El horizonte expandido de Carmen Laffón
La pintora protagoniza tres exposiciones en Sevilla que repasan su carrera desde los cincuenta y un catálogo razonado que reúne toda su producción. El CAAC presenta sus últimas creaciones de gran formato, 21 de ellas inéditas
De apariencia frágil, Carmen Laffón atesora una fortaleza y una capacidad de trabajo que para sí la quisieran muchos a los que la artista triplica la edad. A sus 86 años, la pintora sevillana se enfrenta a tres exposiciones en su ciudad. El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) será el primero en abrir el bautizado como Semestre Laffón el día 16 con 36 obras realizadas en los últimos cuatro años, la mayoría de gran formato y 21 de las cuales se exhibirán por primera vez. Le seguirá la Fundación Cajasol, la institución que posee la mayor representación de Laffón, que inaugurará su muestra el 28 de septiembre. Para terminar con el Museo de Bellas Artes de Sevilla, que el 1 de octubre revisará las obras que salieron de su primer estudio en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), cuando el paisaje de Doñana se convirtió en protagonista, entre 1975 y 1987. Un horizonte muy presente en la creación melancólica de la artista, enmarcada en la figuración, pero con un aire nostálgico dirigido más a despertar emociones que a representar figuras o paisajes.
Carmen Laffón, sentada ante El calvario, de Lucas Cranach, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, asentía este miércoles a la presentación de su semestre con los ojos chispeante de felicidad, pero también impaciente porque todo acabara y poder volver al montaje de La sal en el CAAC. “Ahora irá a casa, tomará algo ligero, se cambiará de ropa, cogerá su bata y su caja de pinturas y se irá al CAAC”, comentó su sobrino Manuel Laffón Parias, quien leyó en nombre de la artista unas palabras: “Me resulta emocionante exponer en este museo que forma parte de mi vida y que he visitado desde niña. Los domingos solía venir con mis padres, que me iban enseñando la obra de los grandes maestros y, después, he hecho varias obras en sus patios y jardines”.
Carmen Laffón, quien siempre ha rehuido hablar en público, se escudó en la mascarilla para no intervenir durante el acto. “Tenía ocho o nueve años cuando venía aquí con mis padres y me atraía todo. Especialmente los cuadros grandes y con muchas figuras. Me gustaban Murillo y Zurbarán”, comentó la artista una vez finalizada la presentación. Poco tiempo después, a los 12 años, comenzó sus clases de pintura con Manuel González Santos y a los 15 ingresó en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. Desde entonces nunca ha parado de pintar, aunque también ha realizado esculturas e instalaciones.
“Soy muy trabajadora. Le dedico a la pintura muchas horas al día”, añade la artista casi en tono de confesión. Nada nuevo entre quienes la conocen. Perfeccionista hasta la extenuación, Laffón ha pedido a veces a sus propietarios que le presten un cuadro para hacer tal o cual retoque, algo a lo que algunos acceden a regañadientes temiendo que la devolución se retrase.
“Estamos trabajando en el montaje desde el martes porque Carmen es muy exigente y nosotros procuramos estar a la altura”, comentó Juan Antonio Álvarez Reyes, director del CAAC y comisario de La sal, coproducida junto al Museo Patio Herreriano de Valladolid, que ya mostró en febrero una docena de obras de esta serie. “Cuando hicimos la anterior exposición de Carmen Laffón en el centro, en 2014, ella me comentó que tenía una idea para una serie nueva y tres años más tarde empezó a trabajar en La sal, que por ahora tiene 38 obras, casi todas de gran formato, de las que mostraremos 37. Algunas, pinturas sobre tabla que miden unos tres metros”, señaló Álvarez Reyes. La desembocadura del Guadalquivir, con las salinas de Bonanza y los esteros, es el paisaje con el que convive la artista desde su estudio en Sanlúcar y, una vez más, se convierte en protagonista absoluto de su obra.
Bajo relieves de escayola, pinturas y dibujos en los que manda el blanco de la sal, que a veces se torna grisáceo y que confieren a sus paisajes un aspecto espectral. “Es la primera vez que dos espacios artísticos de la Junta de Andalucía comparten un proyecto y nadie mejor que Carmen Laffón, la artista más representativa del último medio siglo en Andalucía, para romper esta norma”, afirmó la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo.
Además de comisariar las exposiciones del Bellas Artes y la antológica de la Fundación Cajasol, el profesor y crítico de arte Juan Bosco Díaz-Urmeneta es el autor del primer catálogo razonado que se está haciendo sobre la artista sevillana. Un ambicioso proyecto, cuya publicación está prevista para finales de este año, que reunirá unas 1.400 obras, desde su etapa de formación a partir de 1945. El catálogo, de unas 600 páginas, parte del inventario realizado por José Francisco Ortiz en las últimas dos décadas y cuenta con la edición de Juan Suárez y las fotografías de Claudio del Campo.
“En 1974 un familiar de Carmen le ofreció la parte alta de una de las grandes casas de Sanlúcar, que antes era un secadero y habían convertido en desván, para que montara su estudio. Aquello estaba lleno de puertas viejas, tableros y borriquetes que ella aprovechó para organizar el espacio. Desde su ventana pintó en 1975 un boceto y dos grandes vistas de Sanlúcar, algo que repitió en 1987. Esas obras, además de los grandes dibujos del desván que hace cuando va a desmontar el estudio en 2000 forman parte de lo que se verá en el Bellas Artes”, explicó Díaz-Urmeneta.
Para la antológica de la Fundación Cajasol, el comisario ha seleccionado 14 de las 36 obras de Laffón que forman parte de la colección y que recorren su producción de 1956 hasta 2002. Y ha añadido otras tres de coleccionistas particulares que completan el espectro de los temas tratados. Paisajes y sencillos objetos que su mano transforma en excepcionales.
Babelia
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