La Casa Buñuel resucita como sede de la Academia Mexicana de Cine
España y México firman un acuerdo definitivo para revitalizar la vivienda familiar del cineasta aragonés
Estrangulada durante más de dos años por un conflicto administrativo, la Casa Buñuel volverá a abrir sus puertas convertida en sede de la Academia Mexicana de Cine (AMACC). Tras la compra por el Estado español del inmueble, en un céntrico barrio de Ciudad de México, la vivienda familiar del cineasta aragonés hasta su muerte en 1983 funcionó fugazmente como espacio cultural y residencia de artistas hasta su cierre en mayo del año de 2015. Esta semana, el embajador español y la secretaría mexicana de Cultura firmaron un acuerdo de cesión del uso y mantenimiento del recinto a la academia mexicana.
Los más de 200 metros cuadrados, tres plantas y jardín servirán también de sede para la Federación Iberoamericana de Academias de Cine (Fiacine), recientemente inaugurada y que aglutina de momento a las academias de nueve países: Venezuela, España, Portugal, Brasil, Colombia, Paraguay, Ecuador, México y Argentina. “Encarnada en la figura de Buñuel, mexicano y español, se trata de la sede ideal para estas dos instituciones, con una importante proyección iberoamericana, de la que México y España son dos socios e impulsores”, explicó a este diario el embajador Luis Fernández-Cid de las Alas Pumariño.
La casa será también sede para la Federación Iberoamericana de Academias de Cine
Al morir la viuda del cineasta, Jeanne Rucar, el domicilio pasó en alquiler de mano en mano hasta que los herederos, los dos hijos de la pareja, decidieron vender. En 2010, el Gobierno español la compró por medio millón de euros y habilitó el inmueble para albergar talleres, conferencias, exposiciones, festivales de cine, estancias de pintores, dramaturgos, académicos. La Casa Buñuel funcionó a pleno rendimiento de junio de 2013 a mayo de 2015. Hasta que una pugna larvada entre las dos cabezas de la política cultural española en el exterior estranguló la financiación. El propietario del inmueble es el ministerio de Cultura pero la cartera de Exteriores es la encargada de bombear el dinero.
En junio del año pasado, el entonces secretario de Cultura mexicano, Rafael Tovar y de Teresa y el secretario de Estado de cultura español, José María Lasalle, ya llegaron a un primer acuerdo, sellado ahora definitivamente por la figura de comodato o cesión, habitual en el ámbito de la cooperación internacional, por una duración de 20 años. Aprovechando el acondicionamiento –el recinto cuenta con una sala de proyecciones, y dos habitaciones habilitados para su uso como residencia– se prevé que su puesta en marcha sea inminente dentro de los fines de difusión, investigación y desarrollo por parte de la AMACC.
México encumbró a Buñuel –dirigió 20 películas en el país– pero sus primeros años fueron duros. En 1953, casi una década después de llegar, con el éxito y la fama internacional que le dio Los olvidados, compró un terreno de 400 metros cuadrados en la colonia Narvarte, por entonces una zona en expansión del cogollo urbano del DF. La casa la diseñó otro exiliado y excompañero de la Residencia de Estudiantes de Madrid, aquella incubadora de talento donde Buñuel coincidió con otros referentes de la edad de plata española como Dalí o Lorca. La fachada de ladrillo visto y la imponente chimenea que corona la tercera planta de la casa son un guiño mexicano al centro de estudios madrileño.
Babelia
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