El año más loco de los Oscar
La gala de este domingo, la más abierta de las últimas ediciones, llega tras una retahíla de decisiones polémicas en la organización de unos premios que, más que nunca, apuntan a la diversidad
A pocas horas de que arranque la 91ª edición de los Premios Oscar, la más abierta de los últimos años en su lucha por el galardón gordo de la noche, el de mejor película, es buen momento para recordar cómo ha llegado la Academia de Hollywood hasta la gala: a trancas y barrancas, tomando decisiones de las que se desdecía días después, logrando que se enfadaran sus propios miembros con ocurrencias como entregar cuatro Oscar durante las pausas publicitarias de la retransmisión televisiva.
Oscar a la película más popular. A inicios de agosto, la Academia anunció una nueva categoría. Y no era para el mejor especialista, o para actores de motion capture, profesionales que llevan años reclamando su reconocimiento. No, era para la película más popular. Sin explicar cómo se elegiría —¿por taquilla? ¿por votación de espectadores?— la estatuilla contradecía el espíritu de los premios: galardonar la calidad. Que no está reñida con la cantidad de espectadores, como demuestran los Oscar en los años setenta. En el fondo parecía un movimiento de Disney, propietaria de Marvel, para que Black Panther apareciera en la ceremonia. Pero para eso, ¿no se había ampliado el número de candidatos al Oscar a la mejor película? Un mes más tarde, la Academia reculó con un comunicado con frases como "La concesión de un nuevo premio ha producido una amplia gama de reacciones y reconocemos que necesita una mayor discusión con nuestros miembros".
Sin presentador. En época de redes sociales, más vale repasar con lupa el pasado digital de cualquier profesional a la hora de encargarle una nueva labor. Kevin Hart pareció a ojos de la Academia una gran decisión para presentar los Oscar a inicios de diciembre como cómico afroamericano muy popular en su país —en el resto del mundo no tiene tirón—. Sin embargo, nadie había mirado sus tuits: al inicio de su carrera escribió varios con chistes homófobos. En dos días, renunció al cargo, y los Oscar no tendrán presentador. No es la primera vez, aunque desde 1989 —la gala que arrancó con un número musical en el que Rob Lowe bailaba con Blancanieves— no había pasado. En el diario Angeles Times, los productores de la gala, Donna Gigliotti y Glenn Weiss, aseguran que en octubre ya se plantearon no tener presentador. En realidad, les vendrá bien si quieren que la gala dure menos de tres horas.
¿Se canta o no se canta? Primero la Academia anunció que solo se interpretarían en directo dos de las cinco canciones candidatas al Oscar. Ahora, ¿quién iba a hacer la selección? Dio marcha atrás en su decisión y se escucharán las cinco, con la favorita, Shallow, de Ha nacido una estrella, interpretada por Lady Gaga y Bradley Cooper. Finalmente, solo serán cuatro, porque Kendrick Lamar y SZA no están disponibles para cantar All the Stars, de Black Panther. La gala arrancará con una actuación de Queen, defendida por los productores del espectáculo con esta frase: "Bohemian Rhapsody ha recaudado más de 800 millones de euros en todo el mundo, de ellos 100 en Japón".
Cuatro Oscar durante la publicidad. La Academia de Hollywood anunció en verano que algunos premios se darían durante los descansos publicitarios de la retransmisión televisiva. Y en febrero concretó: serían los de montaje, fotografía, maquillaje y peluquería y corto de ficción (donde compite el español Madre, de Rodrigo Sorogoyen); en las siguientes ediciones serían otros. ¿Por qué empezar por estos cuatro, dos de ellos —montaje y fotografía— considerados de los importantes? ¿Por qué no otros, menos importantes, como los dos que se dan a sonido? Curiosamente, la cadena ABC, que retransmite la gala, pertenece al conglomerado Disney. Y las producciones Disney han logrado candidaturas en todas las categorías, menos en cuatro: montaje, fotografía, maquillaje y peluquería y corto de ficción. Una legión de cineastas clamó contra la injusticia y hace 10 días la Academia echó marcha atrás: todas las estatuillas se entregarán durante la retransmisión.
