Pawel Pawlikowski: “Parece siempre imposible, pero al final el amor es hermoso”
Tras el éxito de ‘Ida’, el director estrena ‘Cold war’, una impactante historia de amor y música, inspirada en sus padres
En su imaginación, Pawel Pawlikowski siempre viajó a Polonia, pero nunca pensó que volvería a vivir en su país natal. Y que lo haría con placer, pese a la complicada situación política y del “miedo” que aflora a veces. El director polaco (Varsovia, 1957) ha vuelto a encontrar el refugio creativo en sus raíces. Tras el impacto y el éxito de su anterior película Ida, Pawlikowski se ha lanzado a una desgarradora y bella historia de amor y música, inspirada en sus padres. Cold War describe a lo largo de 14 años la relación de una pareja, en una Europa devastada por el exilio y la miseria tras la Segunda Guerra Mundial. Realizada también en blanco y negro, Cold War se estrena hoy en España, tras su paso por los festivales de Cannes y San Sebastián.
Rastreador infatigable de los horrores de la Europa del Este como reputado documentalista de la BBC, Pawlikowski ha encontrado en Polonia su gran refugio creativo. Llegó con 14 años a Inglaterra, donde se graduó en Filosofía y Literatura Alemana en Oxford y donde desarrolló toda su carrera como realizador de documentales y de películas de ficción. Hace seis años que decidió volver a Varsovia. “Me quedé viudo y cuando mis dos hijos se fueron a la universidad, sentí la necesidad de hacer algo que me perseguía desde hace años: volver a Polonia, rodar una historia en blanco y negro y en polaco, hacer una película no comercial sin preocuparme de los problemas financieros. Quizás, hay una primera parte en tu vida en la que necesitas escapar de tu entorno y tus orígenes. Y una segunda en la que necesitas volver al lugar de dónde vienes. Nunca pensé que volvería a vivir en Polonia, pero el hecho de quedarme ha sido lógico, no dramático”, explicaba Pawlikowski hace unos días, durante una entrevista en San Sebastián.
El realizador polaco reconoce que el éxito de Ida, filme que consiguió numerosos premios, entre ellos los que concede la Academia de Cine Europeo y el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, le ha permitido mayor libertad y convicción para volver a rodar una historia alejada del cine más comercial como es Cold War. “Para mí no fue tan importante un premio como el Oscar. Ni tan siquiera veo la ceremonia. Lo que sí reconozco es que el hecho de que una película tan limitada y pequeña tuviera aquella repercusión me aseguró la valentía y la convicción de estar en el buen camino. Desde hace mucho tenía en la cabeza la historia de amor de mis padres pero no sabía cómo abordarla. El éxito de Ida me animó y me dio valor para hacerla”.
El director explica, en todo caso, que la de Cold War no es exactamente la historia de sus padres. “Fue una relación, la de mis padres, complicada. Se enamoraron cuando ella tenía 17 años y él 27. Se juntaron, se casaron, se separaron, se volvieron a juntar, se volvieron a separar. Los dos tuvieron que huir de Polonia. Mi madre se instaló en Inglaterra y mi padre en Alemania. Su historia duró 40 años. Al final se volvieron a unir y murieron juntos. Tenía necesidad de contar todo eso, la historia de mis padres, pero también de alejarme para que no fuera tan personal, por eso decidí introducir el elemento de la música, el tercer personaje”.
Oculto bajo unas gafas de sol y el pelo ya muy cano, Pawlikowski habla de los amores imposibles. “Parece siempre imposible, pero al final el amor es hermoso. Mis padres se juntaban y se separaban, pero sabían que solo se tenían el uno al otro. Eso es un gran amor”.
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