El caso de fraude con las entradas a la Alhambra queda visto para sentencia
La defensa pide la absolución de los 48 procesados y la fiscalía, penas de cárcel
El juicio por el fraude en la venta de entradas a la Alhambra ha quedado este lunes visto para sentencia después de tres meses de juicio en el que han terminado procesados 48 personas, entre trabajadores del Patronato, guías turísticos y responsables de agencias de viajes, que se enfrentan a penas de entre cuatro y nueve años de cárcel por delitos de apropiación indebida, estafa, falsedad en documento mercantil, daños al patrimonio histórico-artístico y cohecho. Los acusados han defendido su inocencia en la última sesión de la vista. Los perjuicios al monumento más visitado de España han sido tasados en 7,9 millones de euros.
Francisco C. J., guía vinculado a la agencia de viajes Daraxatour, considerado por la Fiscalía como el centro de la trama, ha defendido su inocencia, razón que le ha llevado a rechazar un acuerdo de conformidad, como hicieron dos de los inculpados al comienzo del juicio para aceptar cinco meses de prisión.
Las defensas han solicitado la libre absolución de los acusados por "falta de pruebas" y por la posible prescripción de algunos supuestos delitos juzgados.
La Fiscalía ha mantenido los cargos contra todos los procesados. El fiscal del caso Alhambra, Luis Salcedo, ha considerado acreditados los accesos irregulares al monumento; bien con turistas sin entrada, con entrada recortada o accediendo más personas de las fijadas en los tiques.
La Junta de Andalucía, que ha ejercido la acusación particular, ha retirado en solitario su acusación contra 11 porteros al entender que no ha quedado acreditada su participación directa en los hechos. Sin embargo, ha considerado acreditado que se ha producido "una alteración" de los flujos de visitantes y el acceso de turistas sin entradas a través de distintas fórmulas y con "total permisividad" de los que ejercían de porteros. Todo ello, en un sistema donde los guías fueron "colaboradores necesarios".
La falta de control permitió que medio centenar de personas, supuestamente, se lucraran con la venta de entradas al margen del Patronato de la Alhambra. Al perjuicio de 3,5 millones que dejó de ingresar el monumento hay que sumar otros 2,6 millones en daños causados por el exceso de aforo sufrido por el monumento. No han sido los únicos: el total de daños ha sido tasado por los peritos en 7,9 millones. “Se les permitía el acceso sin entrada, a cualquier hora y sin limitación”, explica la fiscalía.
Los peritos judiciales descubrieron que en la primera década de este siglo se emitieron entradas falsas y billetes con el localizador anulado para ser revendidos. En el primer informe, de 2005, ya se alertó de la “llamativa capacidad” de uno de los taquilleros para vender en 33 segundos un total de 65 entradas a 13 personas diferentes.
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