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Alynda da la palabra a los boricuas

La cantante de la banda Hurray for the Riff Raff creció en el Bronx y pasó por la cárcel Sus letras reivindican ahora el orgullo portorriqueño

Alynda Segarra durante una actuación con su banda Hurray for the Riff Raff, en un festival en Newport, en julio de 2017.
Alynda Segarra durante una actuación con su banda Hurray for the Riff Raff, en un festival en Newport, en julio de 2017.Douglas Mason (Getty Images)

La gentrificación es también psicológica. La niña Alynda Segarra, portorriqueña del Bronx y alma de Hurray for the Riff Raff, prefería ver cantar a Judy Garland en El mago de Ozque sumergirse en la intoxicante música latina del barrio. Quizás fuese rebeldía inversa: su madre, Ninfa Segarra, pasó de activista local a teniente de alcalde del republicano Rudolph W. Giuliani en Nueva York. El padre, profesor de música, estuvo en la gestación del movimiento Nuyorican.

Al divorciarse sus progenitores, Alynda fue acogida por su tía Nereida, pero siguió con las comedias de Jerry Lewis y la serie I Love Lucy, paradigma del estadounidense blanco. A los 17 escuchaba a John Lennon y Patti Smith; descubrió el punk y escapó de casa para vivir como okupa en el Lower East Side de Manhattan. De ahí, saltó a los trenes de carga que cruzan el país, siguiendo la estela de Woody Guthrie, y, finalmente, fue encarcelada por vagancia. Al reintegrarse a la sociedad se sintió desconectada, lejos de los marginados, ángeles de incógnito, seres sagrados.

A los 18 se instaló en Nueva Orleans, tocaba en las calles y absorbía la vibración local. Hasta que decidió mudarse a Nashville, donde en un entorno marcadamente anglo y apolítico sintió añoranza de su gente. “Si eres un portorriqueño nacido en EE UU te educan para tener una conexión con la isla”, sostuvo Segarra por teléfono desde Nueva Orleans, el pasado 8 de marzo. “Es un lugar de fantasía, esa pieza que nos falta para saber quiénes somos, pues no encajamos en la cultura estadounidense. Está claro que nuestros líderes no respetan Puerto Rico, por el modo en que respondieron al huracán que azotó la isla. Racanean las inversiones y piensan que es una carga, como si viviesen de la beneficencia, cuando hay allí mucha riqueza”.

Su quinto álbum, The Navigator (2017), destila esta concienciación racial. Ha descubierto los discos del sello Fania y la prosa de Junot Díaz, el activismo en los sesenta de los Young Lords, socialistas que ayudaban a su gente con iniciativas en sanidad o alimentación y trataban a las mujeres como iguales, banda armada minada por la infiltración de la CIA en sus filas y abocada a la clandestinidad. Otra inspiradora asociación, la ganga Ghetto Brothers, que en 1971 logró una histórica tregua entre la veintena de pandillas callejeras que se repartían Nueva York. Entre sus fundadores, el músico Benjy Meléndez, líder del conjunto homónimo que editó un sabroso álbum, Power/Fuerza, curiosa mezcolanza de pop, psicodelia, funk y proclamas boricuas. En su investigación, Alynda descubre feos asuntos como la esterilización de las isleñas.

Esterilizaciones

“Cuando una mujer entraba a trabajar en una fábrica le decían que debía someterse a una operación de control de natalidad, pero en realidad las esterilizaban”, explica. “También se las utilizó para hacer pruebas con las píldoras anticonceptivas. Es muy importante que puedan contar su historia, y no pretendo con ello decir que lo hemos tenido peor que otros. Al enterarme de estas cosas me sentí conectada a los problemas de otras gentes y vi que si luchásemos juntos por la igualdad seríamos más fuertes. Por ello mis canciones atienden las palabras de la calle, ahí es donde encuentro el arte más excitante”.

The Navigator devuelve el orgullo perdido a su pueblo. Obra conceptual estructuralmente inspirada en Ziggy Stardust de David Bowie, cuenta la historia de una heroína que ha hibernado 40 años y al regresar a su barrio lo encuentra gentrificado. Navita, lesbiana como la autora, saldrá en busca de su gente, diseminada por Trumpland, para recordarles sus orígenes y la contribución que hicieron al país de acogida. Ella, que se sentía avergonzada de lo latino, es quien finalmente aceptará la misión de animarles a seguir P’alante, título de la pieza central de un álbum variado que incluye versos del poema de Pedro Pietri Puerto Rican Obituary.

“Mi situación es distinta de la de alguien a quien se le dice que es ilegal, un modo de deshumanizarle”, razona Alynda. “Lo que está pasando con la deportación es terrorífico; oímos historias que deberían hacerse públicas. Se está separando a las familias, los detienen cuando llevan a sus hijos a la escuela. Por eso debo dar voz a quienes pasan tanto miedo. La ciudadanía no lo sabe: les han lavado el cerebro”.

Discografía del grupo

Small Town Heroes (2014).

My Dearest Darkest Neighbor (2013).

Look Out Mama (2012).

Live at 2012 New Orleans Jazz & Heritage Festival (2012).

Hurray for the Riff Raff (2011).

Young Blood Blues (2010).

It Don't Mean I Don't Love You (2008).

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