_
_
_
_

‘Pájaros de verano’, la película colombiana que inaugura la Quincena de Realizadores en Cannes

Tras la nominación al Oscar, Cristina Gallego y Ciro Guerra recuerdan la bonanza marimbera en el norte de Colombia en su nueva cinta

Ana Marcos
Primera imagen de 'Pájaros de verano', de Cristina Gallego y Ciro Guerra.
Primera imagen de 'Pájaros de verano', de Cristina Gallego y Ciro Guerra.Mateo Contreras

Ciro Guerra y Cristina Gallego, los primeros cineastas colombianos nominados al Oscar por El abrazo de la serpiente (2016), se han ido a rodar su nueva película al desierto de La Guajira. Llegaron hasta el norte de Colombia para recordar la bonanza marimbera. El capítulo del narcotráfico que se escribió en los setenta, cuando los Cuerpos de Paz de Estados Unidos desplegados en el país contribuyeron a la exportación de toneladas de marihuana. Esperaban encontrar la versión autóctona de El Padrino. Pero Pájaros de verano ha resultado ser la historia de La Madrina. "Una película de gángsters encabezada por una mujer retadora, poderosa e intuitiva", dice la directora. Con este filme se inaugurará el 9 de mayo la Quincena de Realizadores del Festival de Cine de Cannes.

Hasta principios de mayo nadie podrá ver la película. Pero los realizadores han decidido hablar antes de tiempo en Bogotá para mandar dos mensajes. El primero tiene que ver con la historia de la familia de etnia wayúu, mayoritaria en esta región de Colombia, que protagoniza Pájaros de verano. Representan una tragedia nacional contada desde la perspectiva de una madre que, por el momento, lanza esta afirmación: "¿Sabes por qué soy respetada? porque soy capaz de cualquier cosa por mi familia y mi clan".

Es la protagonista la que lidera una película que pretende marcar un hito en el cine de Colombia. "No estamos satisfechos con la representación del narcotráfico en el arte colombiano", dice Guerra. "Tenemos una deuda histórica con nuestro propio espejo, con nuestras historias más dolorosas", continúa Gallego.

Los cineastas han hecho la cuenta para responder cuando les preguntan: ¿Otra película de narcos? "De los 400 largometrajes hechos en Colombia, se pueden contar con la mano los que tratan de narcotráfico", asegura Cristina Gallego. Cita títulos como Sumas y restas o El arriero. Recuerda que de Pablo Escobar solo se ha hecho una serie. "Narcos no la hicieron los colombianos", apunta. "Nos hemos quedado callados". Por eso, pretenden, que en unos años Pájaros de verano se rememore por "sus personajes profundos y entrañables y porque en Colombia también se puede hacer una gran película de gángsters".

El tráiler da algunas pistas de la épica que le han imprimido a la película. Secuencias de acción en un escenario árido sobre el que lucharon contra el clima y las dificultades logísticas. "Tuvimos que armar un set en el desierto", relata la directora, "reconstruir las rancherías y las casas donde viven las comunidades wayúu".

Se rodó durante nueve semanas con 2.000 extras, todos locales. "La película mezcla actores naturales y profesionales", añade Gallego. Se combinan, también, el español y el wayuunaiki, el idioma de los indígenas de La Guajira. "Es esencial que se cuenten las historias en su lengua", opina Ciro Guerra. "Nuestro interés es romper las barreras del cine y Colombia puede enriquecer de esta manera la cinematografía mundial". 

No es la nueva película de Ciro Guerra

El segundo mensaje que lanzaron los cineastas es que Pájaros de verano no es la vuelta al cine de Ciro Guerra, es la película de Guerra y de Cristina Gallego. La misma mujer que ha participado en todas las producciones del director y que, ahora por primera vez, figura también en el crédito de directora.

"A partir de escándalos tan grandes como el que el año pasado generó el movimiento me too, estamos volteando lentamente a ver qué es lo que tenemos que decir las mujeres, ya que hasta ahora, aunque hemos hablado, no se nos ha escuchado, y se llega a decir que hemos estado prácticamente en silencio", dice Gallego sin dejar de recordar a compañeras como, por ejemplo, Laura Mora, que ha recibido más de 20 premios internacionales por su última película Matar a Jesús. Un número similar a El abrazo de la serpiente, pero no ha obtenido el mismo reconocimiento por no haber llegado a la alfombra roja de Hollywood.

El escarnio ha llegado a tal punto en Colombia que el nombre de Cristina Gallego ha desaparecido de los titulares y las noticias que se han escrito desde que se anunció el rodaje de la película. "No lo veo como un caso aislado, sino como un statu quo contra el que debemos protestar ante el silencio mediático", dice la directora.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ana Marcos
Redactora de Cultura. Forma parte del equipo de investigación de abusos en el cine. Ha sido corresponsal en Colombia y ha seguido los pasos de Unidas Podemos en la sección de Nacional, además de participar en la fundación de Verne. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_