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Cuatro esculturas de la Roldana, desaparecidas de la catedral de Cádiz

El restaurador que inventarió las obras de la artista barroca asegura que las piezas están en la basura o robadas

Esculturas de cuatro ángeles, dos estantes y dos sedentes, realizadas por Luisa Roldán.
Esculturas de cuatro ángeles, dos estantes y dos sedentes, realizadas por Luisa Roldán. Portal de Cádiz
Jesús A. Cañas
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Con una mirada entre la delicadeza y el patetismo, la extraordinaria escultura barroca del Ecce-Homo demuestra a los visitantes de la catedral de Cádiz por qué Luisa Roldán (Sevilla, 1652-Madrid, 1706) se convirtió en la primera mujer nombrada escultora de cámara de los reyes Carlos II y Felipe V. Pero, mientras que en la mañana de este martes la obra ocupaba un lugar destacado en una exposición, otras cuatro piezas de la misma autora que deberían estar en los fondos de la seo no corren la misma suerte. Los técnicos del cabildo catedralicio llevan ya dos días desembalando bienes para localizar, de momento sin éxito, estos cuatro ángeles de La Roldana. Una carta a la prensa de José Miguel Sánchez Peña, que fue restaurador del Museo Provincial de Cádiz, ha puesto sobre alerta a la Iglesia y la Junta de Andalucía, a la que Sánchez Peña también avisó de que las estatuas habían desaparecido de los almacenes. La Delegación de Cultura de la Junta en Cádiz ha iniciado una investigación y espera "en unos días" una respuesta del Obispado para tomar medidas.

El restaurador asegura que las cuatro esculturas se han esfumado de la catedral, bien porque “han ido a la basura” o porque han sido sustraídas “y cualquier día pueden salir a la venta”. La aseveración —publicada como un artículo en el digital Portal de Cádiz— ha causado tal impresión que ese mismo día el deán, Ricardo Jiménez Merlo, dio orden de iniciar la búsqueda en los fondos de la catedral: “Lo estamos revisando todo ya que lo que señala [Sánchez Peña] es muy complicado que haya ocurrido”. Sin embargo, las cuatro obras siguen en paradero desconocido y, según el restaurador, no van a aparecer. “Están perdiendo el tiempo porque no están”, reconoce tajante.

Los cuatro ángeles de madera formaban parte del encargo que el cabildo  hizo a La Roldana en 1686 para engalanar el monumento eucarístico que se montaba en el templo cada Jueves Santo. La imaginera barroca —valorada por sus coetáneos y escultora de cámara de los reyes— talló ocho ángeles en madera de pino y los coloreó: cuatro de pie, de unos 80 centímetros de altura, y otros tantos sedentes, de 70; según explica Sánchez Peña. Todos acabaron pintados de blanco para adaptarse al nuevo monumento neoclásico que diseñó Torcuato Cayón en 1780, y cuya maqueta se conserva hoy expuesta en la Casa de la Contaduría. Se mantuvieron en uso hasta mediados del siglo XX, cuando acabaron almacenados en la cripta de la catedral. Allí se los encontró Sánchez Peña, que los inventarió y fotografió entre 1984 y 1986.

Cuatro ángeles acabaron restaurados y expuestos en la catedral y en una parroquia de Barbate. Sin embargo, el resto permaneció en la cripta hasta que en la primera década del siglo XXI pasaron a los almacenes de la Casa de la Contaduría, actual museo de la institución. Después de aquello, dice el restaurador, las cuatro esculturas desaparecieron, aunque no aclara cuándo: “Todo ha ido a la basura por ser material inservible, según las informaciones que tengo”, dice en el artículo, al que se remite constantemente, Sánchez Peña. Y apunta a dos posibles causas: “Por un lado, que [en el cabildo] se ha pensado que no tenían valor las piezas y las hemos perdido para siempre; y por otro, que alguien las tiene y cualquier día pueden salir a la venta, cuando menos lo esperemos”.

En el mercado internacional algunas de las famosas terracotas de La Roldana han salido a la venta por tres millones de euros.

El restaurador reconoce que su denuncia pública se ha producido ahora por un desencuentro con el obispado de Cádiz del que prefiere no aportar más detalles, pero tiene claro que el actual deán —se incorporó en 2017— nada podrá hacer por encontrarlas: “Han desaparecido hace tiempo. Están despistados”. Sánchez Peña ha escrito su artículo público después de haber presentado un escrito “hace un mes y medio” ante la Delegación de Cultura de la Junta, competente en la protección de los bienes muebles de un Bien de Interés Cultural como la catedral. Sin embargo, desde la delegación aseguran que no se han enterado de la posible pérdida hasta verlo en la prensa y recuerdan que un escrito “no es lo mismo” que una denuncia.

Ahora, los técnicos de la delegación han abierto una investigación sobre el paradero de unas piezas que aseguran tener catalogadas. El fin del proceso dependerá, en buena medida, del resultado de la búsqueda en los almacenes catedralicios y no se descarta que, si no aparecen, el caso acabe en manos de la policía o de la autoridad judicial. De momento, en Cultura aclaran que ya han recibido una primera comunicación del obispado y darán “un plazo de unos días” para saber en qué acaban las pesquisas en los almacenes de la catedral. Mientras, lo máximo que se sabe de los cuatro ángeles perdidos es lo que la voz enlatada de una audioguía cuenta sobre la maqueta del monumento del Jueves Santo, expuesta en una sala la Casa de la Contaduría: “Lo adornaban esculturas de profetas y de ángeles que hoy se guardan en el almacén”.

Una trayectoria llena de pérdidas

Aunque en los últimos años el cabildo catedral ha vivido una importante conversión -ha invertido ingentes sumas económicas en restauraciones y una nueva museografía-, no es la primera vez que la seo gaditana extravía una obra de arte. Ya en 2011 descubrieron que les habían sustraído las cruces pectorales y los anillos de los obispos José María Rancés (prelado de Cádiz y Algeciras de 1898 a 1917) y Tomás Gutiérrez Díaz (obispo de Cádiz y Ceuta de 1943 a 1964). El ladrón aprovechó el descuido en una misa y, cuando se descubrió el robo, el hombre ya había destruido parte de las piezas para venderlas como oro al peso. Además, en 2007 un misterioso ladrón sustrajo dos cuadros en plena Semana Santa que, a los meses, aparecieron en la sede del Obispado de Cádiz.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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