Viento a favor para la Torre Eólica de 170 metros, el nuevo icono sostenible de Valencia
El puerto modificará su proyecto energético para posibilitar la construcción del innovador edificio autosuficiente de molinos verticales del arquitecto Fran Silvestre
La Torre Eólica será el nuevo icono sostenible y vertical de Valencia. Se alzará 170 metros sobre el nivel del mar, como un monolito blanco sobre la punta de la bocana Sur del puerto de la ciudad. Un faro compuesto por un millar de molinos verticales y placas fotovoltaicas para autoabastecerse y generar energía con el fin de venderla y hacer rentable la inversión privada de 13 millones de euros que se necesitan para su construcción.
Ahora, después de 10 años de estudios, innovaciones y presentaciones, el proyecto, diseñado por el arquitecto Fran Silvestre, con la colaboración de la Universidad Politécnica de Valencia y el Instituto Tecnológico de la Energía, va viento en popa. Ha superado uno de los últimos escollos que se había presentado. Su instalación podía afectar al futuro parque eólico que el puerto de Valencia planea levantar en cumplimiento de la directiva europea en virtud de la cual todas las instalaciones de este tipo deberán ser autosuficientes energéticamente en 2030.
El presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Aurelio Martínez, manifestó a este periódico esta semana que se ha decidido modificar el proyecto del parque, cambiando su ubicación inicial, para que el radio de acción de la Torre Eólica no les afecte y reste capacidad de generación de energía a sus futuros molinos de aspas. "Valoramos también el efecto icónico de la torre", señaló.
No en vano, la Torre Eólica pretende aunar arquitectura, ingeniería y ecología. "Hemos estado 10 años investigando en el proyecto, introduciendo las innovaciones tecnológicas. Su peculiaridad es que por primera vez se usa la energía eólica de eje vertical dentro de una torre. Es una gran ventaja porque al no tener un eje horizontal de aspas, como los molinos convencionales, se puede poner dentro del entorno de la ciudad, no hace falta transportar la energía lejos, no produce ruidos y es inocuo para la avifauna", explica el arquitecto, cuyo estudio radicado en Valencia ha abierto sucursal en China. Por otro lado, continúa Silvestre, "este eje vertical procede menos energía, un 75% de la eficacia de los otros molinos". La torre producirá tres megavatios, suficiente para sostener energéticamente, por ejemplo, a Marina de Valencia, donde hoy se ubica Lanzadera, la incubadora de empresas de capital privado impulsada por Juan Roig, presidente de Mercadona.
Silvestre asegura que en un año se puede construir la torre, financiada por el fondo privado de inversiones Net de Gerrers, que dirige el empresario valenciano Eduard Navarro, una vez resueltos los trámites administrativos, que incluyen la exposición del proyecto al asentarse sobre suelo público en una concesión por decenas de años que se ha de arbitrar. "El próximo 27 de marzo se celebrará la comisión delegada del Consorcio Valencia 2007", explica Vicent Llorens, el director general de este organismo. Fue creado con motivo de la celebración de la Copa América y de las importantes obras de ampliación que abrieron una nueva marina que prolonga la dársena histórica del puerto.
Llorens ofreció "la parcela comercializable" a los promotores del proyecto. Tanto el Ayuntamiento como la Generalitat y el Gobierno han mostrado su interés por la instalación de la Torre Eólica, que será un atractivo icónico para la ciudad y, además, un laboratorio de energías renovables [se instalará en la base de la torre]", añade Llorens. Confía en que en el plazo de dos años, la torre podría empezar a funcionar como un faro monolítico del puerto de Valencia, que será pionero en incorporar pilas de hidrógeno como energía para algunas operaciones de carga y descarga y está cerca de ocupar la cuarta plaza del puerto alemán de Bremerhaven en la clasificación europea de tráfico de contenedores, liderada a distancia por Rotterdam, Amberes y, en menor medida, Hamburgo.
La torre se emplazará fuera del cono de aproximación de los aviones al aeropuerto de Manises, lo que no supondrá un problema para la navegación aérea como se llegó a plantear con la Torre de Telecomunicaciones de más de 300 metros de altura que diseñó Santiago Calatrava para la Ciudad de las Artes y las Ciencias como el hito vertical de Valencia. Un hito que no se erigió y del que ahora toma el testigo la Torre Eólica cuyo fuerte impacto visual y paisajístico vendrá dado por su emplazamiento frente al mar, por su estructura metálica envolvente y blanca que protegerá los molinillos y por su atractivo diseño de forma monolítica. Todo ello redundará en el carácter icónico y sostenible del nuevo hito vertical de la ciudad. Al menso, esa es la intención.
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