_
_
_
_

"Nos sacó del calabozo dogmático que era México”

Familiares, amigos y autoridades despiden al pintor mexicano José Luis Cuevas en un homenaje en el Palacio de Bellas Artes

David Marcial Pérez
Homenaje a José Luis Cuevas en el Palacio Nacional de Bellas Artes
Homenaje a José Luis Cuevas en el Palacio Nacional de Bellas Artes Carlos Juica

Debajo de un mural épico de Siqueiros —una reinterpretación mexicana de la Libertad guiando al pueblo—, una pantalla gigante con una impresión del rostro felino, bigotudo y sonriente de José Luis Cuevas recibía este martes a los asistentes a su homenaje en el Palacio de Bellas Artes, el santuario de la alta cultura mexicana, con las paredes tapizadas por frescos del triángulo sagrado: Rivera-Orozco-Siqueiros. Alrededor de sus cenizas, familiares, amigos y autoridades despidieron al enfant terrible de los sesenta, al autor que con más ferocidad desacralizó el muralismo, a quien siendo apenas un adolescente osó llamar “folclórica, superficial y ramplona” a la pintura oficialista mexicana de mitad de siglo.

La paradoja no fue obviada por los participantes al evento. La secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, citó las propias palabras del artista: “quiero para el arte de mi país anchas carreteras que lleguen al mundo”, además de añadir que “construyó puentes” o que “salió al mundo para afianzarse mexicano”. El arquitecto Fernando González Cortázar, por su parte, comenzó su intervención diciendo estar “rodeado de las muestras cuyos vestigios degradados tanto combatió Cuevas”, para añadir que su amigo “siempre respetó la obra de maestros como Orozco” pero que “ansiaba la universalidad del arte mexicano” y que “abrió las puertas para dejar que entrara el aire. Nos sacó del calabozo dogmático en el que nos tenía enterrado el arte mexicano”.

En los últimos años tuve la sensación de tener a un amigo secuestrado

Salvada la mueca del destino, el otro foco del evento fue la espinosa relación entre la familia del pintor. Hace cuatro años, una de sus hijas denunció que su padre se encontraba casi en la indigencia, con problemas de nutrición y gravemente enfermo. Las hijas de su primer matrimonio acusaron a su segunda esposa, Beatriz del Carmen Bazán, de haberle descuidado durante la vejez. El artista salió personalmente a la palestra tensando aún más la cuerda con sus hijas, al revelar que habían acudido a un juez para exigir un régimen de visitas: "Se han presentado como unas víctimas abandonadas, no se les abandonó en ningún momento", dijo el pintor en una rueda de prensa en 2013.

Durante las guardias de honor, con el auditorio levantado en pie, se sucedieron los gritos de “Vivan las Cuevas” o “Arriba Bertha”, en alusión a las hijas y la primera esposa, Bertha Riestra, fallecida en 2000. “No sabemos nada. ¿Tú sabes algo de qué le pasó a mi papá? Por favor, si sabes algo ¿me puedes avisar?”, le decía Ximena, una de las hijas, a los reporteros al terminar el acto.

“En los últimos años tuve la sensación de tener a un amigo secuestrado”, había clamado unos minutos antes el poeta Homero Aridjis en la última y más candente intervención. Ya en las escalinatas de salida, el cineasta Alfonso Arau prefirió cerrar con una elegante elipsis el enredo familiar y recordar su infancia, adolescencia y madurez compartida con el pintor. ”Fuimos al mismo colegio y ya más mayores, en Café Tirol, donde también veíamos a Gabo, a Fuentes, a Paz, nació la famosa Generación de la Ruptura. Nos quejábamos mucho de que la nuestra no fuera tan importante como las anteriores”

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

David Marcial Pérez
Reportero en la oficina de Ciudad de México. Está especializado en temas políticos, económicos y culturales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en El País. Antes trabajó en Cinco Días y Cadena Ser. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y máster en periodismo de El País y en Literatura Comparada por la UNED.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_