El Nuevo Progreso de Guadalajara celebra 50 años
Carteles rematados en la segunda plaza de toros más importante de México
El Nuevo Progreso cumple 50 años con la intención de mantener viva la afición en Jalisco, el corazón de la charrería y el tequila de México. La plaza de Guadalajara alcanza medio siglo con unos carteles rematados durante los sábados del mes de febrero. La empresa ha buscado combinar las figuras españolas con la incipiente baraja de toreros mexicanos.
El recinto, con un aforo de más de 15.000 espectadores, se concibió a lo grande desde un primer momento. De ahí que cuente con nueve corrales, diez cajones de toriles y un ruedo con una circunferencia de 46 metros de diámetro.
El 4 de febrero de 1967, Joselito Huerta, Finito Contreras y Manolo Martínez lidiaron seis toros de Llaguno. 50 años después harán el paseíllo Ignacio Garibay, Miguel Ángel Perera y Diego Silveti con astados de San Miguel Mimiahuapan.
La temporada la completan los siguientes carteles: Sábado 11 de febrero toros de Teófilo Gómez para Morante de la Puebla, Andrés Roca Rey y Luis David Adame. El domingo 19 de febrero toros de Los Cués para Alfredo Ríos “El Conde”, Fermín Rivera y Fermín Espinosa “Armillita IV”. Se cerrará el ciclo el domingo 26 de febrero con toros de Los Encinos para Pablo Hermoso de Mendoza, Joselito Adame y Octavio García “El Payo”.
En 1990 la Empresa Espectáculos Taurinos de México SA de CV, propiedad de Alberto Bailleres, la tercera fortuna de México, solo por detrás de Carlos Slim y Germán Larrea, compró el recinto. Desde entonces se han celebrado dos ciclos anuales. En octubre y noviembre, con fuerte acento local y también con proyección de novilleros, con la misma empresa en la gerencia y gestión.
Alfredo Sahagún (Guadalajara, 1946) es una de las personas que mejor conoce esta plaza y su historia. Durante 22 años fue juez de plaza, el equivalente al presidente del festejo en España, y lleva 23 como gestor de la plaza. En su memoria mantiene el recuerdo de las presentaciones de Antonio Ordóñez, Paco Camino y El Niño de la Capea, al que define como “un referente, un consentido en Guadalajara”. De los maestros de México mantiene en su retina actuaciones de Manolo Martínez y Manuel Capetillo.
Si tuviera que quedarse con un encierro quizá con una reciente: “la del año pasado de Jaral de Peñas, de impecable presentación, muy importante, con trapío y edad”. Al público de la capital de Jalisco lo define como serio: “conocedor y exigente, que antepone el toro a todo lo demás. Esta seriedad nos ha creado un prestigio que mantenemos”.
Insiste en no querer destacar unos toreros por encima de otros, pero sí remarca el afecto que tienen la afición por Morante de la Puebla. “Obviamente, Juli y Perera son también muy grandes. Y de los toreros de México Juan Pablo Sánchez, El Payo y Diego Silveti son una baraja que tira del carro de la fiesta en nuestro país”, matiza.
Sahagún destaca la labor de Bailleres como promotor taurino: “Tanto el señor Bailleres como su hijo Juan Pablo me han otorgado este privilegio. Estoy orgulloso y agradecido a la vez”.
En los últimos años, fruto de añadir nuevos perfiles en la gestión de la plaza, se ha incentivado la promoción e información de los festejos a través de las redes sociales. Tanto en Facebook como en Twitter. Esta iniciativa forma parte del plan para mantener viva la afición de Jalisco, así como de rejuvenecer los tendidos, la gran asignatura pendiente del taurinismo en el siglo XXI. Dentro de la misma también contemplan la entrada gratis a los toros de niños menores de 12 años.
Sahagún reconoce que la amenaza de los antitaurinos es una de sus grandes preocupaciones. “En la tauromaquia mexicana estamos muy unidos ganaderos, toreros y empresarios, pero lo importante son las acciones. Vamos a llevar a cabo una serie de actos para llevar a la UNESCO la petición de hacer la tauromaquia patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Esto nos blindaría también en Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú”, sostiene.
Babelia
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