Netflix y el Oscar principal. En las últimas décadas, nunca ha habido una carrera tan abierta por el Oscar a mejor película. Las galas de premios previas que sirven como pista no han coincidido: el gremio de directores eligió mejor película a Roma (como los Bafta británicos); los escritores cinematográficos, a Eight Grade (que ni siquiera está en los Oscar) y a ¿Podrás perdonarme algún día? (que no está seleccionada para la estatuilla principal); los actores, a Black Panther; los productores, a Green Book; y los montadores, Bohemian Rhapsody y a La favorita. ¿Es Roma la mejor colocada? Netflix solo ha ganado otro Oscar en largometrajes —el año pasado por el documental Ícaro— y The New York Times cuenta que si el filme costó 15 millones de dólares, la plataforma digital se ha gastado el doble en esta carrera a los Oscar, contratando para esta campaña a Lisa Taback, publicista procedente de Miramax, y por tanto maestra en las artimañas de Harvey Weinstein. En cualquier caso, Hollywood ya ha abrazado a Netflix como uno de los suyos: en enero admitieron a la plataforma en la MPAA, la asociación que agrupa a los seis grandes estudios —ahora siete—, la patronal de Hollywood.
Más de un año de #MeToo. No ha pasado ni año y medio desde que estalló el caso Weinstein, y parece que ha transcurrido un siglo. Sin embargo, algunas cosas no han cambiado a pesar del impulso del #MeToo. Este año hay 51 mujeres candidatas —si no se cuentan las categorías marcadas por el género, como las de interpretación, y la de película de habla extranjera, que se cuantifica por el país—, mejorando el año pasado, que hubo 44. Es un avance, aunque minúsculo: los hombres suponen el 75% de los candidatos. En 2006 las mujeres solo alcanzaban el 18%, según un estudio de Women's Media Center. Curiosamente, el 40% de las 100 películas más taquilleras de 2018 tenían a una mujer como protagonista o coprotagonista.
Premios inclusivos. Este es el año en que más negros han ocupado papeles principales en películas en más de una década, según un estudio de la Universidad del Sur de California que comenzó a hacer este análisis en 2007. En aquel año, los negros suponían el 13% de los protagonistas. En las 100 principales películas del año pasado, el porcentaje de papeles principales interpretados por negros había subido al 28%. En la taquilla, películas como Black Panther o Crazy Rich Asians han roto récords, con una segunda fila de películas como Infiltrado en el KKKlan o Green Book, aparte de que la película más admirada, comentada y nominada del año es Roma, 100% mexicana y con una protagonista indígena. Este año hay 15 nominados negros entre los 212 en total. Es la primera vez que dos trabajos nominados a la mejor película (Black Panther e Infiltrado en el Klan) están dirigidos por afroamericanos. No hay nominados negros al mejor actor o actriz principal. Pero Mahershala Ali y Regina King son los grandes favoritos para el Oscar como actores secundarios. Ali podría ser el primer actor negro —y musulmán— de la historia en ganar dos Oscar de esta categoría. Ruth Carter podría ser la primera mujer negra que gane el Oscar al mejor vestuario por Black Panther. También en esa película, Hannah Beachler es la primera mujer negra nominada al mejor diseño de producción.
Jordan Peele, productor de Infiltrado en el Klan, es el primer negro en ser nominado dos veces como productor de la mejor película (el único que ha ganado es Steve McQueen por 12 años de esclavitud). Después de tres décadas haciendo cine y un Oscar honorífico, Spike Lee ha sido nominado al mejor director por primera vez. Sería el primer afroamericano en la historia en lograr este premio. Terence Blanchard está nominado a la mejor banda sonora por la película de Lee. Ese Oscar no lo gana un compositor negro desde Herbie Hancock en 1986. Otro director, Peter Ramsey, es el primer director negro nominado a la mejor película de animación por Spiderman: un nuevo universo.
Cuando la Academia cambió sus reglas en 2016 declaró que su objetivo era duplicar el número de mujeres y minorías étnicas entre sus miembros para 2020. Entonces eran 6.200 y hoy son alrededor de 7.000. La Academia no revela cifras de su composición, pero un estudio de Angeles Times indicaba que entonces el 94% de los votantes de los Oscar eran blancos, el 77% hombres, y su media de edad era 62 años. La producción de Hollywood de este año, la taquilla de este año y las nominaciones indican que algo debe de estar cambiando.
Babelia
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