Un tesoro de arte español a la venta
Los herederos del mecenas y coleccionista José Luis Várez Fisa subastan en Londres obras esenciales de Murillo, Zurbarán y Berruguete
El próximo 7 de diciembre a las dos de la tarde España podría perder un tesoro. Ese día, en Londres, la sala de subastas Christie’s vende bajo el título From Ancient to Modern. A Distinguished Private Collection obras esenciales de la colección del empresario y mecenas José Luis Várez Fisa, fallecido en 2014. Los herederos ponen en el mercado algunas piezas que definen y explican el arte antiguo español. El golpe resulta profundo. “La colección es muy buena. Son obras que deberían estar en el Prado. ¡No tengo palabras!”, exclama un gran experto en Maestros Antiguos de una institución pública, quien pide no ser citado.
En la subasta hay una estatua etrusca, plata, tapices, cerámicas, tallas religiosas, una alfombra Cuenca del siglo XVII, bargueños, un mosaico romano del siglo III, bronces de Henry Moore, Pablo Gargallo o Fernando Botero. En total, 122 lotes que transitan por buena parte de la historia del arte. Pero en el centro lo que habita es la pintura española de los siglos XVI y XVII.
Ese oficio, el de pintor, que se práctica desde la noche de los tiempos, era el preferido de Várez Fisa. En la subasta aparece la primera pieza que adquirió. El calendario andaba por los años cincuenta del siglo pasado y era escasa la preservación del patrimonio en un país de posguerra. Aquella obra inicial es un óleo sobre tabla (116 x 72 centímetros) del Maestro de Belorado que representa Las bodas de Caná. Del artista se sabe que estuvo activo a comienzos del siglo XVI en Burgos. En subasta sale en 45.000 euros. Puede valer mucho más y poco será comparado con un fabuloso Murillo (1617-1682) que representa a San José con el Niño.
La joya sevillana
La tela del genio sevillano se muestra soberbia. Es de grandes dimensiones (224 x 165 centímetros) y la casa de pujas estima que puede alcanzar los 5.600.000 euros. El lienzo, adquirido en Sotheby’s en 1998, quizá sea la principal joya que podría cambiar de manos. La venta actual de estas obras en el extranjero es posible, según la ley, porque ya fueron adquiridas fuera de España.
Hay también un zurbarán que una vez colgó en el Convento de Agustinas de Santa María Magdalena en Alcalá de Henares (Madrid): La caridad de Santo Tomás de Villanueva. Es un óleo de trazo prodigioso. La obra sale en 340.000 euros, que a buen seguro se le quedará pequeño.
Christie’s estima que el lienzo más caro alcance los 5,6 millones
Pasando las páginas del catálogo, hay otra pieza que bien pudiera vivir en el Prado. La firma Luis de Paret y Alcázar (Madrid, 1746-1799) y es una vista, en forma de óleo sobre cobre, del puerto vasco de Bermeo. Su destino era decorar una casa de campo de Carlos III. Adquirido en Madrid en 1990 al reconocido marchante Edmund Peel & Asociados es una de las grandes pérdidas si finalmente se queda fuera de España. Hay otras. Por ejemplo, una excelente pareja de escenas florales de Juan de Arellano (Santorcaz, 1614-Madrid 1676). Los expertos de Christie’s han situado los lienzos en el límite alto: 670.000 euros. A su lado, un Pedro Berruguete (Paredes de Nava, Palencia, 1445-Madrid, 1503) que demuestra por qué era una figura esencial en el entonces novedoso estilo hispano-flamenco. Solo hay que contemplar su Adoración de los magos y esa perspectiva limpia y ordenada. Muy por delante de lo que planteaban otros creadores de su época. Se venderá por 330.000 euros más comisiones.
El viaje por esta exquisita colección resulta intenso e incluye otros pintores y otras telas. Todo junto es una maravilla; todo desperdigado, una lástima.
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