Los Planetas lanzan ‘La nueva normalidad’ entre saqueos y trompetas

No es Un buen día, pero esa es la intención. Ayer jueves se anunció que Los Planetas lanzaban hoy viernes una nueva canción, seguramente el adelanto de un disco, la continuación de Zona temporalmente autónoma, álbum de hace ya tres años, 2017. La informaciones apuntaban a un himno generacional tipo Un buen día, aquel tema de 2000, canción estelar para muchos jóvenes de la época. Aún hoy, el aficionado no se marcha satisfecho a casa tras un concierto de los granadinos si no suena Un buen día.

Y aquí está La nueva normalidad, que comparte con aquella la impronta pop (mucho más ralentizada en la nueva pieza) y un afán en lo lírico por contar una historia de una jornada. Si en Un buen día comenzaba con “me he despertado casi a las diez y me he quedado en la cama más de tres cuartos de hora./ Y ha merecido la pena”, esta La nueva normalidad arranca con: “Entré en la tienda de Apple a llevarme unas tabletas./ Destrocé el escaparate y le prendí fuego a la tienda”. Los tiempos han cambiado y hemos pasado de la pereza festiva de un veinteañero al descreído y radical cuarentón.

Musicalmente, la canción, que dura casi seis minutos (5,58 exactamente), se aleja de las densas atmósferas psicodélicas y flamencas de sus últimas obras y ofrece un pop que el oyente escucha con un leve balanceo de cabeza. Una de las novedades es la inclusión de la trompeta, instrumento nada habitual en la larga carrera del grupo. La canción llega con una portada realizada por el diseñador Javier Aramburu, que salvo en alguna ocasión ha sido su ilustrador de cabecera del grupo. Aramburu trabaja sobre la famosa imagen del actor Malcolm McDowell en la película La naranja mecánica, de Stanley Kubrick.

En cuanto al texto, se trata de un relato de un día de saqueo. Habla de la Quinta Avenida, de reventar almacenes, de coger televisores, de robar ordenadores y Louis Vuittones, de empotrar camiones, de prender fuego a tiendas, de robar armas y “armar nuestra revuelta”. Se mueve en una línea crítica y política con todo lo que está pasando. Mucha importancia para el vídeo, donde se suceden imágenes reales de saqueos y revueltas, la mayoría recientes, de Venezuela o de Estados Unidos por la muerte de George Floyd.

Con la pantalla partida (unas veces en dos, otras en tres), se introducen bocadillos de textos al estilo de un cómic con comentarios que le dan un tono humorístico. El vídeo se despide con un “continuará”..., con lo que se intuye que es posible que sea el adelanto de un disco largo. Todo en La nueva normalidad desprende esa provocación socarrona que últimamente ha caracterizado al grupo.