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Crítica | Los Bando
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El algoritmo del musical familiar

Un producto que está dirigido para ver en familia o por niños y niñas al borde de la adolescencia

Javier Ocaña
Imagen de 'Los Bando'.
Imagen de 'Los Bando'.

Desde hace algo más de una década Disney Channel ha ido imponiendo un modelo de película familiar e infantil con unas particularidades tan marcadas que a veces parecen historias creadas por un algoritmo: diversidad de razas y edades, actitud levemente traviesa dentro de un conservadurismo bajo control, fuerte presencia de la música, enseñanza social y moral dentro de unos parámetros donde lo esencial es la defensa de la familia y, claro, desenlace feliz.

LOS BANDO

Dirección: Christian Lo.

Intérpretes: Tage Johansen Hogness, Jakob Dyrud, Jonas Hoff Oftebro.

Género: familiar. Noruega, 2018.

Duración: 94 minutos.

Un prototipo que ha creado escuela en el mundo occidental en series y películas mejor o peor producidas, pero siempre con la vista puesta en sus personajes, sus estructuras y, principalmente, su tono. Y aquí está la noruega Los Bando para confirmarlo, quizá con un grado de atrevimiento mayor en las actitudes de los críos protagonistas, pero sin forzar una máquina lejos de la revolución, en un producto que al fin y al cabo está dirigido para ver en familia o por niños y niñas al borde de la adolescencia, esa edad en la que ya empiezan a mirar a sus padres con cierta ojeriza si se les molesta o pretende dirigir en sus ratos de ocio.

Road movie con inevitable trayecto moral para sus cuatro protagonistas, tres chicos y una chica de entre 9 y 17 años (una violonchelista, un guitarrista, un baterista y un aspirante a conductor de rallies para conducir la furgoneta, todo perfecto), que viajan por media Noruega para presentarse a un concurso juvenil de rock, Los Bando contiene unas estimables canciones, está bien producida y su tono está lejos de la grima que demasiadas veces va a asociada a este tipo de película. Las enseñanzas para los hijos son quizá demasiado obvias, pero no sobran, y los personajes más negativos son los padres, como debe ser. Al final aprenden todos, tocan en el concurso, se encuentran a sí mismos y no se disparan las dosis de azúcar. El algoritmo ha vuelto a funcionar.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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