Orishas: “Ir en contra del partido único no es dejar de ser cubano, es querer libertad”
El grupo de rap cubano vuelve con su gira 'El regreso de los dioses' tras siete años separados
Con su último single Habana 1957, aún sin estrenar y en el que cantan con Beatriz Luengo, resonando en la sala de entrevistas, se presentan dos de los Orishas. "Roldán está en Cuba renovándose el pasaporte de cara a la gira y no le ha dado tiempo a llegar", explica Yotuel Romero, quien ideó esta vuelta a los escenarios después de siete años separados. "Estoy ready", le respondió Ruzzo nada más escuchar la proposición de su excompañero de banda. Aunque se separaron de muto acuerdo en 2009 para experimentar y probar estilos musicales diferentes, Yotuel les llamó porque, mientras estaba rastreando nuevos artistas cubanos, nuevas sintonías urbanas, se dio cuenta de que lo que estaba buscando ya existía: Orishas. Desde esa llamada han pasado ya casi tres años. Y, para celebrarlo, el grupo llega a Madrid con un único concierto en la capital como parte de su gira El regreso de los dioses.
"Puede sonar un poco pretencioso", reconoce Yotuel, aunque aclara que la han llamado así porque Orishas es el nombre que reciben los dioses del panteón de la religión afrocubana yoruba. "Somos los herederos de esos dioses", apunta entre risas Ruzzo. Los dioses llevan regresando desde 2017 y ya han recorrido parte de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa. Además, el próximo mes de de mayo estrenarán Gourmet, su nuevo álbum, que mantiene la misma esencia del rap cubano aunque con un Orishas "más evolucionado y más revolucionado que nunca". "Todos los ingredientes que hay dentro son finos, exquisitos", explica Ruzzo.
Lejos de tratarse de una casualidad, el título del nuevo disco tiene su por qué. "Solo mientras comes pones en funcionamiento los cinco sentidos y queremos que eso mismo provoque nuestra música", apunta Yotuel. Además, se declaran "comida musical de calidad", por lo que llamarlo así era una forma de darle una nomenclatura, de darle una distinción a la musica que se hace a fuego lento. "La fast food musical está bien, pero queremos que la gente sienta que tuvimos la paciencia suficiente para recolectar los mejores ingredientes musicales y hacer este plato de comida que solo es para buen paladar", comenta el líder de la banda.
Siempre inconformistas, cuando a finales de los 90 y principios del siglo XXI eran uno de los máximos exponentes de la música latina a nivel internacional (antes de la invasión del reggaeton), los Orishas hablaban de cosas de las que nadie hablaba. "La crónica social ha cambiado de tiempo, pero no de contenido", afirma Ruzzo, mientras su compañero añade: "Nosotros hablabámos de lo que acontecía en el barrio, pero nunca sufrimos presiones de ningún tipo". La prostitución, la pobreza, la crítica política, la migración era temás recurrentes en sus letras y pretenden seguir igual de perspicazes que siempre con canciones como Sastre de tu amor, en la que muestran el caso de una cubana que se casa con un extranjero por amor para así "romper con el cliché de que todas son jineteras" (contraer matrimonio para obtener la nacionalidad) o Mariel, que habla del éxodo de cubanos que se produjo en el Puerto de Mariel hacia los EE UU desde a abril a octubre de 1980.
Sin embargo, el regreso de los dioses con mayúsculas quisieron hacerlo con el estreno de Cuba, isla bonita, primer tema que grabaron de su nuevo álbum. "Le debíamos esta canción a Cuba", confiesa Yotuel: "Era como pedirle la bendicion de nuestro regreso, porque somos quienes somos gracias a ella". Para ello, en 2015 se trasladron los tres a La Habana, donde contactaron con los máximos representantes de la música cubana del momento, tales como Gente de Zona, Waldo Mendoza o Buena Fe, y por primera vez grabaron un videoclip en su tierra natal, ya que la mayor parte de su carrera la habían desarrollado en Europa y EE UU.
Y sin olvidarse de donde vienen, a menos de dos semanas de la celebración de unas elecciones que parece que solo servirán para que Raúl Castro le entregue el poder a Miguel Díaz-Canel, que aboga por el continuismo, estos cubanos no creen que vaya a producirse ningún cambio. "Cuba ya tiene un concepto político establecido y no parece que vaya a cambiar. El principal problema que tenemos ahora mismo es el económico y eso sí que no se va a solucionar en un futuro cercano", señala Ruzzo.
Consideran que hay mucha dualidad sin permitirse el diálogo y sin que puedas pensar diferente. "Ir en contra del partido único no es dejar de ser cubano, es querer libertad", dice Yotuel, quien también aprovecha para explicar que el país tiene que ser para todos y que con el gobierno actual solo una parte de los 11 millones de ciudadanos están representados. "La falta de libertad es la asignatura pendiente de Cuba", continúa. No obstante, ambos se muestran ligeramente esperanzados: "El nuevo gobierno no está tan arraigado a la perenne revolución de los Fidel y es posible que abogue más por el diálogo”.
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