Leonardo Sbaraglia: “El cine es mi eje maravilloso para conocerme”
El actor argentino presenta en Málaga tres películas y recibe un premio a su carrera
Es tan bella la ceremonia del mate que se organiza Leonardo Sbaraglia, mezclando despacio, poco a poco, las hierbas con el agua caliente, que uno puede llegar a imaginarse la delicadeza con la que este actor se enfrenta a tantos personajes complejos que ha ido dejando en su camino en los 31 años de oficio. Un oficio que le ha llevado de Argentina a España con la misma facilidad con la que se prepara su bebida favorita. Ejemplo del cine en español para el que no hay fronteras, el actor argentino llega al festival de Málaga, el certamen que en esta 20 edición ha abierto su programación oficial a títulos latinoamericano, nada menos que con tres películas: Nieve negra, El otro hermano, en sección oficial, y No te olvides de mí, en el apartado Focus Mar del Plata, además de recibir un premio a su carrera. A sus 46 años (Buenos Aires, 1970), el galardón Málaga-Sur no le abruma, lo agradece pero se lo toma con una filosofía sencilla. “´¿Qué he hecho yo para merecer esto?”, ríe Sbaraglia. “No hay que creerse nada, porque si no uno está muerto”.
Aplaude la iniciativa del certamen malagueño de abrir espacios para que el cine latinoamericano, presente en la sección oficial con ocho largometrajes de los 17 a concurso, tenga visibilidad en el mercado español, principalmente para esos títulos más pequeños. “Hay que ir acomodándose a los cambios que vive el cine, con sus distintas plataformas, buscando nuevos estímulos y sugiriendo foros de encuentro. El cine debe de ser una fiesta de confrontación, un lugar de reflexión y encuentro. Lo más rico del cine es que sea el sitio donde uno pueda encontrarse con otros”.
Su vínculo profesional y vital con España, donde vivió de 2000 a 2008, sigue firme. Esta mañana ha llegado directo de los Pirineos donde rueda la serie de televisión Félix a las órdenes de Cesc Gay. Los mismos Pirineos nevados, donde se rodó Nieve negra, primer largometraje dirigido por Martin Hodara y en el que trabaja por primera vez con Ricardo Darín. “No se puede hablar nunca de duelo interpretativo, sino de juego en equipo. Trabajar frente a actores como Darín te ayuda a crecer, a aprender y a esperar lo mejor del otro y que el otro espere lo mejor de uno. Es un gran compañero”.
Nieve negra es una historia de suspense sobre el secreto más doloroso y trágico de pasado de unos hermanos que, treinta años más tarde, tienen que enfrentarse a él, en medio de un paisaje montañoso y solitario. “La historia siempre nos alcanza y a cada uno le va a llegar su turno. A todos nos va a llegar el momento de encontrarnos con nuestra propia verdad y hacernos cargo de ello. No es posible escapar a un pasado, pero tampoco a un presente. El pasado condiciona la actualidad de cada uno”, asegura el actor.
Las palabras de Meryl Streep en la gala de los Globos de Oro sobre esos corazones rotos que uno va encontrando en la vida que hay que convertir en arte como clave fundamental de la búsqueda de la esencia de la interpretación se ajustan de manera casi literal al personaje de Marcos que Sbaraglia interpreta en Nieve negra y a ese Duarte de El otro hermano, que dirige Adrián Caetano. “Ese registro de la realidad me llega a través de una historia que escriben otras personas, pero también la clave es donde uno como actor decide participar. Esa elección también es un camino que a uno lo va definiendo. Son los personajes los que te van encontrando. Gracias a ellos, he recorrido paisajes de mí mismo que ni siquiera yo sabía que existían o no quería ver. El cine es mi eje maravilloso para conocerme a mí mismo”, dice. La ceremonia del mate continúa sin descanso.
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