La reinvención de una galería: exposiciones en cadena, casi por sorpresa

Sentencian los gurús de la autoayuda que toda crisis es una oportunidad. Y cabe reconocer que, efectivamente, el frenazo en seco causado por la covid-19 ha permitido o incluso forzado a emprender un ejercicio de introspección. Las galerías de arte no han sido una excepción.

Por prestigio y trayectoria, Maisterravalbuena es una de las galerías más asentadas de la escena española. Fundada en 2007 por Pedro Maisterra (Pamplona, 1976) y Belén Valbuena (Burgos, 1978), fue de las primeras en establecerse en la calle madrileña de Doctor Fourquet, cuenta con una interesante selección de artistas internacionales y forma parte del Comité de ARCO. Este lunes arrancó Encuentro, su nuevo ciclo de exposiciones, y nadie debe esperar una inauguración al uso.

La iniciativa tendrá un principio y un final, pero no habrá cena privada, ni vernissage oficial. Quienes se acerquen a la galería hasta el 6 de febrero de 2021 (la fecha final) muy probablemente encuentren con algo distinto cada vez. Tienen previsto cambiar hasta 10 veces las obras expuestas, de modo que la obra de los 29 artistas seleccionados (“el número 30 es el espectador”, puntualizan los galeristas) se mostrará, según el caso, en muestras individuales, en dúo o colectivas. Las fechas de relevo —siempre lunes— aparecen en el calendario del cartel diseñado por Néstor Sanmiguel Diest (él mismo representado por la galería y presente en la selección), pero hasta el último momento no se sabrá quiénes son los próximos artistas. Nada de esto se corresponde con la forma en que habitualmente se hacen las cosas en el sector.

Hasta en diez momentos cambiarán las obras expuestas

“No nos interesa diferenciarnos por el mero hecho de diferenciarnos”, aclaran Valbuena y Maisterra. “En realidad es al revés, decidimos hacer lo que toca”. Como ocurre con cualquier hallazgo, para llegar hasta ese “lo que toca” ha hecho falta recorrer un camino. Durante los primeros días del confinamiento, con la galería cerrada y la actividad comercial casi detenida, dedicaron largas videoconferencias a discutir sobre cuáles debían ser sus próximos pasos: “Descubrimos que había muchas cosas que como galeristas estábamos dando por hecho, y nos preguntamos: “¿Y si…?” Decidimos hacer algo excepcional para un momento excepcional”.

También vieron claro qué es lo que no querían hacer. Así, renunciaron a la tendencia de encuentros virtuales y muestras online: “Hasta que no mejore la tecnología, una exposición online no es una exposición. Llámalo muestrario, si quieres. Eso no quiere decir que no estemos online. Hemos enviado fotos de obras por whatsapp, y el coleccionista ha comprado. ¿O esto no es negocio online?”.

Revisando el programa, llama la atención la heterogeneidad de los artistas. La apertura correrá a cargo de la pintora realista española Amalia Avia y la argentina Sarah Grilo, entre quienes hay muchos puntos de contacto y muchas divergencias. No faltarán después otros clásicos fallecidos durante el presente siglo como Nancy Spero, Eduardo Paolozzi o Miguel Ángel Campano, este último artistas en pleno revival tras su reciente exposición del Museo Reina Sofía. También se mostrarán las obras de pesos pesados en activo como Rebecca Horn o Soledad Sevilla. El arte de la Movida también estará representado gracias al dúo Costus y al siempre escurridizo Zush. Junto a todos ellos, también habrá sitio para tres creadoras que no han cumplido aún la treintena Ana de Fontecha, Mar Cubero y Julia Huete. Y, naturalmente, se cuenta con la nómina habitual de la galería, ya de por sí bastante ecléctica: María Luisa Fernández, José Luis Alexanco, B. Wurtz o Jerónimo Elespe, entre otros. En esto subyace una evidente labor de comisariado, solo que, de nuevo contra lo que dicta la costumbre, no es obra de un agente externo sino de los propios galeristas: “Queremos reivindicar que al seleccionar al grupo de artistas que representas también haces comisariado”.

Otra reivindicación que incorpora Encuentro es la galería como comunidad, más allá de su función como establecimiento comercial o expositivo. Una comunidad que está formada por artistas, visitantes y también por los coleccionistas que garantizan su supervivencia. “Ellos no vienen solo para comprar, sino también para sentirse bien. Por eso la idea es que, vengas cuando vengas, siempre encuentres algo que esté increíble. ¿Qué puede salir mal ante buenas obras de arte? Pues nada”.

El final del proyecto casi enlazará con la próxima edición de ARCO, programada entre el 24 y 28 de febrero

El final de la exposición casi enlazará con la próxima edición de ARCO (programada entre el 24 y 28 de febrero), lo que permitiría completar un ciclo de cierto peso simbólico, dado que la feria madrileña fue justamente el último gran encuentro artístico internacional que llegó a celebrarse antes de la emergencia sanitaria. “Las ventas de este ARCO nos permitieron salir adelante con lo que llegó después”, admiten. “Y esperamos celebrar su 40ª edición el año próximo”. Entre tanto, y hasta nueva orden, también se mantienen las convocatorias de Frieze London (octubre de 2020) y Art Basel Miami Beach (diciembre). En las dos participará Maisterravalbuena.

Está por ver la huella que esta iniciativa de Encuentro deje en su forma de funcionar en el futuro: “La experiencia impondrá cambios y nos ayudará a distinguir qué es importante y qué no. Tenemos un local y unas horas de apertura. A partir de ahí, todo es modificable”.