“Ready Player One’ es la carta de amor de Spielberg a los videojuegos”
Ernest Cline, autor de la novela que inspira la próxima película del cineasta, afirma que esta cambiará cómo se percibe lo virtual
Ernest Cline tiene un DeLorean en el garaje. De él se pueden decir muchas cosas. Que fue poeta callejero que declamaba en pubs de Texas a altas horas de la madrugada con versos libres como estos: "Él es el friki, la antítesis de lo que mola, la última persona con la que querrías verte atrapado en una conversación". Que escribió una road movie sobre un grupo de treintañeros que allanan el Rancho Skywalker para verse antes que nadie Star Wars Episodio I. La amenaza fantasma. Que se va de farra con George R.R. Martin y es buen amigo del omnifriki por excelencia, Harry Knowles. Pero todo eso es secundario ante el hecho seminal: Ernest Cline tiene un Delorean en el garaje. Dos, en realidad. Hay que empezar por ahí.
Cline es novelista. Con su debut en la ficción, Ready player one (Ediciones B, Nova, 2011), se forró. La novela en cuestión es una reinvención de Charlie y la fábrica de Chocolate centrada en el arranque de la novela, el hallazgo de los tres billetes dorados, aquí tres llaves. En vez de un Willy Wonka, Cline reimagina una especie de Steve Jobs, un magnate llamado James Halliday que diseñó el Windows definitivo de la Realidad Virtual, OASIS (Simulación de Inmersión Sensorial Ontológica Antropocéntrica). A su muerte, escondió tres llaves en el universo digital construido a partir de sus películas, libros y videojuegos favoritos de la cultura pop. Quien las encuentre, heredará su fortuna.
Toda esta locura ha seducido nada menos que Steven Spielberg, que dirige la adaptación. De Spielberg, por cierto, se habla mucho en su novela, hasta el punto de que los personajes discuten fascinados sobre sus películas. Cline confesó públicamente, en un tuit viral, que casi le da un infarto al enterarse. 1UP, Skype mediante, ha charlado con el novelista para descubrir qué se siente al ver el sueño friki de toda una vida realizado por el Rey Midas de Hollywood.
Pregunta. ¿Cuánto tiempo tuvo que aguantarse antes de compartir en Twitter a los cuatro vientos que Steven Spielberg iba a dirigir su novela?
Respuesta. [Risas]. Pues fue solo cosa de unos días. Tres semanas de saber que: “A lo mejor…”. Me dijeron que “había la posibilidad”, que “estaba interesado”, pero que había “que aclarar los detalles del acuerdo”. Menudas tres semanas. Las más largas de mi vida [risas]. Casi me volví loco. Por un lado, pensaba que era imposible que ocurriera. Por otro, me imaginaba ya amargado el resto de mi vida porque estuve “a punto pero no”. Cuando lo anunciaron en los medios, Hollywood Reporter, Variety, etc., aún no me lo creía. Me lo habían dicho dos días antes. Y no me lo creía. La verdad es que no me lo creo. Y eso que ya lo he conocido, que he viajado a Los Ángeles para ver con él las previsualizaciones de la película. Me parece un sueño, sin más.
P. Ready player one era, en muchos sentidos, un homenaje a ese cine ochentero que inventó Spielberg. ¿Cómo se sintió al conocer a la persona que inspiró su obra?
R. Se lo dije tal cual a él. Wade, el protagonista de Ready Player One, lleva un cuaderno de pistas, una especie de cuadernillo donde apunta las pistas sobre las pruebas en Oasis. Esto es evidentemente por Indiana Jones y la última cruzada. Le dije directamente que si no fuera por él, no habría escrito esta novela. Como poco, el libro no sería el que es. Y no solo Indiana Jones, los Goonies, Regreso al futuro y tantas otras. No dejo de decirle a mis amigos que estoy en Matrix, que es completamente imposible que esto me esté pasando.
