“A merced del mar, qué importa la nacionalidad del refugiado”
El escritor, autor del superventas ‘Cometas en el cielo’, emplea la ficción para llamar la atención sobre el drama de los refugiados
Londres es un mar insaciable donde cada día se esfuerzan por salir a flote miles de historias y de personajes. Es el lugar elegido por Khaled Hosseini (Kabul, Afganistán, 1965) para la presentación mundial de su nuevo libro, Súplica a la mar (Salamandra). Elegante, calmado, suave en las formas y en el tono, el autor atiende a EL PAÍS en uno de los salones del Hotel Covent Garden. Ha vendido millones de copias de sus obras anteriores en todo el mundo, especialmente de su primer trabajo, Cometas en el cielo.
En 2015, a Hosseini se le heló el corazón, como a media humanidad, cuando vio la imagen del niño sirio Alan Kurdi, muerto en la orilla de una playa al oeste de Turquía después de que naufragara la barcaza en la que su familia intentaba alcanzar la isla griega de Kos. “Cuando vi por primera vez esa fotografía sufrí un enorme mazazo. Soy padre, tengo dos niños, e inmediatamente comencé a imaginar la angustia del padre de este niño, quien perdió además a su mujer y a otro hijo en ese mismo viaje”, relata Hosseini. “Así surgió una historia que no es exactamente la historia de lo que sucedió entonces, sino algo más universal. Los personajes de este libro podrían ser afganos, somalíes o eritreos. Quería resaltar la desesperación que sufren miles de personas que se hallan en la misma situación, que han decidido emprender un viaje tan arriesgado y en ocasiones mortal para alcanzar algún tipo de seguridad, algo parecido a un santuario”, explica.
Súplica a la mar se lee rápido, pero permanece en las tripas del lector de un modo intenso. Hosseini abandonó a los 38 años su profesión de médico para dedicarse por completo a la literatura. Sus libros giran en torno al mismo asunto universal que él vivió en sus propias carnes, al abandonar su Afganistán natal y residir finalmente en Estados Unidos. “Mis libros tratan sobre el desarraigo y sobre los refugiados, sí, pero también la familia, los hermanos, el amor, la lealtad, la redención, la culpabilidad, la felicidad, el dolor. Todas esas son experiencias universales con las que el público conecta, sea cual sea su cultura o su nacionalidad”, se extiende, sin motivo alguno, en justificar el secreto de su éxito.
Hosseini es Embajador de Buena Voluntad de ACNUR, la agencia para los refugiados de la ONU. La institución ha colaborado en la edición de un libro que, en su desoladora brevedad, puede resultar más eficaz para remover conciencias que cientos de campañas de publicidad. Ayudado de las acuarelas de Dan Williams, que ilustran el poema, Hosseini pone voz, en apenas 25 párrafos, a la angustia atrapada en la garganta de un padre que se dispone a lanzarse al mar, junto a su mujer ya a su hijo, para huir de la guerra de Siria. “Porque tú, tú eres un cargamento valioso, Marwan, el más valioso que ha habido. Rezo para que la mar lo sepa. Inshallah”, escribe Hosseini. “La migración es un asunto complicado. Y el debate surgido en Europa es complicado. Pero al final, también es algo muy simple. Se trata de vidas humanas. Estamos hablando, a veces, de mujeres embarazadas, de niños, de ancianos. Y en ese momento, cuando se hallan a merced del mar, nuestra principal preocupación no debería ser cuál es su nacionalidad, o cuáles los méritos que respaldan su solicitud de asilo, sino que son seres humanos”.
Muchos considerarían un lujo poder vender millones de libros y escribir tan solo sobre aquello que te revuelve la conciencia. Hosseini es el primero en darse cuenta de esa suerte. “El desarraigo y la pérdida de las raíces han sido algo tectónico que ha afectado a mi propia familia. Y eso siempre influiré en mi escritura”. Afortunadamente.
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