El desconcierto
En mi visita a la Feria, yo gritaba "libros" y el eco me devolvía "Gobierno socialista con récord mundial de ministras"
Iba a la Feria del Libro igual que en la canción de Jorge Drexler: "Como quien sabe que cuenta con la tarde entera sin nada más que hacer que acariciar aceras". Casetas, en este caso. Mi objetivo era claro: ver a otros caer en los mismos errores que cometí en el pasado, un ejercicio siempre tranquilizador. Por ejemplo, a parejas jóvenes de la mano regalarse novelas de Michel Houllebecq, a familiares recomendarse a Jonathan Franzen o, a cualquiera en general, pasar al lado de un libro de Belén Gopegui y no comprarlo.
Eso era porque olvidé que España tenía nuevo Gobierno desde unas horas antes. Podía haberme dado cuenta por el sol que hacía el jueves desde que las ministras y ministros prometieron sus cargos, frente al temporal de la jornada inaugural de la Feria, que era culpa de Rajoy y ya anticipaba la moción de censura. La lluvia a cántaros que cantaba Pablo Guerrero.
Me lo recordó un mensaje en un folio que colgaba en una caseta: "Aquí vendemos [libros de la editorial] La huerta grande. Lo Màxim". "¿Y eso?", preguntó este paseante haciéndose el distraído. "Lo he puesto esta misma mañana. Casi lo quito. Me dicen que no se entiende mi humor inglés. Bueno, es más bien humor valencià". Más adelante, dos personas debatían sobre el nombramiento: "A mí me llaman prejuicioso por criticarlo, ¡pero es que ha estado en el programa de Ana Rosa!. Aunque, bueno, mira a Vargas Llosa con la otra...". En otra caseta me topo con el ensayo de Josep Borrell Los idus de octubre. Pregunto si se compra más desde que se anunció su cartera. "No, porque lo tenía enterrado por ahí en unas cajas y lo saqué justo entonces", me responden con una sonrisa. "Eso sí, se vende a cuentagotas".
Nada fue ya lo mismo. Yo gritaba la palabra "libros" y el eco me devolvía "Gobierno socialista con récord mundial de ministras". Un 63,1%, concretamente. El mismo porcentaje, décima arriba décima abajo, de hombres que leen en España. Cuatro puntos porcentuales menos que las mujeres. A mi lado, en el estand de la librería Mujeres, una chica de no más de 12 años pedía a su madre que aflojase la tarjeta porque quería el cómic Feminismo para principantes.
Hasta los altavoces se unieron a la coreografía. "Caseta 31, La función del orgasmo", anunciaban por megafonía, y en la Librería Verde alguien compraba El aporte femenino en la historia. "En la caseta número 189 se firma Tócate", y una señora mayor preguntaba por Un cuarto propio, de Virginia Woolf. "Begoña Huertas firma El desconcierto..." Justo entonces pasé al lado de una hilera solo de hombres que copaba el stand de la librería Almena, especializada en historia militar. Parecían desconcertados.
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