Una noche con Kristin Scott Thomas, la actriz que dijo no a Hollywood
TCM dedica una nueva entrega de 'Una vida en imágenes' a la actriz de 'El Paciente inglés'
En 1996 Kristin Scott Thomas vivía uno de los mejores momentos de su carrera. Ya era una actriz conocida. Había rodado Lunas de hiel, dirigida por Roman Polanski y Cuatro bodas y un funeral, las dos junto a Hugh Grant como compañero de reparto. Tenía 36 años. Fue entonces cuando le ofrecieron rodar la película que iba a dar un giro radical a su vida, tanto personal como profesionalmente: El paciente inglés, una historia trágica y romántica, basada en la novela de Michael Ondaatje, dirigida por Anthony Minghella.
“En cuanto supe que iban a hacer la película, quise participar en ella”, recuerda Kristin Scott Thomas. No se equivocó, El paciente inglés se convirtió en la película de 1997. Obtuvo 12 nominaciones a los premios de la Academia de Hollywood y ganó nueve Oscar. Kristin Scott Thomas, sin embargo, se quedó sin estatuilla. Tuvo que conformarse con la candidatura a mejor actriz, pero vio cómo su carrera se relanzaba definitivamente. Se había convertido en una gran estrella.
El sábado 28 de julio los espectadores de TCM podrán descubrir muchos de los pormenores que rodearon a esta famosa y exitosa producción, El paciente inglés, y conocer en profundidad a Kristin Scott Thomas gracias a una nueva entrega de Una vida en imágenes, el programa que produce la Academia Británica del Cine y la Televisión (BAFTA) y que en España emite en exclusiva TCM.
Kristin Scott Thomas nació el 24 de mayo de 1960 en la localidad inglesa de Redruth. Cuando tenía 19 años una de sus profesoras de interpretación le dijo que no tendría ningún futuro como actriz. Kristin dejó su país natal y se instaló en París. Allí retomó las clases de arte dramático y en 1984 debutaba en la televisión en una adaptación para la pequeña pantalla de una de una de las novelas del inspector Maigret, el personaje creado por el escritor Georges Simenon.
En la entrevista que emite el canal TCM la actriz británica reconoce que, en un primer momento, no se veía en el papel de Katharine Clifton, la mujer que se enamora del enigmático Conde Almásy, sino en el de Hana, la enfermera, el personaje que finalmente haría Juliette Binoche. “Conocí a Anthony Minghella y tuvimos una comida desastrosa en la que le expliqué porqué sería una idea malísima contratarme”, explica la actriz ante las cámaras. “Finalmente le escribí una carta y la firmé poniendo: ‘Yo soy K, la de tu libro’. Entonces me hizo una prueba que fue lo más divertido del mundo”, dice la actriz.
En la entrevista, presentada por el periodista y crítico cinematográfico Ian Haydn Smith, Kristin Scott Thomas recuerda la química que se estableció de inmediato con su partenaire en el film, el actor Ralph Fiennes. “Yo no conocía a Ralph. Nos sentamos y leímos el guion. Cuando levantábamos la vista, Anthony sonreía de oreja a oreja”. Desde entonces se hicieron grandes amigos y han trabajado juntos en dos películas más: Alta sociedad, en el año 2005, y The invisible woman, en 2013.
Tras el éxito de El paciente inglés a Kristin Scott Thomas comenzaron a llegarle ofertas de la industria de Hollywood. Rodó a las órdenes de Robert Redford El hombre que susurraba a los caballos y, poco después, junto a Harrison Ford, y con Sidney Pollack tras las cámaras, Caprichos del destino. Sin embargo, la aventura americana no le acabó de satisfacer. “No me gustó la envergadura. Era todo demasiado grande, con demasiada gente a la que complacer. Nunca sabías muy bien para quién estabas trabajando. ¿Para el director, para los productores, para los publicistas? ¿Para quién estoy trabajando?”, se pregunta la actriz en la entrevista que emite TCM. “Aquello me resultaba confuso”, sentencia.
Kristin Scott Thomas nunca se mudó a Los Ángeles. Prefirió seguir viviendo en París. “Desde un punto de vista personal mi corazón estaba en Europa. Allí estaba mi familia y me resultaba muy difícil perseguir el espejismo de Hollywood”. Desde 1987 a 2005 estuvo casada con el médico francés François Olivennes con el que tuvo tres hijos. “Ahora lo lamento”, reconoce abiertamente la intérprete. “Si hubiera estado más presente y centrada, si no hubiera tenido la mitad del cerebro y el corazón al otro lado del mundo, hubiera podido funcionar mejor como actriz”.
Hace unos años Kristin Scott Thomas declaró a la prensa inglesa que estaba algo harta del negocio del cine; que se aburría en los rodajes y que ya no encontraba la suficiente motivación para seguir trabajando. Afortunadamente, solo fue un momento de duda. En los últimos meses la hemos visto en las pantallas españolas en Tomb Raider, la nueva versión del popular videojuego protagonizado por Alicia Vikander. Fue también la mujer de Winston Churchill, interpretado por el oscarizado Gary Oldman, en El instante más oscuro. Salía asimismo en The Party, una comedia dirigida por Sally Potter, en la que daba vida a una política británica que acaba de ser nombrada ministra. Entre sus próximos proyectos hay uno que destaca sobremanera: The Sea Change, basado en la novela de Elizabeth Jane Howard, que supondrá su debut tras las cámaras como realizadora.
Ahora, recién cumplidos los 58 años, Kristin Scott Thomas se encuentra en plena madurez personal y artística. Los espectadores de TCM podrán descubrir el secreto de su carisma el próximo 28 de julio gracias a la entrevista de la Academia Británica del Cine y la Televisión, y redescubrir su talento como intérprete viendo El paciente inglés, el film que la consagró como una de las estrellas imprescindibles de finales del siglo XX y el primer cuarto del XXI.
Babelia
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