Ricardo Darín: “La denuncia de Valeria Bertuccelli es una mancha que me va a acompañar toda la vida”
El actor, protagonista del filme inaugural ‘El amor menos pensado’, lamenta la dificultad de defenderse de una acusación no concretada
Una comedia romántica más allá del amor y del género. Ricardo Darín valora más que nada los diálogos que transitan por El amor menos pensado, la película que ha inaugurado la 66ª edición del Festival de Cine de San Sebastián y que se centra en la reconstrucción de una pareja con un pasado común y muchos recuerdos. “Más allá de la sinceridad y honestidad del guion en boca de los personajes, me interesó sobre todo que la historia se centra en la pareja protagonista, pero sin desatender todo lo que pasa a su alrededor, haciendo un muestrario rico de los personajes secundarios y las distintas formas de relaciones. Es un texto que maneja muy bien el balance entre las situaciones reflexivas y dramáticas con otras más domésticas plagadas de humor”, aseguraba el actor, que trabaja junto a otra de las grandes estrellas del cine argentino, como es la actriz Mercedes Morán. El filme supone el estreno como productor de Ricardo Darín junto a su hijo Chino Darín y también el debut en la dirección de Juan Vera. El amor menos pensado se ha estrenado ya en Argentina con gran éxito de público pero no tanto de crítica. La cinta ha sido recortada en 15 minutos para su proyección en España.
La soledad como lugar de vida y de confort. Darín, premio Donostia en la edición del Zinemaldia del año pasado y candidato por quinta vez a la Concha de Plata al mejor actor, sufre desde hace meses esa situación. Él, que abraza la soledad y abomina de la mala prensa que tiene la soledad -“Yo soy de esas personas, mi mujer por suerte también, que somos medio ermitaños. Nos gusta estar solos. Hemos logrado con el tiempo tener una casa amplia donde cada uno tiene sus propios espacios. Nos juntamos y conectamos cuando queremos. Estar juntos no significa estar amontonados. La soledad es inherente a la especie humana. Nacemos y morimos solos. Si no nos llevamos bien con nuestra soledad estamos fregados”-, afronta todavía los ecos de la denuncia que realizó, a principios de junio pasado, la actriz Valeria Bertuccelli sobre el trato que le dispensó en el periodo en el que trabajaron juntos en la obra de teatro Escenas de la vida conyugal.
Ante un grupo de periodistas en San Sebastián, de manera pausada y tranquila, pero con incomodidad manifiesta, el actor reconoció que esta denuncia ha empañado su imagen en Argentina, donde salieron muchas actrices en su defensa. “Es una mancha que difícilmente me voy a poder sacar, es una nube abstracta que me empaña, porque no hay una acusación formal ni concreta. Es muy difícil defenderse frente a eso, porque la necesidad de defensa pareciera que te obliga a atacar al que te ofende y ese es un juego en el que no voy a entrar. Creo que se ha cometido un error muy grande, que no lo he cometido yo, y es como una cuestión privada entre colegas de pronto se convierta en un tema público, cinco años después. Necesariamente te lleva a pensar en otro tipo de cosas. Las discusiones entre colegas no pueden conllevar que le cagues la vida a un compañero, con acusaciones abstractas de las que es muy difícil defenderse. Es una nube que me va a acompañar toda la vida. Lo único que puedo hacer es tratar de ser cada día mejor persona para que no tenga que dar dando explicaciones sobre la barbaridad que me han hecho”, señaló Darín. “Los detalles en este tipo de situaciones son importantísimos. Reconozco que alguien se pueda haber sentido ofendido o mal tratado, aunque en mi caso me cuesta un poco aceptarlo porque me conozco, sé que yo no soy así y cómo trato a los seres humanos”, añadió.
No rehuyó tampoco el actor las preguntas sobre la situación económica y política de Argentina, cuyo presidente, Mauricio Macri, se ha visto forzado a pedir un crédito al Fondo Monetario Internacional. “Los préstamos en mi país son ya cíclicos. Recaemos siempre en los mismos lugares. Esto es lo que de verdad me preocupa. Es como un ciclo del que parece que no podemos escapar. Cada 10 o 15 años, la Argentina pasa por los mismos lugares, con la sensación de que no aprendemos nada”, señaló Darín, que, a sus 61 años, se empeña en pensar en el tiempo solo como presente. “El tiempo es algo que me angustia pero, aunque lo que me queda por vivir es lógicamente menor a lo que he vivido, trato de luchar contra eso porque te empantana y solo me centro en el aquí y ahora”.
Babelia
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