La Bienal de Novela Mario Vargas Llosa arranca con polémica por la escasa presencia de mujeres
Los organizadores defienden el programa mientras los cinco finalistas del premio de la cita literaria presentan sus obras
Los escritores Antonio Soler, Rodrigo Blanco Calderón, Gioconda Belli, Manuel Vilas y Gustavo Faverón se sientan para explicar al público las razones por las que sus novelas han sido nominadas al Premio de la III Bienal de Novela Mario Vargas Llosa. Así ha arrancado la cita literaria este lunes en la ciudad de Guadalajara (México) que, además, se ha visto envuelta en una polémica por la escasa presencia de mujeres en las charlas, el jurado y los finalistas.
Cuatro hombres y una mujer son los candidatos a recibir el galardón el próximo jueves y es esta escena la que previeron un centenar de autores hispanoamericanos al redactar una carta en la que señalaron la falta de perspectiva de género de los organizadores. “Las instituciones literarias siguen organizando y promoviendo espacios en los que la participación de mujeres aún es minoritaria o nula y, cuando se cuestiona, sus responsables recurren a una visión meritocrática falaz, en lugar de combatir desde dentro los privilegios masculinos”, se lee en el texto.
“No seguimos otro criterio más que la calidad literaria”, defiende Juan José Armas Marcelo, director de la Cátedra Vargas Llosa, una de las organizaciones que lleva el festival. Los escritores que han firmado la carta han apuntado que entre los panelistas hay 13 hombres y tres mujeres, así como un jurado formado por cuatro escritores y una autora. “Es irrefutable que el jurado está compuesto por cuatro hombres y una mujer, pero es para tenerlo en cuenta”, reconoce el portavoz de los organizadores, que además ha asegurado que al menos una decena de escritoras rechazaron la invitación a la bienal.
Armas Marcelo cuenta que el proceso para seleccionar a los candidatos al premio no distingue de género. Un grupo de escritores y editores leen las obras propuestas por la bienal –en esta edición comenzaron la competición unas 400 novelas– y a partir de allí los organizadores se quedaron con 10 finalistas. “La criba se hace con mucho rigor”, comenta el organizador. La elección final es la de los cinco autores que se han sentado la tarde del lunes a contar las historias de cómo construyeron sus publicaciones. Entre la decena de novelas finalistas había tres con mujeres como autoras: solo la nicaragüense Gioconda Belli llegó a la selección final con Las fiebres de la memoria.
Entre las escritoras que también aspiraron al galardón está la mexicana Mónica Lavín. La autora ha asistido a la bienal para participar en un par de las 11 mesas de diálogo como invitada tras haber sido parte de los 10 finalistas. “No le vamos a pedir equidad de género al jurado, yo creo que en el arte no se puede pedir eso”, comenta a EL PAÍS. Lavín insiste en que escritores de ambos géneros cuentan con las mismas oportunidades para competir y para participar en las charlas del encuentro. La autora de Yo, la peor ha lamentado que la crítica a los organizadores pueda empañar a los premiados y sus obras. “Si gana una mujer [el resultado] va a ir con el sesgo de que es porque estaban criticando la bienal; si no gana [una mujer] dirán que es porque eran más hombres en el jurado”, dice.
Los nominados charlaron sobre sus novelas, sin hacer mención de la carta que critica la bienal. Belli, Vilas y Faverón contaron las historias personales que inspiraron sus textos, mientras que Soler y Blanco Calderón hablaron de las ciudades y realidades que les empujaron a desarrollar sus historias. “¿Por qué no intentar convertir una ciudad en literatura?”, se preguntó, por ejemplo, Soler. El galardón está dotado de 109.000 dólares y el jurado decidirá al ganador el próximo jueves para después dar a conocer al ganador que recibirá el premio de manos del Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa.
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