Infierno de retaguardia
Con 'En defensa propia', Daniel Barber regresa al western, centrando otra vez su mirada en figuras femeninas aisladas en un paisaje hostil
Un relato de Elmore Leonard sirvió al publicista Daniel Barber como punto de partida para componer su personal carta de presentación ante la industria cinematográfica. La jugada le salió redonda: su cortometraje The Tonto Woman (2008) era un conciso western, distinguido por su remarcable respeto al trabajo de sus actores, su fidelidad al texto original y su sutil empeño de cuestionar la imaginería de un género a partir de una sensibilidad contemporánea. La película llegó a la recta final de los Oscar y, aunque Barber no se hizo con la estatuilla, el proceso facilitó la inmediatez de su salto al largo: Harry Brown (2009), thriller de venganza en el que un anciano se enfrentaba al submundo criminal de un barrio conflictivo, confirmó que en Barber había una mirada, una sensibilidad singular capaz de cuestionar la herencia de los géneros usando como instrumento a personajes complejos, alejados de todo cliché. En Harry Brown afloraba un perturbador manejo de la violencia, ajeno a toda frivolización, al tiempo que el estilo mantenía a raya la tentación de caer en el fetichismo cinéfilo.
EN DEFENSA PROPIA
Dirección: Daniel Barber.
Intérpretes: Brit Marling, Hailee Steinfeld, Sam Worthington, Muna Otaru.
Género: western. EE UU, 2014
Duración: 95 minutos.
Con En defensa propia, Daniel Barber regresa al western, centrando otra vez su mirada en figuras femeninas aisladas en un paisaje hostil: si, en The Tonto Woman, una mujer era condenada por su marido a purgar en soledad sus once años de cautiverio entre los indios Mojave, aquí serán dos hermanas sureñas y su esclava negra, asediadas en los últimos estertores de la Guerra Civil americana, quienes articularán un heterodoxo relato de hermandad y supervivencia. “Aprendimos a disparar antes que a hacer el amor”, dice uno de los personajes de esta notable película que supone una aportación sustancial a las últimas revisiones del western desde perspectivas raciales y de género. Barber y su guionista Julia Hart evocan el mito de Sherezade, afrontan con originalidad y desnudez algunas situaciones arquetípicas —la escena del saloon— y permiten que cada uno de sus personajes tome la voz en momentos decisivos dentro de un áspero relato que, como La noche de los gigantes (1968) de Robert Mulligan, sabe aprovechar algunas estrategias del cine de terror.
Babelia
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