Rem Koolhaas reúne ideas para relanzar la Marca UE
El arquitecto holandés convoca a artistas y publicistas para mostrar los problemas del proyecto europeo común
La Marca UE, por así llamarla, tiene problemas para ser reconocida como un proyecto de paz, solidaridad y cooperación, pero no como un laberinto burocrático. Los propios representantes comunitarios lo saben, y con las negociaciones del Brexit y el populismo bullendo en su seno, el arquitecto holandés Rem Koolhaas ha decidido buscar los errores de comunicación sobre la idea de la Europa comunitaria de los últimos 25 años. Ha organizado para ello un laboratorio de ideas, Eurolab, que ha reunido en Ámsterdam, desde el pasado jueves hasta este domingo, a artistas y expertos en publicidad y comunicación del continente para proponer ideas sobre cómo mostrar la Unión Europea.
En De Balie, el centro cultural de la capital holandesa, los trabajos preparatorios dieron comienzo hace tres meses. El esfuerzo tiene la vista puesta en las próximas elecciones al Parlamento Europeo (mayo de 2019), que no suelen atraer precisamente a los ciudadanos tanto como las nacionales. Y en un trabajo así, el anglicismo tormenta de ideas refleja la influencia de Koolhaas, acostumbrado a llevar un estudio con múltiples proyectos artísticos en marcha. Reunidos en tres grupos compuestos por europeos de diversas nacionalidades, los expertos han ordenado las mejores ideas para "compartir la cultura, reforzar la noción de una nación europea y crear un nuevo lenguaje que nos haga interesarnos de verdad por el vecino", según el fotógrafo alemán Wolfgang Tillmans.
Su equipo ha intentado reflejarlo de la forma más visible. Por ejemplo, con mensajes en televisión recordando que "nuestros abuelos lucharon por [la misma] Europa”", o bien "Protegemos el futuro de la infancia en Europa". También con prendas en las que se lee que "una camiseta no basta para cambiar Europa". Como todas las campañas se benefician de un rostro famoso, "deportistas como Rafa Nadal, cineastas como Pedro Almodóvar o el italiano Robert Benigni, y escritoras como la británica J.K. Rowling, podrían ser una especie de embajadores de los ideales europeos, para que sean transnacionales", dice Tillmans.
El arquitecto Stephan Petermann, miembro de AMO, el estudio de diseño incluido en OMA, la oficina de arquitectura de Koolhaas, señaló sin rodeos los efectos de una mala comunicación institucional desde la UE. “Deberíamos trabajar más juntos, porque cosas como el fin del roaming (el sobrecoste cobrado por las compañías a sus abonados en el extranjero) son un logro importante y parece que no se sepa”, señaló. Su grupo se centró en la publicidad aplicada al mensaje europeo, utilizando para ello desde productos alimentarios, como el queso “que pueden acercarse a todos solo añadiendo 'europeo' a sus diversas denominaciones de origen". O bien otros lemas más políticos, "como recordar al ciudadano comunitario que la mayoría de los habitantes del mundo no puede cruzar libremente fronteras, y nosotros sí".
Koolhaas se refirió a la idea de Europa, “desde lo más ingenuo a lo más duro”, y presentó dos propuestas opuestas salidas de su grupo. La primera es un campamento de verano, a escala europea, y a partir de los 14 años, “para que los jóvenes se conozcan y vean cómo funciona de verdad la UE, en estos tiempos de nacionalismo exacerbado y antiglobalismo”. La otra consistió en un discurso, inventado, de la canciller germana, Angela Merkel, sobre la postura de Alemania en la UE. Su imagen era real, pero no así su voz, y Koolhaas suprimió este pasaje de la filmación del encuentro en De Balie para evitar que lo colgaran en Internet. “Hacer algo así es controvertido porque aprovecha las armas del enemigo", dijo, refiriéndose al populismo. Pero, según él, ilustraba el poder de la comunicación "para saber qué ganamos y qué perdemos”.
Babelia
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