Creo que la cultura pop puede cumplir un papel parecido al de la religión"
P. ¿Qué sedujo a Spielberg para adaptar su novela? Lo digo porque lleva años sin dirigir una superproducción para el gran público.
R. Creo que, simplemente, tenía ganas. Spielberg siempre quiere hacer películas que estén conectadas con el presente, que sean relevantes. Llevaba un tiempo sin hacer una aventura de acción y creo que en parte eso lo ha animado a volver. Pero también le interesa mucho hacer una película sobre la realidad virtual justo ahora que está despegando. De hecho, que él dirija esta película va a cambiar la historia. Va a lograr que mucha más gente se interese por la realidad virtual. De hecho, ha afirmado ya varias veces que cree que Ready player one es como mirar a la bola de cristal del mundo que nos espera en unos años.
Por otro lado, Spielberg lleva siendo un fan de los videojuegos desde los ochenta. Me contó la anécdota de que, durante el rodaje de E.T., se llevó el clásico Missile Command mientras rodaban en el bosque. Estaba tan obsesionado que encargó un generador para poder jugar entre toma y toma y batir su récord en el juego. De alguna manera, Ready player one es su carta de amor a esa faceta de sí mismo, a su amor por los videojuegos. Y a la vez una reflexión sobre la relación de la humanidad con la tecnología presente.
P. En su novela, hay mucho de esa reflexión. Por ejemplo con la identidad de uno de los amigos de los protagonistas, oculta tras un avatar masculino. También con cómo a través de un munto virtual la gente conecta entre sí más allá de los píxeles. ¿Cree que, a pesar de los peligros de la alienación, la humanidad preserva lo mejor de sí misma independientemente de la tecnología que use?
R. Es algo que me fascina. Internet, por ejemplo. Solo tiene unas décadas, pero ha pasado de ser algo que nadie conocía a una herramienta con la que convivimos diariamente. Vamos por ahí con estos miniordenadores de bolsillo que nos permiten mantenernos conectados cada minuto y la gente nos hablamos sin cesar a través de las redes sociales. Muchos de ellos, jamás se conocerán en el mundo real. A veces, están en las antípodas. Es una nueva relación humana que no existía. Ahora, cuando existes en Internet, existes como una especie de intelecto flotante. Tu cuerpo, tu sexualidad, tu identidad de género, tu dinero... Todo eso se evapora.
En los videojuegos pasa lo mismo. Puedes diseñar cómo luce tu avatar hasta el mínimo detalle. Puedes modificar tu estatura, tu masa corporal, los rasgos de tu cara. Es, básicamente, el primer medio de la humanidad que te permite controlar cómo te ven los demás. Todo esto me fascina porque es un hito en la historia de la humanidad. No tenemos ni idea de las ramificaciones que pueden tomar estas capacidades. Es algo nuevo para todos.
P. Jugando a Hollywood visionary, decidé transformarme en un director de cine gay en la época de la blacklist. Soy hetero, pero me resultó estimulante poder vivir al menos en la ficción otro tipo de sexualidad en primera persona. ¿Es este el poder de los videojuegos? ¿Permitirnos encarnar al otro, sentir lo que siente?
R. Lo es. Estamos, literalmente, en su piel. Creo que es un medio muy profundo para educar a la gente y también para abrirles la mente, para ayudarlos a aceptar la diversidad de personas que habitan el mundo con ellos.
P. Su segunda novela, Armada, ha tenido peores críticas que la primera. A nivel personal, he de confesar que me resultó muy estimulante la reflexión de que la cultura pop está asumiendo el rol de la religión. Es decir, que las enseñanzas morales que reciben los jóvenes llegan más por Luke Skywalker que por Jesús. Sin embargo, la crítica ha tildado a la novela de un cóctel de referencias pop. ¿Siente que se ha entendido peor que la primera?
