_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Del feliz dolor de las distancias...

Lichi es de los pocos escritores que realmente vivían todas las horas de sus días entreverando la ficción con la realidad

Eliseo Alberto, en Madrid en 2008.
Eliseo Alberto, en Madrid en 2008. ULY MARTÍN

Lichi vivía la distancia constante que lo unía-separaba entre su infancia y sus canas... era a un mismo tiempo intacto el niño de Arroyo Naranjo y el papá-mamá de su hija María José y ese mismo sortilegio explica que vivía el exilio-arraigo entre México y La Habana, cantando los Himnos Nacionales de cada país entreverados (“Mexicanos al grito de guerra/ que la Patria os convoca orgullosa...”) y lloraba por un Fufú de plátano cuando estaba en Mixcoac y por los tacos al pastor cuando visitaba el Vedado...

Más información
Eliseo Alberto, el novio de Cuba

Por lo mismo, creo que Lichi es de los pocos escritores que realmente vivían todas las horas de sus días entreverando la ficción con la realidad; era periodista de sueños inverosímiles, cronista de lo inverificable y ensayista que gustaba añadirle un poco de lluvia a los párrafos aunque no constara en el informe meteorológico...

La novela de mi padre apareció increíblemente en el fondo de un cajón y eso consta porque le consta a su jimagua Fefé, pero también consta porque así lo reinventó Lichi al intentar cerrar esa la única novela que intentó el gran poeta Papá Eliseo... Intento que abandonó al azar en la última página donde trazó el contorno de su propia mano, abiertos los dedos como saludo o despedida (imagen que decía Rapi que era dibujo y no sólo trazo como stencil).. y en esa página Papá Eliseo declara que se rinde, que no intenta cerrar la novela y se dirige a un Tú que le pide que la termine por Él, ese Tú que podría haber sido Cintio Vitier, su poeta, hermano y cuñado casado con Tía Fina, hermana de Bella y todo parece un cuento de hadas que cuenta un niño en una Navidad en Arroyo Naranjo, cuando los tres hijos del Poeta confundieron con la llegada de los Reyes Magos a unos barbudos vestidos de verde olivo que bajaron de un jeep y salvaron a Bella de su primer ataque de hipoglucemia y, decía Lichi ya adulto sin dejar de ser niño, que el azúcar que subía Papá Eliseo en grandes cucharadas por la escalera de Arroyo Naranjo caía sobre cada escalón como nieve de invierno en pleno Sol de Cuba...

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_