Guirao estudia revisar la bajada del IVA al cine si no repercute en el precio de las entradas
La mitad de las salas han reducido del 21 al 10% el impuesto, según los datos del ministerio
La celebración de las salas de cine ha durado poco. Y su mayor alegría en años, la reducción del IVA sobre las entradas, amenaza con colocarlas ahora en el ojo del huracán. El 5 de julio, los exhibidores al fin festejaban la bajada del impuesto sobre las entradas, del 21 al 10%. Aire puro, tras años de asfixia económica y crisis de público, como denunciaron sin parar desde que el impuesto subiera, en 2012. Las salas se liberaron así de un peso, pero sobre sus hombros se colocó entonces una enorme lupa. Miraba, en concreto, los precios: una vez reducido el IVA, ¿también bajarían las entradas? ¿El beneficio sería para los consumidores o se quedaría en la caja de los exhibidores?
El ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, sospecha que en muchas salas está ocurriendo más bien lo segundo y estudia revisar la medida. “No se puede pasarse años reivindicando razonablemente el tema del IVA y cuando llega la medida despistarse para implementarla. Si rebajas un impuesto tienes que aplicarlo al producto final”, declaró hoy a la Cadena Ser. El ministro apuntó directamente a la responsabilidad de exhibidores y distribuidores y aseguró que, en su próximo encuentro con el sector, se lo dejará muy claro.
FECE (la federación de los exhibidores) no quiso comentar las afirmaciones de Guirao. Se limitó a subrayar que la elección del precio, y de cómo repercute en él la reducción del IVA, corresponde a cada sala. Eso sí, desde la federación señalaron que los datos —de la empresa especializada comScore— “reflejan una clara bajada del precio medio de una entrada de cine en España, pasando de 6,22 euros en junio, con IVA al 21%, a 5,82 euros en julio”, con el impuesto ya al 10%. Una reducción de 0,4 euros, un 6,4%.
Justamente las cifras, o la falta de ellas, ocupan el centro de esta batalla. El Gobierno quería que la bajada del IVA fuera dirigida al espectador, para que más ciudadanos puedan acudir a los cines, y cree que no todas las salas están cumpliendo con ello. Pero no hay, de momento, números oficiales que conviertan la hipótesis en certeza. Aunque un informe que Facua (organización dedicada a la defensa del consumidor) presenta mañana miércoles apunta en la misma dirección: fuentes del organismo adelantaron a EL PAÍS que “una gran mayoría” de los 102 cines analizados no ha trasladado del todo la reducción del IVA al precio de la entrada. Añaden que el estudio ya ha sido entregado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, para que disponga de esa información y la investigue, si así lo considera. En una rueda de prensa convocada para mañana, Facua promete ofrecer más detalles.
El informe llega para completar un primer trabajo, realizado en julio, el primer viernes posterior a la reducción del IVA: entonces, de 50 cines en 26 ciudades, 23 cobraron lo mismo que en enero; 13 trasladaron solo en parte la reducción del impuesto al precio; y en 14 salas los 11 puntos porcentuales menos de IVA repercutieron por completo en beneficio del espectador, según Facua.
Guerra de datos
Las grandes cadenas, lideradas por Yelmo y Cinesa, que suman casi la mitad del mercado, anunciaron que la reducción del IVA beneficiaría en su totalidad al público y así lo hicieron. FECE, además, remarca “el esfuerzo de las salas durante los últimos cinco años para que los espectadores no se vieran afectados por la subida del IVA al 21%, ya que el precio medio de la entrada bajó en ese periodo un 8.5%”.
Los exhibidores sostienen, básicamente, que el público no ha sufrido los años de IVA al 21% porque ellos asumieron la subida del impuesto. Y recuerdan que de los 833 cines abiertos en 2012, cuando el IVA subió, en 2016 quedaban 719. Por tanto, ahora algunos no se sienten obligados a trasladar toda la reducción a los precios, sino que en parte les sirve para recuperar su beneficio perdido. Aunque Facua opina precisamente lo contrario: “En septiembre de 2012, los precios subieron un 9% respecto al año anterior. Y desde entonces no han bajado”.
Hay datos para los argumentos de ambos. El Observatorio Audiovisual Europeo rompe una lanza a favor de los exhibidores: calcula que el precio medio en España bajó durante años hasta los seis euros de 2017. La miríada de ofertas y descuentos que las salas han lanzado ha contribuido a ello. Sin embargo, la mayoría de promociones afecta a las jornadas laborables. Y, salvo el miércoles, día del espectador y de precios reducidos, las salas se llenan los sábados y domingos, cuando el público se encuentra con las entradas más caras. Según Facua, el precio medio del fin de semana pasó de 7,24 euros en 2012 a 7,31 en 2018.
Como en un wéstern, o un thriller, el duelo continúa. Y los espectadores aguardan expectantes el desenlace: esta película les afecta a todos.
¿Fuga de público?
La asistencia a las salas tocó fondo en 2013: apenas se registraron unos 78,7 millones de entradas vendidas en España, en datos del Observatorio Audiovisual Europeo. La comparación con una década antes (141 millones en 2004) preocupaba, y mucho.
Desde entonces, sin embargo, los cines españoles han recuperado público casi constantemente: tras tres años de subidas y un descenso muy leve, en 2017 hubo 100,2 millones de asistentes a las salas.
Babelia
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