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La piratería baja un 6% en España, según un informe de la industria cultural

El ministerio de Cultura anuncia la creación de un código de conducta voluntario que impulse la colaboración entre el sector, operadores de Internet y publicistas

Tommaso Koch

La alianza contra la piratería parece funcionar. Por lo menos, un poco: la Coalición de Creadores detecta un descenso del 6% en el acceso ilegal a contenidos, el segundo consecutivo, en su Observatorio Anual para 2018; y su presentación se ha vuelto a celebrar, hoy como en 2017, en la sede del ministerio de Cultura, marco simbólico de una tregua y renovada colaboración entre ambos. Porque, durante años, la Coalición de creadores denunció a través del Observatorio ríos de accesos ilegales a contenidos y cientos de millones de euros de ingresos potenciales perdidos, a la vez que atacaba la inacción de Cultura, que en alguna ocasión respondió con datos distintos y críticas al estudio. Pero los tiempos han cambiado, los controles se han reforzado y la cultura parece navegar algo más tranquila por los mares de Internet: el valor de los contenidos ilegales visionados descendió de 23.294 a 21.899 millones el año pasado.

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Y no solo. El director general de Industrias Culturales y del Libro, Oscar Sáenz de Santa María, aprovechó el acto para anunciar un código de conducta voluntario que impulse la colaboración entre titulares de derechos, operadores de Internet como Google y publicistas, para “ahogar económicamente" a los piratas. El borrador del documento, que está estudiando y puliendo la Coalición de Creadores, busca acompañar el bloqueo de webs y las campañas de sensibilización con otra vía: impedir que las webs piratas se financien, sobre todo a través de la publicidad, gracias al compromiso entre todos los actores de esta lucha. De hecho, el Observatorio recoge que el 95% de esas páginas cuenta con anuncios, que el 81% de los usuarios se ha registrado en ellas y que un 8% hasta ha pagado por los contenidos ilegales. Se espera que el código esté listo antes del verano.

Así que sector y ministerio esbozan alguna sonrisa. Eso sí, tímida. Cultura destaca el refuerzo tanto de personal como de herramientas para la Sección Segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual, encargada de combatir la piratería, por lo que se han reducido "un 60%" los tiempos de tramitación. Y Carlota Navarrete, directora general de la Coalición de creadores, aplaude, con matices: "Estamos satisfechos, aunque el descenso es pequeño en comparación con países como Italia y Portugal". Navarrete recuerda que la gran mayoría de denuncias contra webs ilegales ha procedido de la propia coalición y que van a firmar un convenio con el ministerio para facilitarle los medios que necesite: "Nos parece muy significativo su compromiso para mejorar la Sección Segunda y tratar de competir con la alta tecnología que manejan esas páginas. Eso sí, queda mucho por hacer tanto a nivel privado como público".

El propio Observatorio lo sugiere. Por un lado, invita al optimismo el notable aumento del acceso a la oferta legal digital de cine (la usa el 49% de los encuestados, un 19% más que en 2016) y música (65%, con un aumento del 62%). La aplastante mayoría de los internautas asegura conocer plataformas como Netflix, Spotify o Movistar +: el frente legal parece haber cundido. Sin embargo, la vuelta de la medalla esconde muchas preocupaciones: el 60% de los usuarios piratas declara que no siempre sabe reconocer cuáles webs son legales; el acceso ilegal a videojuegos y libros aumentó respecto al año anterior; también sigue subiendo el lucro cesante, es decir, el dinero que la industria ganaría si no existiera la piratería, que el informe cifra en 1.875 millones.

Cada año los críticos del Observatorio ponen en duda este dato, que consideran exagerado. El informe lo calcula al considerar que los usuarios habrían estado dispuestos a pagar por ocho contenidos legales por cada 100 que consultaron de forma gratuita y pirata. Por contrastar, un reciente estudio de dos economistas de la Comisión Europea centrado en el cine concluyó que en España desaparece un 10,4% de ventas legales (entre salas, DVD o streaming), que se produciría si no existieran los canales no autorizados.

Para todos sus porcentajes, más en general, el Observatorio se basa en 4.047 entrevistas telefónicas a usuarios de entre 11 y 74 años, con una duración media de 17 minutos. Y permite trazar un retrato a grandes rasgos de cómo, dónde y qué se piratea en España. Todos, para empezar, dan la caza a las novedades: la mayoría del material pirateado lleva menos de un año en el mercado. El 75% de los encuestados accede a estos contenidos a través de buscadores; básicamente, de Google, ya que acumula el 99% del total. Y uno de cada 10 internautas también aprovecha las redes sociales —sobre todo Facebook— para encontrar sus series o canciones favoritas de forma ilegal.

Pero, ¿por qué lo hacen? Las explicaciones se mantienen casi idénticas respecto a años anteriores: las principales se resumen en “los contenidos originales son muy caros”, “ya estoy pagando por mi conexión a Internet”, “el acceso es rápido” y “no pago por algo que posiblemente no me guste”. Aunque entre el 35 y el 43% de los piratas —la cifra oscila según se trate de libros, filmes o videojuegos— afirma que estaría dispuesto a pagar para evitar la publicidad que ralentiza su acceso a los contenidos. La misión, para industria y ministerio, es conseguir que de verdad lo hagan.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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