Mucho más que el creador de ‘Deadpool’
Fabian Nicieza no reniega de su famoso personaje, aunque hoy está centrado en un webcómic sobre un cazador de trolls de las redes
Fabian Nicieza (Buenos Aires, 1961) lleva 30 años escribiendo cómics para las dos grandes editoriales estadounidenses, Marvel y DC. Allí ha escrito algunos de los más famosos personajes, de la Patrulla X a Batman, pero cuando hoy lo presentan siempre utilizan la misma coletilla: "Fabian Nicieza, co-creador de Deadpool". Así fue presentado también en la Heroes Comic-Con de este fin de semana en Madrid. Él no lo esconde: "Me he vuelto maduro y realista. El éxito repentino tardó 25 años en llegar para el personaje, y sé que puede esfumarse en cinco minutos. Simplemente me siento mejor siendo el co-creador (junto a Rob Liefeld) de un personaje popular y que conecta que no siéndolo. Y cuando pase, no será una sorpresa. Todo es un ciclo. Pasará", explica a EL PAÍS.
El autor parece sobrellevar con filosofía incluso la segunda línea que toman los creadores de cómics cuando sus personajes son adaptados a la gran pantalla: "Recibo más que otros y menos de lo que debería", apunta con realismo, sin olvidarse de los Bill Finger, Jerry Siegel, Jack Kirby o Bob Kane: "Es un problema en la industria para los autores que crearon las figuras icónicas, pero yo llegué justo en la época donde se cuestionaba lo que deberían haber ganado. Las empresas por fin nos reconocían algo. Pese a no llegar al nivel de un cómic del autor como hacen Robert Kirkman (The Walking Dead) o Todd McFarlane (Spawn), sí mejoró. Así que ingreso algo por el personaje regularmente. Sabía a lo que atenerme desde el principio: era trabajo por encargo. Si me quejo 25 años después, o soy un hipócrita o un idiota ¿Es mi participación proporcional a lo que gana Marvel o Fox mundialmente? Claro que no, pero menos da una piedra".
El autor ha recorrido el mismo camino que Leonard Nimoy, cuando, tras años de querer hacer otras cosas, por fin abrazó la suerte que tenía de haber sido encasillado con Spock en Star Trek: "Cuando Nimoy absorbió ese mensaje venía de madurez, edad y perspectiva. Soy suficientemente mayor para hacerlo. Además, para mí no es una asociación diaria, salvo por las personas que me lo recuerdan. Lo creé en 1982 [su primera aparición data de Nuevos Mutantes 98] y desde hace 10 años, cuando terminé con la serie Cable y Masacre, de 2004 a 2008, ya no lo escribo regularmente".
Masacre, como es conocido en los cómics en España, nació, de hecho, casi por casualidad. "Liefeld me dijo que quería un cruce entre Punisher y Spiderman, pero solo tenía el concepto, así que hubiera sido muy distinto de ser presentado en la primera página o en la número 13. Lo utilicé para contraponerlo al sentido del humor de Cable", que ahora también se enfrentará al mercenario bocazas en la gran pantalla, en Deadpool 2. Al autor le encantan las adaptaciones, aunque tampoco piensa que sean fundamentales en su trabajo: "Seamos realistas, los lectores no vienen del cine al cómic".
Tanto le debe el personaje cinematográfico a su padre que Nicieza llegó a apostar ya en 2004 por quién sería el actor ideal para interpretarlo: "Parezco un cruce entre Ryan Reynolds y un perro Shar Pei", decía Masacre en las viñetas. "Ryan no tendría trabajo sin mí. Y él lo sabe", bromea el autor entre una risa estridente y contagiosa en la que se atisba un parecido más que claro con el personaje cachondo y políticamente incorrecto que creó. "Como diría mi padre: es un hinchabolas ¿eso se utiliza aquí?", pregunta el autor que imigró de Argentina a EE UU con solo cuatro años en un panel.
