Sevilla estrena una gran manzana cultural de 12.000 metros cuadrados
La Fundación Cajasol remodela la Real Audiencia del siglo XVI
La Real Audiencia de Sevilla, un edificio de finales del siglo XVI reformado por Aníbal González a principios del XX y ubicado en la plaza de San Francisco frente a la fachada renacentista del Ayuntamiento, se ha convertido en la gran manzana cultural de la capital andaluza con 12.000 metros cuadrados dedicados a las artes plásticas, la literatura, el teatro y la música. La Fundación Cajasol, propietaria del inmueble, ha realizado una remodelación durante los últimos cuatro años que concluyó este lunes con la inauguración de la sala Velázquez y que ha supuesto una inversión de 4,5 millones de euros. "Hace cuatro años esto era un edificio de oficinas en el que trabajaban 500 personas y hoy se ha transformado en un gran centro cultural y social abierto a toda la ciudadanía", ha afirmado este lunes Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol.
El nuevo complejo de la Fundación Cajasol incluye siete espacios culturales independientes pero conectados que llevan nombres de distintos creadores y que se han ido incorporando a la oferta a medida que se iban terminando. "Con la puesta en funcionamiento de esta gran manzana se abre un círculo virtuoso destinado a insuflar más vida y dinamismo a la cultura y la sociedad sevillana", ha asegurado Pulido. "Nos hallamos en la zona cero de la antigua Híspalis, en la que fue Real Audiencia y Chancillería de Sevilla, y la actuación se ha realizado teniendo en cuenta tres cosas: Crear una infraestructura acorde con las necesidades de la sociedad; Realizar un intervención respetuosa con el edificio que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y, por último, completar todo el proceso sin interrumpir la actividad cultural", ha precisado el presidente de la fundación. En este año, la institución ha ofrecido unas 1.500 actividades en las que han participado más de 400.000 personas.
La remodelación de la Real Audiencia de Sevilla es obra del arquitecto Rafael Ostos, que ha seguido los criterios de sostenibilidad energética y accesibilidad total, y se suma a las sucesivas obras que han ido alterando el edificio, la última de importancia realizada en 1970 por Rafael Manzano.
La muestra Cuadros para una colección, con 16 obras desde Renacimiento hasta el siglo XXI, ha inaugurado la sala Velázquez. Las obras de esta exposición, que podrá verse hasta el 5 de enero, forman parte de la colección de la fundación que atesora unas 7.000 obras, desde piezas arqueológicas hasta arte contemporáneo, en sus sedes de Sevilla, Córdoba, Huelva y Cádiz. "Es una pequeña muestra de lo que hay que parte de la pintura antigua, con el Calvario de Pedro de Campaña y termina con políptico de Luis Gordillo, un lienzo de casi cuatro metros de 2003 titulado Velocidad supersónica a cámara lenta", ha explicado Carmen Aranguren, comisaria de la exposición. En la selección figuran también dos obras que se exponen por primera vez: un autorretrato de Antonio Saura de 1956 y el óleo El discurso de la verdad (1978), de Guillermo Pérez Villalta. También pueden verse obras de Murillo, Valdés Leal, Zurbarán, Alonso Cano; una acuarela de finales del XIX de Sorolla, Clotilde en la ventana, que sirve como transición, y piezas del XX de Barbadillo, Úrculo y Ramón Gaya. En la sala, una única escultura: el bronce Armario blanco con dos tazas (1979-1995), una sutil y evocadora pieza de Carmen Laffón, la artista sevillana, una de las grandes de la figuración española, que ha asistido también a la apertura del nuevo centro.
Los fotógrafos Juan Carlos Cazalla y Luis Serrano son los comisarios de otra de las exposiciones que se ha inaugurado también este lunes: Érase la Navidad, un recorrido fotográfico desde 1928 hasta 2018 con curiosas instantáneas de las cabalgatas de los Reyes Magos procedentes de la Fototeca Municipal de Sevilla, del archivo del Ateneo, de donde también se muestran carteles de las cabalgatas, y de varias colecciones privadas. La muestra, con 73 fotografías, se completa con una selección de juguetes antiguos del Museo de Artes y Costumbres Populares e incluye obras de muchos reporteros gráficos. Además de los comisarios, pueden verse fotografías de Tomás Díaz Japón, Francisco Cazalla, Raúl Doblado, Rocío Ruz o Manuel Olmedo.
Además, en otra de las salas de exposiciones, puede verse Una historia interminable, con figuras de belenes de todo el mundo de la colección Basanta-Martín. Y todavía hay sitio para la biblioteca, el teatro, las aulas dedicadas a talleres culturales o la sala de conferencias Antonio Machado porque 12.000 metros cuadrados dan para mucho.
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