La sensualidad esquemática y bipolar de Julian Opie
La Fundación Bancaja reúne una treintena de obras del artista plástico británico
La obra de Julian Opie (Londres, 1958), poblada de retratos esquemáticos, paisajes armónicos, desnudos dibujados con un puñado de líneas y paneles led, despierta impresiones enfrentadas.
"La gente interpreta mis obras de formas muy distintas. En el Reino Unido la crítica suele decir que mi trabajo es duro, afilado, frío, una mirada inhóspita sobre la humanidad. En Estados Unidos, por el contrario, dicen que es liviana, divertida, muy pop. No sé por qué el mismo trabajo genera opiniones tan distintas. Yo espero que mis piezas cubran todo el espectro de mis emociones y sentimientos hacia el mundo", se lee en una de las primeras columnas de la exposición dedicada al artista plástico inaugurada este martes en la Fundación Bancaja de Valencia.
"Yo creo que Opie es estrictamente bipolar, y no es una descalificación. El que no sea hoy maniacodepresivo es que no vive en este mundo", afirma Fernando Castro, profesor de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad Autónoma de Madrid y comisario de la exposición.
Pintor de la vida moderna, Opie partió de un estilo cercano al pop, evolucionó hacia el minimalismo, y acabó depurando una técnica cada vez más esquemática, con ecos del manga y el anime japonés, centrada en la relación entre el sujeto y su logotipo, afirma Castro. "Opie ha conseguido imágenes icónicas y muy reconocibles. Ha creado un nicho visual muy característico. Sus obras son como un espejo: mirándolas te ves a ti. Es parte de la cultura de los perfiles de las redes sociales. Con el tiempo nos pareceremos a los retratos de Opie".
La Fundación Bancaja ha reunido una treintena de piezas del artista, procedentes, además de sus fondos, del museo Thyssen-Bornemisza, el Banco Santander, la Galería Xavier Fiol, la Galería Mario Sequeira, la Lisson Gallery y una decena de colecciones privadas, como la de Hortensia Herrero.
Algunas obras no se habían mostrado al público. Como 7 People walking, un enorme panel led de seis metros de longitud de figuras en movimiento, que procede de una sala corporativa de la ciudad financiera del Santander en Boadilla del Monte (Madrid).
La exposición revisa buena parte la producción de los últimos 17 años de Opie, que solo ha sido objeto de grandes exposiciones en España en el IVAM de Valencia y el Centre de Cultura Contemporánea de Málaga, la década pasada.
Las piezas expuestas incluyen cuadros, piezas retroiluminadas, paneles led y, de una forma contenida, vídeo. "Opie se apropia del lenguaje del vídeo, que es la gran pulsión del arte contemporáneo, pero lo lleva a su molino, que es el del dibujo. Trabaja con ordenador y logra transmitir sensualidad a pesar de que todo es artificial, mecánico", afirma Castro.
El comisario recomienda ir a ver la exposición de la Fundación Bancaja con unos auriculares y el disco Blur: The best of, el recopilatorio que la banda británica lanzó en el año 2000 y cuya portada dibujó Opie. "Y si no con un disco de Bryan Eno, música ambient o de ascensor. Opie ha trabajado mucho para aeropuertos y estaciones de tren".
La cotización de las obras de Opie ha ido creciendo en los últimos años, señala Castro. Hoy sus piezas se venden en una franja que oscila entre los 100.000 y los 220.000 euros.
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