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Muere el actor Álvaro de Luna, el Algarrobo de ‘Curro Jiménez’

El intérprete madrileño tenía 83 años y acumulaba décadas de carrera en el cine y la televisión

Foto: Álvaro de Luna en una escena de 'Curro Jiménez'
Gregorio Belinchón

El actor Álvaro de Luna, popular gracias a su papel de Algarrobo en la serie Curro Jiménez, ha fallecido esta mañana a los 83 años por complicaciones en el cáncer de hígado que arrastraba desde hace tiempo, según ha confirmado su esposa, Carmen Barajas, a EL PAÍS. Sus restos serán trasladados al tanatorio de la M-30.

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Curro Jiménez marcó toda su vida profesional. La serie fue escrita, dirigida y protagonizada por gente de izquierdas y exiliados republicanos retornados a España. El urdidor fue Sancho Gracia, que en Uruguay —donde vivió durante décadas— había conocido al escritor Antonio Larreta. Ambos coincidieron en Madrid en los setenta, y así recordaba Larreta, para EL PAÍS, el germen de la serie a mediados de los setenta: "Una noche Sancho golpeó mi puerta en Madrid, para gran susto mío, que venía de una persecución política, y me tiró una pila de libros. Me dijo: ‘Escoge el bandolero andaluz que quieras de todos estos y te escribes 13 capítulos para una serie’. Yo ni había escrito nunca un guion ni sabía mucho de Andalucía. Sancho, astuto, contrató a grandes realizadores de cine para dirigir la serie, y así conocí a Manolo Matji, Francisco Rovira Beleta, Pilar Miró, Mario Camus...”. Y a buenos actores, también de talante progresista, como Álvaro de Luna, amigo de Sancho Gracia.

Álvaro de Luna nació el 10 de abril de 1935 en Madrid, donde estudió Medicina. Pero en su camino se cruzó la interpretación y decidió lanzarse a ella. Así empezó a trabajar, como extra o especialista y sin aparecer en los créditos a inicios de los sesenta, en Espartaco, como doble de Anthony Quinn en Barrabás, en El hijo del capitán Blood, en El coloso de Rodas o en La máscara de Scaramouche (1963), película en la que ya salió su nombre. Y gracias a su físico contundente –y a sus impresionantes facultades como deportista- pudo ganarse la vida en multitud de rodajes dentro y fuera de España como Las que tienen que servir, Desafío en Río Bravo o Navajo Joe. En una entrevista en el Diario de Almería respondía: “Recuerdo que buscaban gente para un rodaje y no tenía ni idea de interpretación, pero en el colegio yo había hecho esgrima. Yo montaba a caballo, me hice muy amigo de Medina, el que traía los caballos y que llevaba gitanos [para que aparecieran en la película]. De esa forma entré en el mundo del espectáculo. Eso me sirvió para viajar por varios países y vivir en Italia antes de volver a España en 1965".

Aquel físico en realidad escondía a un hombre tímido, leído, tertuliano del café Gijón, donde se reunía la progresía intelectual de la época ("cuando llegó la televisión desaparecimos los actores de los cafés, porque se trabaja mucho y hay que ensayar mucho y estudiar de un día para otro", recordaba hace poco), entre los que estaban, además de otros escritores, artistas y juristas, De Luna, Tito Fernández, Raúl del Pozo, Manuel Vicent, José Manuel Cervino o Manuel Alexandre (a quien De Luna llevaba en coche en sus últimos años): "Me hice demócrata en las tertulias del café Gijón. Fue en ellas donde entendí que uno no siempre tiene toda la razón, que los comentarios de los otros son tan importantes como los de uno mismo".

Álvaro de Luna, con Tina Sáinz en 'El hijo de la novia'.
Álvaro de Luna, con Tina Sáinz en 'El hijo de la novia'.

Cualquier trabajo del actor queda empequeñecido a la sombra de su Algarrobo de la serie Curro Jiménez, protagonizada por unos bandoleros que se ocultaban en la serranía de Ronda en la España ocupada por los franceses. Se estrenó el 22 de diciembre de 1976 en TVE, que la tuvo dos temporadas: “Seguramente si no hubiera hecho el Algarrobo no sería el actor que soy hoy”. Y eso que estuvo en un tris de no aparecer, ya que TVE prefería a Paco Algora. En cambio, Sancho Gracia le quería a él e impuso su criterio. La serie acababa con Curro Jiménez y el Algarrobo yéndose juntos a América.

En televisión nunca dejó de trabajar. Y como ejemplo, Farmacia de guardia, donde interpretaba el papel de Carlos, el novio de Lourdes, la dueña de la botica. Su carrera vinculada a la pequeña pantalla se ha prolongado hasta hace poco en series como Gran reserva, Herederos, Águila roja y Luna, el misterio de Calenda. Uno de sus últimos trabajos fue en la producción de Telecinco Sé quién eres.

De Luna también actuó en el teatro, donde destacó en su último gran papel, como el marido en la adaptación a las tablas de El hijo de la novia, en la que participó junto a Tina Sáinz, desempeño del que se mostró orgulloso en declaraciones a EL PAÍS. Y con esa obra celebró, subido a un escenario, su 80º cumpleaños.

En cine, su trayectoria durante los años setenta y los ochenta fue irregular, con filmes como En un lugar de la Manga (1970), de Mariano Ozores; La quinta del porro (1980), de Frances Bellmunt; Dulces (1982), de Carlos Saura, o Mi general (1987), de Jaime de Armiñán. También en Teo el pelirrojo, Silencio roto, La guerra de los locos, Luna de lobos o Pesadilla para un rico. En este siglo siguió con sus personajes secundarios, en Lázaro de Tormes, La marcha verde, La soledad era esto, Teresa, el cuerpo de Cristo, ¿Y tú quién eres?, El prado de las estrellas (por la que fue candidato en 2007 al Goya a actor principal) o Miau, que actualmente está en cartel. Probablemente la calidad interpretativa de Álvaro de Luna estaba muy por encima de sus roles, que elegantemente adornó con su bonhomía.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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