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Jean-Claude Arnault, el “Weinstein de la literatura”

El fotógrafo francés es el causante de la decisión de la Academia Sueca de no entregar el Nobel de Literatura este año

El fotógrafo francés Jean-Claude Arnault en una imagen de 2011Foto: atlas | Vídeo: HENRIK MONTGOMERY (AP)
Silvia Ayuso

Le llaman ya el "Harvey Weinstein de los Nobel”, o el Weinstein de Suecia. La oleada de revelaciones sobre los abusos sexuales cometidos por el dramaturgo y fotógrafo francés Jean-Claude Arnault, así como las acusaciones de que al menos en hasta tres ocasiones habría revelado antes de tiempo el nombre del premio Nobel de Literatura, están detrás de la decisión de la Academia Sueca de no conceder este año, por primera vez desde 1943, el galardón más importante de las letras mundiales. Un final vergonzoso para quien, hasta hace no tanto, era considerado un pilar de ese mismo mundo que acaba de hacer implosionar.

Porque Arnault (Marsella, 1946), había logrado tanta influencia que “algunos le consideraban como el miembro número 19 de la Academia” del Nobel, señalaba en una entrevista con l’Express la periodista que destapó sus abusos sexuales en noviembre pasado, Matilda Gustavsson.

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Residente desde hace cuatro décadas en el país nórdico, es el marido de la poeta Katarina Frostenson, una de los 18 miembros de la academia hasta que, salpicada y hasta implicada en la oleada de escándalos de su marido, renunció en abril a su puesto vitalicio.

Y eso que, hasta no hace tanto, Arnault, inconfundible con su ondulada cabellera gris y sus gafas de pasta gruesa, posaba con seguridad y orgulloso con su mujer ante las cámaras. Al fin y al cabo, eran una de las parejas imprescindibles del mundo intelectual de Suecia, país donde Arnault se hizo un nombre con el que también consiguió reconocimiento en su país natal.

Fue su matrimonio con Frostenson y la decisión de fundar en 1989 el centro Forum en Estocolmo lo que le convirtió, poco a poco, en una figura clave de los Nobel. Este espacio de exposiciones , conciertos y encuentros literarios, considerado uno de los centros intelectuales más exclusivos de Suecia, estaba parcialmente subvencionado por la Academia sueca. "Era un poco como el salón del comité del Nobel. Era el lugar donde había que estar si se quería ser 'descubierto'", contaba un escritor a la prensa sueca. Tras destaparse el escándalo de abusos sexuales, se conoció además que el matrimonio tenía un conflicto de intereses grave, puesto que era Frostenson la que decidía las subvenciones de las que se beneficiaba el centro cultural dirigido por su marido, del que además ella era copropietaria.

Arnault gozaba de tanta confianza por parte de la Academia que esta le confió la gestión del piso que tiene en París. La vivienda en la elegante Rue du Cherche Midi, en el distrito VII de la capital, fue escenario, según sus acusadoras, de algunos de los abusos sexuales —incluso violaciones— que él niega hasta hoy pero que han provocado su caída irrefrenable en desgracia.

Todo empezó en noviembre pasado cuando, en plena oleada del movimiento feminista #MeToo surgido a raíz del escándalo de abusos sexuales del productor estadounidense Harvey Weinstein, la periodista del Dagens Nyheter se decidió a investigar y acabó revelando que hasta 18 mujeres habían sufrido abusos sexuales de Arnault. Después se supo que la primera alarma debería haber saltado hace 20 años, en 1997, cuando una mujer acusó ya en una carta al francés y “no se tomó ninguna medida”. En esos años también se sitúa otro caso que implica a la propia casa real sueca: cuando la princesa heredera, Victoria, de 40 años, era una veinteañera, Arnault “le tocó las nalgas” hasta que una ayudante real “se abalanzó y apartó a Arnault. Le apartó la mano”, según el diario Svenska Dagbladet.

Por si fuera poco, en diciembre se publicó que Arnault habría revelado con anticipación en tres ocasiones el ganador del Nobel de Literatura —la austríaca Elfriede Jelinek (2004), el británico Harold Pinter (2005) y el francés Patrick Modiano (2014)— y que también se jactó de estar involucrado en la concesión del Nobel en 2008 al francés Jean-Marie Gustave Le Clézio.

“Ya nada me sorprende sobre esa persona, ese cabrón. Supongo que lo supo por su mujer”, reaccionó tras conocer la revelación Peter Englund, secretario permanente de la Academia Sueca entre 2009 y 2015.

Hasta ahora, el fotógrafo se ha mantenido firme en su negación de todos los hechos. “Monsieur Arnault no tiene otro comentario que hacer salvo que decir que es inocente de todo de lo que se le acusa”, dijo su abogado a la cadena francesa TF1.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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