El videojuego es el primer medio que te permite modificar tu aspecto físico"
R. Pues eso que comentas era justo lo que quería transmitir. A ver... La manera en la que intento copar con ello... La diferencia entre tu primera novela y tu segunda novela, y es lo mismo si eres un músico o un director de cine, es que si la primera tuvo mucho éxito, y Ready player one es una de las novelas con más éxito de la historia reciente, en la segunda vas a tener unas enormes expectativas. Sé que para mucha gente Ready player one se ha convertido en su libro favorito o en uno de sus favoritos. Lo que quieren de mí en un segundo libro es que llegue al mismo nivel de placer. Eso, evidentemente, es imposible, porque van a leer el libro con unas enormes expectativas. Aunque el libro sea bueno, incluso muy bueno, no va a sorprender igual. Pero no me quejo, eh. Prefiero tener este problema que el contrario, que mi primera novela no le hubiera importado a nadie y que por supuesto hubiera un desinterés total por la segunda.
Luego pasa otra cosa, que Armada está teniendo una trayectoria parecida a Ready player one. En su primer año, la novela tuvo críticas para todos los gustos. Pero la percepción de los lectores, en Goodreads, Amazon, Barnes & Nobles y otros agregadores fue en general positiva. Con Armada ha pasado lo mismo, aunque evidentemente no va a llegar al grado de aceptación que tuvo Ready player one. Pero no es algo que me amargue. A mucha gente le ha gustado, he vendido los derechos para hacer una película con Universal Pictures y es el libro que me apetecía escribir.
P. Volviendo al cruce entre lo religioso y lo pop, durante una entrevista con Neil Gaiman a este periódico el autor afirmó que no podíamos menospreciar el trabajo mitológico realizado por los cómic de superhéroes, porque era probablemente el mayor esfuerzo literario de la historia de la humanidad. ¿Coincide? Sobre todo teniendo en cuenta el personaje que creó en Armada, un ateo que sin embargo usa la cultura pop de manera muy parecida a la religión, como referente moral e incluso espiritual.
R. Para mí la cultura pop puede ser como una religión. Y la ciencia también. Me encanta la cita de Christiaan Huygens [célebre astrónomo, físico y matemático del siglo XVII]: "La ciencia es mi religión y el mundo es mi nación". Si ves el mundo desde una perspectiva científica, en vez de mitológica o religiosa, creo que vives mejor. Al menos, a mí me funciona. Pero la cultura, la música, el cine, las novelas, los videojuegos, son otra de las cosas que hacen que vivir merezca la pena. Para mí la cultura pop es cultura, sin más. De hecho, suelo responder a la gente que duda sobre si lo es con la siguiente pregunta: "Si la cultura de la que me hablas no es popular, ¿qué es? ¿Impopular?".
En Armada, quería homenajear este sentimiento, especialmente el que me han legado las novelas, películas y videojuegos de ciencia ficción durante mi juventud. Como ya dije, no soy religioso, pero podría decir que en cierto modo Star wars es para mí lo que más se parece a una religión. Descubrí a través de ella la mitología, el ciclo del héroe de Joseph Campbell [famoso mitólogo que inspiró a George Lucas para enhebrar el guion de Star wars]. Así que este amor por Star Wars, más todo lo que vino después, Independence Day, Battlestar Galactica por supuesto también The last startfighter y El juego de Ender moldearon Armada.
P. En su blog, George R.R. Martin confesaba su amor por Armada pero también le advertía que le vendría bien escribir una novela que no tuviera nada que ver con videojuegos. ¿Le va a hacer caso al consejo?
R. Pues la tercera no va sobre nada de videojuegos. Mi agente y mis editores querían que hiciera otra más sobre el tema y de hecho tenía una idea de cómo tratar los videojuegos desde un ángulo muy diferente, pero en la próxima no hablaré sobre videojuegos. Tampoco la cultura pop será un tema central, aunque haya alguna referencia aquí y allá. Será una novela de ciencia ficción y aventuras, eso sí.
P. E imagino que no nos puede decir ni mú sobre ella.
R. [Risas] No, no puedo. Creo que la gente que ha disfrutado mis dos novelas también la va a disfrutar. Pero quiero que sea una sorpresa.
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