El Lugar de la Memoria de Perú rompe récord de visitas
La muestra sobre el período de violencia 1980-2000 atrae a un público mayoritariamente joven
El Lugar de la Memoria, inaugurado en Lima en diciembre de 2015, un espacio museográfico sobre los 20 años de violencia en Perú, ha recibido 28.400 visitantes en lo que va de 2018, la mayor cantidad en el primer semestre del año desde su apertura, según cifras oficiales. La audiencia predominante es universitaria y menor de 30 años, es decir, quienes no han vivido el período 1980-2000 que dejó como saldo unos 70.000 muertos y 20.329 desaparecidos, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas del Ministerio de Justicia.
El guion museográfico presenta en tres pisos una síntesis de lo ocurrido: el país pasó por extrema violencia desde 1980, cuando el grupo terrorista y maoísta Sendero Luminoso se alzó en armas contra la democracia recién reinstalada. En 1982, surge un grupo guevarista, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, activo hasta 1997. Ambos fueron responsables del 54% de las víctimas del conflicto. Los gobiernos democráticos encargaron primero a la policía y luego a las fuerzas armadas la responsabilidad de combatir los grupos armados, pese a no conocer al enemigo.
Las fuerzas del orden cometieron miles de violaciones a los derechos humanos de personas inocentes, pero también tuvieron logros: la policía antiterrorista detuvo en 1992 al fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, en una operación sin violencia. La muestra permanente incluye también los hechos de corrupción que caracterizaron al régimen autoritario de Alberto Fujimori tras un autogolpe, entre 1992 y 2000.
El Lugar de la Memoria, más conocido como el LUM, comenzó a gestarse en 2009 gracias a una donación económica del Gobierno alemán para la construcción del edificio a pie del mar. El entonces presidente Alan García estaba en contra de su creación: varias de las matanzas a civiles más graves ocurrieron durante su primer Gobierno. El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa contribuyó a generar un consenso sobre la necesidad de ese espacio cultural y presidió una comisión de alto nivel responsable de los contenidos.
Después de seis años y varios cambios en el guion museográfico, el LUM fue inaugurado en diciembre de 2015 por el entonces presidente Ollanta Humala, un militar en retiro que comandó una base contrasubversiva en la selva central y que está investigado por desapariciones de civiles en dicha instalación del Ejército.
En 2016, el Lugar de la Memoria recibió 42.325 visitantes; y en 2017, 70.537. Algunos meses con mayor concurrencia el año pasado y este año, han coincidido con polémicas sobre la memoria del conflicto plasmado en el LUM.
En agosto pasado, el director de la institución renunció después de que el ministro de Cultura calificara una muestra temporal del LUM como "sesgada", tras la queja de algunos congresistas fujimoristas. Se trataba de unas serigrafías alusivas a casos de corrupción del Gobierno de Fujimori y desapariciones cometidas por un destacamento del Ejército en ese período. El entonces primer ministro Fernando Zavala comentó además, que el LUM "debe ser un sitio que no ofenda a nadie". Días después, en septiembre, el titular de Cultura precisó que "la memoria de la violencia nos tiene que incomodar". Ese mes fue uno de los de mayor cantidad de público en 2017.
Polémica reciente
En mayo último, la bancada fujimorista del Congreso y un general del Ejército en retiro –parlamentario de otro partido–, cuestionaron el LUM y pidieron una revisión del sitio, negando los crímenes y delitos de la administración Fujimori.
Argumentaron que la muestra permanente no incluía los secuestros a empresarios cometidos por el MRTA, los asesinatos de Sendero Luminoso a líderes de organizaciones populares, ni las víctimas militares de la lucha contrasubversiva, entre otros. Sin embargo, dichos contenidos figuran en la exposición desde 2016, ésta también incluye las disculpas que ofreció el Ejército, por sus responsabilidades en delitos, en un libro llamado En honor a la verdad publicado la década pasada.
Tras la polémica, miles de personas han visitado el LUM y unos 40 poetas organizaron un recital en defensa del espacio cultural. Mayo ha sido el mes con más concurrencia del año, con más de 9.000 visitantes.
El período de la violencia es parte del currículo educativo obligatorio de quinto de secundaria, pero, en las escuelas públicas, los profesores prefieren evitar el tema, para no ser vistos como proterroristas, dado el clima de controversia aún existente. Por ello, la mayor parte de visitantes escolares del LUM proceden de colegios privados.
Recientemente, el Lugar de la Memoria dio la posibilidad al público para que comparta sus impresiones tras escuchar testimonios grabados de víctimas de la violencia, sean familiares de policías, militares, periodistas, estudiantes, campesinos, subversivos. Cientos de post-it de colores rodean ahora los nombres de dichas víctimas, agradeciendo su testimonio o solidarizándose con su dolor.
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