Rablaci, el hijo artista de la exdirectora del IVAM, guarda silencio ante la juez
La magistrada cree que se destinaron recursos del museo de Valencia para promocionar su carrera
Rafael Blasco Ciscar, el artista conocido como Rablaci, ha guardado silencio este jueves ante la juez que instruye el caso IVAM, y que le había citado a declarar como investigado por un presunto delito de malversación de caudales públicos. Rablaci, hijo de la exdirectora del Instituto Valenciano de Arte Moderno Consuelo Ciscar y del exconsejero Rafael Blasco, está acusado de servirse de los fondos del museo para la promoción de su carrera.
La defensa del artista pidió hace meses el sobresemiento de su imputación a la Audiencia de Valencia alegando que no existían indicios contra él en la causa que investiga la existencia de una trama, liderada presuntamente por su madre, que se lucró con dinero del IVAM.
Los tres magistrados que componen la Sección Segunda de la Audiencia de Valencia confirmaron la imputación de Rablaci reafirmando las conclusiones a las que de modo indiciario ha llegado la juez de instrucción sobre la base de un informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la policía.
Rablaci, según la juez, se benefició de fondos públicos por varias vías. El museo pagó a Norberto Martínez a cambio de que escribiera textos para la tesis del artista, así como para sus exposiciones. Personal del IVAM se encargó de organizar sus muestras dentro y fuera de España, intermediando para ello con autoridades en el extranjero. Y el museo patrocinó sus exposiciones y empleados del mismo redactaron su currículum.
Todo ello se realizó "bajo la supervisión directa y siguiendo las órdenes de la madre del investigado", señala la Sección Segunda de la Audiencia. Una exdirectiva del IVAM declaró hace unas semanas que participó en los hechos por miedo a las represalias de la entonces directora.
El museo también pagó, según la magistrada del Juzgado de Instrucción número 21 de Valencia, los gastos de desplazamiento y alojamiento en los viajes que Rablaci hacía con motivo de las exposiciones, así como del transporte de las obras y la impresión de los catálogos.
Tanto la juez como los magistrados de la Sección Segunda consideran que existió "connivencia" por parte del artista, como probaría el hecho de que proveedores, patrocinadores y organizadores de sus exposiciones "en lugar de contactar directamente" con él se dirigieran a Ciscar y a empleados del IVAM que, a su vez, transmitían los mensajes a Rablaci.
"No resulta verosímil" que el artista "desconociera la utilización de los fondos y personal del IVAM para todo ello", han concluido los jueces.
En el caso IVAM se investiga en total a una decena de personas por los supuestos delitos de prevaricación, malversación y falsedad, incluidos varios directivos y empleados del museo, y un empresario. Entre los supuestos delitos figura el de haber pagado sobrecostes por obras, y haber utilizado el museo para revalorizar piezas de la directora.
A principios de octubre, la Sección Segunda de la Audiencia de Valencia confirmó el decomiso de 12 obras al considerar que fueron "adquiridas por la señora Ciscar a resultas de la actividad delictiva" que investiga el Juzgado de Instrucción 21.
Babelia
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