Livia recupera su cuerpo
El hallazgo de dos investigadores consigue unir a un busto romano la parte que le faltaba y que se guardaba desde hacía 57 años en el Museo de Cádiz
De Livia Drusila se decía que no pasaba desapercibida. Y, aunque vivió hace 2.000 años, la madre del emperador Tiberio ha demostrado en Cádiz que, aún hoy, es capaz de seguir acaparando atenciones. La primera fue cuando apareció de forma casual un busto suyo (junto a los de sus nietos Germánico y Druso Menor) en Medina Sidonia, durante unas obras en 1960. Los tres retratos acabaron expuestos en el Museo Provincial. La segunda sorpresa que Livia se guardaba ha sido descubierta por dos investigadores: han encontrado el cuerpo al que correspondía el busto de Livia. Apareció en la misma excavación de 1960, pero nadie deparó entonces en la coincidencia. Ha estado 57 años guardado en los almacenes del Museo hasta que esta semana busto y cuerpo han vuelto a unirse y ya se exhiben perfectamente encajados.
“Fue una sorpresa muy agradable, aunque estaba dentro de lo lógico, pocas veces ocurre”, explica José Beltrán, catedrático de la Universidad de Sevilla y artífice del hallazgo junto a la investigadora María Luisa Loza, del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH). Investigaban sobre la importancia de Asido (actual Medina Sidonia) y las esculturas romanas, cuando encontraron una referencia a la excavación de 1960. “Se hablaba que los bustos aparecieron junto a un cuerpo. Indagamos y resultó que estaba en los fondos del Museo”, relata Beltrán.
Era la pieza de inventario 7.028, representaba un cuerpo femenino togado y datado entre los años 14 al 16, la misma época de la cabeza. “Nos permitieron llevarlo hasta el busto expuesto y vimos que encajaba”, explica Beltrán. Gracias a la restauración de Luis Carlos Zambrano, el cuerpo, fragmentado por las rodillas, se expone desde este pasado martes. “Es una gran satisfacción para todos, engrandece los fondos del Museo”, reconoce su director, Juan Alonso.
Livia Drusila vivió del 58 a. C. al 29 d. C. y fue una admirada personalidad romana. Fue esposa de Nerón, con el que tuvo a Tiberio y Druso. Posteriormente, se casó con el primer emperador romano Augusto. Livia desempeñó un destacado papel como consejera de su esposo y acabó siendo deificada como Diva Augusta, después de su muerte. Su fama la llevó a ser representada en multitud de esculturas.
La de Asido se enmarca en los inicios de esta veneración, justo cuando, en el año 14, se aprueba el culto imperial a su familia. Los investigadores creen que su retrato y el de sus nietos acompañaban a los de Augusto o Tiberio, en un desaparecido templo. “El paralelismo más cercano está en Narona (Croacia), donde se encontraron 20 esculturas de la familia”, relata el catedrático.
No es el único valor que resalta Beltrán: “La de Asido es de las mejores representaciones de Livia de la Hispania Romana”. El descubrimiento ya evidenció la importancia que debió tener Medina Sidonia en el imperio. Su cuerpo ahora aporta más detalles: está realizado con mármol local, a diferencia de la cabeza que, presumiblemente, fue traída de talleres romanos. Al haber estado preservada de la luz, conserva policromía de la toga, en tono azul y ribetes dorados. “No es algo común encontrar estos pigmentos”, reconoce Beltrán. Por ello, el IAPH ya está realizando una representación en tres dimensiones con los colores primigenios de la escultura, ahora sí de cuerpo y cabeza.
Babelia
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