“Voy a tener en Madrid mis cinco minutos de gloria”
El coleccionista brasileño Luís Paulo Montenegro, premiado por Arco, accede a revelar sus tesoros en la Fundación Santander
En 1999, el empresario brasileño Luís Paulo Montenegro (1958, Río de Janeiro), vicepresidente del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística, Ibope, no tenía mayor relación con el arte que la establecida con las piezas que adornaban la casa familiar de São Paulo. Casi por casualidad, entró en una sala de subastas en el momento en el que se iba a adjudicar una obra de Cândido Portinari titulada Índia Carajá (1961). Sin poder evitarlo, unos segundos antes de que el subastador golpeara el mazo para adjudicar el óleo, Montenegro levantó el brazo y se quedó con la pintura. Así entró el coleccionismo en su vida para no volver a salir. Desde entonces , el conocido como rey de las encuestas, ha acumulado más de 500 piezas de primer nivel en la que puede decirse que están representados casi todos los artistas contemporáneos de su país, de Latinoamérica en general y algunos de los grandes maestros europeos y estadounidenses del siglo XX: Alfredo Volpi, Lygia Clark, Lygia Pape, Wilfredo Lam, Hélio Oiticica, Cildo Meireles, Ernesto Neto, Alexander Calder, Andy Warhol, Annie Albers, Willem de Kooning, Giacometti o Torres García, entre otros. La única artista española representada es Sara Ramo.
Montenegro no tenía ninguna intención de mostrar sus tesoros artísticos en público hasta que el año pasado, la Fundación Banco de Santander le invitó a dar a conocer su colección en las salas de exposiciones de Boadilla del Monte (Madrid). Animado por el premio al coleccionista que le ha concedido la feria de Arco en esta edición, Montenegro ha aceptado enseñar por vez primera una parte sustancial de su colección: 217 obras de 106 artistas en una muestra titulada Visiones de la tierra. El mundo planeado, que se podrá contemplar hasta el 10 de junio.
Montenegro elude una valoración económica de su colección. Prefiere hablar de cómo su entorno más próximo se transformó con la llegada del arte a su vida hasta el punto, asegura, de que su círculo de amigos más íntimos está formado por artistas, conservadores, galeristas y otros coleccionistas. “Nunca planeé exponer”, añade entre risas, “pero al final, parafraseando a Warhol voy a tener en Madrid mis cinco minutos de gloria”.
El escritor y historiador Rodrigo Moura, exdirector artístico del museo brasileño de Inhotim, ha estructurado la exposición en diez secciones, “en función de los temas y el orden cronológico”, explica el comisario. “Las visiones de la tierra hacen referencia al conjunto de obras del modernismo brasileño y latinoamericano mientras que en El Mundo Planeado se alude a las vanguardias neoconstructivistas brasileñas de la década de 1950”.
El núcleo duro de la colección está formado por artistas nacidos en Brasil. El comisario asegura que esta colección es, si no la más, una de las más ricas en arte producido en Brasil. Considera Rodrigo Moura que todas las corrientes artísticas están muy bien representadas, aunque si tiene que señalar, se queda con Indigenismos, el epígrafe que agrupa a unos artistas que reinterpretan la cultura en contacto con los elementos locales. Aquí figuran obras de gran formato y poder visual de Maria Martins, Rufino Tamayo o Xul Solar.
Homenaje al mundo de la estadística
En el recorrido de la exposición, el coleccionista se ha permitido un capricho con el que hace un homenaje al negocio familiar, el Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística, Ibope. Fundada en 1942, cuenta con más de 4.000 empleados dentro y fuera del país. De ese lenguaje de datos y de su representación hablan las obras de Alighiero Boetti, José Damasceno, Nelson Leirner Jorge Macchi y Newton Rezende.
Por su parte, el comisario Rodrigo Moura también cuenta cómo hace un par de años se desligó de la dirección artística del museo de Inhotim (Brasil), cuyo fundador, Bernardo Paz, fue procesado bajo la acusación de lavar dinero con otras empresas de su propiedad. “Creo que se va a acordar una solución mixta por la que el museo tendrá un gobierno público y privado, pero no se más que lo que se ha publicado. Es uno de los centros de arte contemporáneo más interesantes que conozco y espero que lo siga siendo”, zanjó el también escritor e historiador.
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