Nicieza, que salta con sobrado desparpajo del inglés al español de sus padres (algo olvidado, pero perfectamente articulado) cuando habla para un público hispano, abraza hoy esa madurez, aunque reconoce que lo hace desde un punto alejado de la industria. "No estoy envuelto desde hace tiempo. En parte por elección y en parte, no. Pero la parte que elegí es por entender que no estarás siempre en lo alto. Mi escritura no es suficientemente buena para garantizarme un puesto vitalicio. Soy un trabajador profesional. No un Alan Moore ni alguien que gane premios, sino alguien que te hará disfrutar. Creo que escribo bien, pero sin cambiarte la vida. Algunos buscan eso en todo lo que leen. Ese no es mi objetivo y quizás sea uno de mis problemas", reconoce.
Pese a ello, su popularidad sigue estando más que vigente. Prepara una miniserie de Pantera Negra en Marvel que coincidirá con la llegada de su película; el equipo de Nuevos Guerreros que creó para la editorial también se adaptará a la televisión (en una versión muy distinta, pero con la que ha colaborado) y otro de sus personajes propios, Dominó, está a punto de hacer el mismo salto en Deadpool 2, donde precisamente hace su aparición Cable de Josh Brolin a quien escribió en más de 100 números (el récord). Lo que más le interesa hoy es, sin embargo, un webcómic propio que ha creado en la compañía digital coreana Line webtoon con el dibujante Reilly Brown (con quien compartió Cable y Masacre) sobre un justiciero de trolls de las redes sociales, Outrage: "No digas nada estúpido en las redes, porque saldrá de tu dispositivo y te pegará. Él o ella es el acosador de los acosadores de los acosadores en Internet. No razona. Responde. La primera mitad del cómic es un misterio que descubre quién es y la segunda trata de entender por qué lo hace. Explicar por qué actuamos e interactuamos así en las redes, de una manera que no haríamos en la vida. Quiero que sea una exploración de qué narices está mal con nosotros. Es divertido y misterioso".
El autor se lo toma, además, como un nuevo reto en su dilatada carrera: "Escribir es escribir, pero el formato, de cinco páginas por semanales, 26 capítulos y leyendo las viñetas independientemente, cambia la manera de narrar. Vamos aprendiendo. Llevamos tres capítulos y cuando Reilly controle la lectura vertical, comenzaremos a ver lo que funciona. Es una nueva manera de crear y presentar una historia y un estudio de personajes".
Lo que tiene muy claro es que desde que empezó a trabajar, la industria del cómic ha evolucionado. "Me consideran de la vieja escuela. Porque simplemente escribo para la necesidad de los personajes. Si es un personaje establecido, como Tim Drake en Red Robin, respeto su voz, la historia de los que vinieron antes y su público. Mi trabajo es que evolucionen y darles historias interesantes. No poner una voz nueva. Últimamente, leo mucho la voz de los autores, más que la de los personajes. El mayor halago de mi carrera fue cuando me dijeron que si cerrabas los ojos leyendo diálogos de Los Nuevos Guerreros, sabías el personaje que hablaba en cada momento". Nicieza, debajo de capas y golpes, siempre ha estado interesado en la humanidad de los personajes, en el clasicismo de sus situaciones. Así lo demostró en la química de sus Nuevos Guerreros, X-Force o en Thunderbolts, equipo de villanos reformados donde se mantuvo siete años.
Pero el cómic no solo evoluciona en la forma: "Cuando presenté al personaje de Nómada en 1991, tenía el virus de sida, pero no me dejaban decirlo. Los que estaban por encima de Marvel tenían miedo de meter en un tebeo temas todavía estigmatizados". También dio voz al primer superhéroe gay de Marvel, incluso si nunca pudo decirlo: "Escribía siendo consciente de que Estrella del Norte (personaje del grupo canadiense Alpha Flight) era homosexual, aunque quería presentarlo como alguien más. Eso creaba un problema, porque en Marvel no me dejaban revelar su identidad sexual", explica. Años más tarde, el guionista Scott Lobdell lo sacó del armario con un grito mientras volaba donde no dejaba lugar a duda: "¡Soy gay!". Hoy Nicieza se ríe de aquella viñeta: "Siempre que veo a Lobdell, me burlo de él ¿quién iría volando con un puño en alto dicieno eso? No es humano".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.