Triunfo y muerte de una generación de estrellas del rap
El fallecimiento de Juice Wrld aumenta la lista de jóvenes músicos devorados por las drogas y la violencia. Algunos familiares culpan a sus discográficas
El último mensaje en Instagram es del pasado 3 de diciembre, nada más terminar una gira por Australia. “Ayer fue mi cumpleaños de verdad y lo voy a celebrar toda la semana”, escribía el rapero Juice Wrld. Lo siguiente son mensajes de condolencias. Los escriben artistas de su generación, como el músico iLL Chris, el cómico Haha Davis o el director de videoclips Cole Bennett. Cinco días después de aquel mensaje, el 8 de diciembre, Juice Wrld iba de camino a Chicago en un avión privado cuando se empezó a sentir mal. Perdió el conocimiento tras aterrizar. Murió en el hospital. Su verdadero nombre era Jarad Anthony Higgins y tenía 21 años.
El viernes aún no se conocía oficialmente la causa de la muerte. Según los testigos que estaban con él, Higgins ingirió una gran cantidad de Percocet, un potente analgésico. Según esta versión, recogida por el portal TMZ, la policía estaba esperando en el aeropuerto para registrar el avión porque había recibido el soplo de que a bordo había armas y drogas. El rapero estaba intentando esconder las drogas.
Ha ocurrido antes que la cultura de las drogas en la música se cebe especialmente con una generación. Entre julio de 1969 y julio de 1971, los excesos del rock se llevaron por delante a Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison. Todos murieron a la misma edad, 27 años. La cultura popular lo llama el club de los 27. Eran cuatro de los grandes nombres de la segunda oleada de los sesenta que prometían marcar la década siguiente. La muerte de Juice Wrld ha venido a ser una siniestra analogía. La generación de raperos alrededor de los 20 años que han crecido en Instagram y SoundCloud está viviendo un momento parecido. En vez de discos, tienen móviles y en vez de heroína, analgésicos como el Percocet.
Cuando se recuerde a esta generación de músicos, la historia comenzará el 15 de noviembre de 2017. El rapero neoyorquino Lil Peep, cuyo nombre real era Gustav Åhr, fue hallado muerto tras una sobredosis de fentanilo y Xanax. Su manager se lo encontró inconsciente en la autocaravana en la que descansaba antes de un concierto en Tucson. “Llevaba un año temiendo esta llamada”, escribió en Twitter su representante. Lil Peep hablaba de su adicción y depresión en sus canciones, y era una de las voces más conocidas de un estilo de rap personal y sensible surgido en los últimos años. Para seguir con las analogías macabras, tenía 21 años.
Su muerte llamó la atención sobre todo un género. Chavales adolescentes estaban grabando sus propias canciones de rap y colgándolas en la plataforma SoundCloud. Fuera de cualquier sistema de discográficas o promoción, han crecido siendo completamente libres para contar en directo su abuso de las drogas, su depresión y la violencia a su alrededor. El llamado rap de SoundCloud es muy adolescente, muy crudo y a la vez muy sensible, con medios de producción prácticamente caseros. De ahí salieron Lil Pump o XXXTentacion y, en otro orden musical, Billy Eilish. Son las discográficas las que van a ellos cuando ya se han convertido en fenómenos en el mundo de los móviles de los adolescentes.
Esas estrellas conocidas en los patios de los institutos pasaron a salir en la revista XXL en 2016 y en The New York Times en 2017. Había nacido un género de hip hop sensible de instituto consumido en el móvil. Y, a la vez, empezó a morir. Siete meses después de la conmoción por la muerte de Lil Peep, el 18 de junio de 2018 el rapero XXXTentacion falleció a tiros en un aparente robo en Florida. Su nombre real era Jahseh Dwayne Ricardo Onfroy y tenía 20 años. En sus canciones hablaba de hundimiento y drogas, y de cara a sus fans había cultivado una imagen de peligroso fuera de la ley.
Menos de 24 horas después de su muerte, un tiroteo en Pittsburgh se llevó por delante a otro joven rapero: Jimmy Wopo se encontraba en su coche cuando le dispararon dos veces, desde otro vehículo. Tenía 22 años y antecedentes por tráfico de drogas.
