Bogotá busca desincentivar las corridas con la prohibición de matar al toro
El Concejo de la ciudad aprueba un acuerdo que impide la violencia contra el animal. La alcaldesa, Claudia López, aplaude la decisión, pero aún no ha firmado la medida
Bogotá tiene una larga disputa por las corridas de toros, pero esta semana el Concejo de la capital colombiana ha tomado una decisión que puede cambiar la forma en que se realizan las corridas de toros en la ciudad e impactar las del país andino. Más de 30 concejales han aprobado un acuerdo que desincentiva las corridas de toros con lo cual, si la decisión queda en firme, estas se harían sin que el toro muera en el tablado.
El acuerdo contempla cinco medidas: la eliminación de objetos que laceren, mutilen, hieran a los animales o los maten —como ocurre en países como Portugal—; la reducción de fechas taurinas, que pasaría de ocho a tres en la plaza La Santamaría; que los empresarios taurinos asuman la totalidad de los gastos de las temporadas y el costo de la seguridad que presta la Policía, que paguen más impuestos y que en las corridas haya publicidad sobre el maltrato animal, como en las cajas de cigarrillos. “Es una decisión histórica porque es la primera iniciativa que prospera en un ejercicio de autonomía territorial y por el contenido del acuerdo”, ha dicho a EL PAÍS Andrea Padilla, concejal del Partido Alianza Verde, y quien ha liderado la propuesta.
Aunque los movimientos antitaurinos en Colombia apuestan por la eliminación total de las corridas, algo que según el Tribunal Constitucional solo puede decidir el Congreso de la República, en el caso de Bogotá han optado por este tipo de regulación que los concejales ven como un camino intermedio. “La discusión estaba cerrada en la Corte Constitucional y paralizada en el Congreso, que está llena de taurinos y ganaderos. Lo que hace el Concejo es buscar una salida jurídica”. Padilla, que pasó de ser activista del grupo Colombia sin Toreo a concejal, agrega que los movimientos animalistas estaban detenidos en el debate sobre si se prohíben o no. “Buscamos que no las prohíba, no porque no queramos sino porque no tenemos la facultad, y apostamos por medidas que desincentiven, lo que claramente es el inicio del fin de las corridas de toros porque los taurinos no tienen interés de hacer una actividad sin sangre. Para ellos eso es desnaturalizar su práctica”.
En efecto, los empresarios taurinos están sorprendidos y molestos con la medida del Concejo que ven como un “exabrupto judicial” y aguardan la decisión que tome la regidora de Bogotá, Claudia López. “No es ningún punto medio porque nosotros estamos protegidos por la Ley”, ha dicho a este diario Manuel Alberto Cediel, empresario de corridas de toros. Para él, se trata de un asunto político que tendrá impacto en las próximas elecciones presidenciales. “Es evidente que este acuerdo municipal va en contravía de la Constitución, esto será un termómetro muy grande para alguien que, como Claudia López tiene aspiraciones de llegar a la Presidencia. Veremos si actuará como demócrata o se guiará por sus caprichos y gustos personales violando los derechos de unas minorías. Ella gobierna para todos no solo para un sector que es animalista”, ha agregado.
La alcaldesa deberá sancionar el acuerdo en los próximos días. Pero ya se vislumbra en qué sentido será su decisión. Un día después de conocerse la medida del Concejo, se expresó a través de su cuenta de Twitter. “Felicitaciones a Andrea Padilla por la iniciativa y al Concejo por esta decisión de desincentivar el toreo en Bogotá. Nos propusimos respetar todas las formas de vida y así lo haremos en virtud de la decisión ciudadana y autonomía de nuestro territorio”, escribió López y finalizó con Orgullo Verde por ser una propuesta adelantada por el Partido Verde.
Para el también concejal Juan Baena, coautor de la propuesta, por el partido Bogotá para la gente, el acuerdo evidencia que hay una nueva camada de concejales jóvenes muchos de los cuales venían del activismo. El acuerdo se ha sellado con 32 concejales a favor y la ausencia de votación de 13. Y solo ha tenido objeciones en su propuesta de prohibir el consumo de bebidas alcohólicas durante las corridas. “Es una regulación bastante nuestra. No hubo una sola persona que defendiera el toreo. Eso habla de una evolución en la conciencia animalista y en la cultura”, ha dicho Baena. Tanto él como Padilla saben que se viene una avalancha de demandas inmediatamente después de que la alcaldesa sancione el acuerdo pero creen que la medida tomada en Bogotá puede ser inspiración para otros concejos de ciudades pequeñas de Colombia donde aún se practica la tauromaquia.
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