire, dit-elle, Jaune le soleil e India song. En esta coincidió con su gran amiga la actriz Delphine Seyrig, con la que trabajó en media docena de películas y en varias obras de teatro. Además la interpretación, Lonsdale fue un apasionado pintor, escritor de una veintena de libros, y gracias a su voz participó en varios audiolibros.
Babelia
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