En septiembre, se publicó Falling down, una canción conjunta de Lil Peep y XXXTentacion, ambos fallecidos. Y a las muertes de estos adolescentes se sumó la del rapero Mac Miller (Malcolm James McCormick). Fue hallado sin vida en su casa en Studio City, California, tras una sobredosis. Tenía 26 años y era una especie de hermano mayor de la generación de SoundCloud, lo suficiente como para haber tenido una carrera más convencional. En los meses anteriores a su muerte había roto su relación con la cantante Ariana Grande.
Las preguntas
Con la muerte de Juice Wrld han comenzado las preguntas. Su madre dijo en un comunicado que su hijo “luchaba contra la dependencia de medicamentos” y que esperaba que “las conversaciones que inició con su música y su legado ayuden a otros a vencer sus batallas, eso es lo que más quería”. Hay quien se ha apresurado a hablar del club de los 21. Uno de sus contemporáneos, el rapero Trippie Redd (20 años), publicó un mensaje en Instagram el martes que decía: “No vamos a hacerlo más. Ya no vamos a tomar nada que no sea hierba. Punto. Cuando digo nosotros, digo nosotros como grupo, todos, toda la música emo. Nada de drogas”.
Las sobredosis de estos artistas fueron accidentales, pero ya comienzan a volverse las miradas hacia una industria de la música a la que se acusa de ser capaz de todo para hacerse con el talento de estos chavales. XXXTentacion había suscrito un contrato de 10 millones de dólares (unos nueve millones de euros) antes de morir. Lil Pump ha firmado por ocho millones. Ese era el mundo en el que se estaban metiendo estos adolescentes: de su habitación al avión privado. En una entrevista con el Daily Mail, una exnovia de Juice Wrld lo describía como depresivo y señalaba que las discográficas estaban tan desesperadas por ficharlo que “le daban cualquier cosa”, en referencia a su adicción a los medicamentos.
La madre de Lil Peep, Liza Womack, ha puesto una denuncia en Los Ángeles contra la agencia de representación de su hijo como responsable de su muerte por negligencia. La denuncia afirma que el séquito de Lil Peep “promovió y animó” la adicción a las drogas de su hijo como una forma de controlarlo en las giras.
En verano de 2018, Juice Wrld publicó una de sus canciones más conocidas, Legends. Era un homenaje a sus compañeros de generación Lil Peep y XXXTentacion. Desde el pasado 8 de diciembre, la letra tiene un significado completamente nuevo: “¿Qué es el club de los 27? / Nosotros no pasamos de los 21 (…) Me dicen que soy una leyenda / Pero ya no quiero ese título / Porque parece que todas las leyendas mueren / ¿Qué mierda está pasando?”.
Un rastro de balazos y sobredosis
Lil Peep. Su nombre real era Gustav Åhr y fue hallado muerto tras una sobredosis de fentanilo y Xanax el 15 de noviembre de 2017. Tenía 21 años.
XXXTentacion. Falleció el 18 de junio del año pasado tiroteado en un aparente robo en Miami (Florida). Tenía 20 años.
Jimmy Wopo. Murió a los 22 años el 18 de junio de 2018 tras un tiroteo en la ciudad de Pittsburgh (Pensilvania, EE UU). La muerte del rapero a balazos ocurrió menos de 24 horas después de que fueses asesinado XXXTentacion en Miami.
Mac Miller (Malcolm James McCormick). Fue hallado sin vida el 7 de septiembre de 2018 en su casa en Studio City, California, tras una sobredosis. Tenía 26 años.
Juice Wrld. Tenía 21 años y falleció tras encontrarse mal el pasado 8 de diciembre de 2019 en su avión privado camino de Chicago.
Lil Reese. Tiene 26 años. Acaba de salir del hospital tras haber estado en estado crítico al recibir un disparo en el cuello el 11 de noviembre en un suburbio al sur de Chicago (EE UU). De momento, se teme que su voz puede haber sido dañada.
Babelia
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