Autorretrato de madre
La fotógrafa Iris G-Merás muestra en un premiado y delicado proyecto su embarazo y maternidad
Cuando Iris G-Merás llevaba una semana sin dormir porque no le dejaba su hija recién nacida, tomó "conciencia" y decidió "contarlo". Entonces, se hizo la primera foto, a comienzos de 2012, tras incorporarse de su baja por maternidad. "Lo que había leído sobre ser madre era todo edulcorado pero echaba en falta información visual, imágenes que reflejasen lo que de verdad se vive, una visión más realista", cuenta por teléfono. Dos años después volvió a quedarse embarazada, de mellizos, y se presentó la ocasión de autorretratarse en todo ese proceso y en su nueva maternidad. Así nació Puerperio, un trabajo fotográfico que fue distinguido como nuevo talento en los XIII Encuentros Fotográficos de Gijón, celebrados este noviembre y que dirige Esther Maestre. El premio ha sido una exposición en el museo Barjola de la ciudad asturiana, hasta el 29 de enero de 2017, y el tutelaje, por un año, del fotógrafo Chema Conesa, "cuya labor ha sido la de pulir y redondear el proyecto hasta llegar a mostrarlo de la mejor manera posible", explica la joven nacida en Oviedo, en 1979.
Las 26 fotografías que pueden contemplarse, en blanco y negro y formato cuadrado (50 por 50), son el fruto poético de cuatro años de esta licenciada en Psicología que, desde que recuerda, ha ido siempre con una cámara, ahora una Hasselblad, que considera "un cajón de tesoros". "El beneficio de ser fotógrafa aficionada es que no tienes la presión por producir. Había imágenes que me venían a la cabeza y las hacía, otras han sido más preparadas y conscientes, realizadas para temas que me faltaban".
La autora contó para desarrollar su proyecto con la ayuda de otras personas que, en ocasiones, dispararon. Eso le ha hecho cuestionarse hasta qué punto las fotos eran suyas, pero "se trataba de imágenes que he creado y decidido yo", añade. Sus niños, su cuerpo embarazado, sombras, juguetes, y detalles como las manitas de sus bebés, un pezón, las estrías, jeringuillas, sacaleches, una cinta del pelo… "Quería mostrar las experiencias comunes con las que conectas con otras madres". En Gijón, tuvo la satisfacción de que nada menos que cuatro premios Nacionales de fotografía, Cristina García Rodero, Ramón Masats, Carlos Pérez Siquier y Juan Manuel Castro Prieto, pudieran ver su obra y hacerle sugerencias. Su Puerperio ya recibió una beca en 2015, en los Seminarios de Fotografía y Periodismo de Albarracín (Teruel), que dirige Gervasio Sánchez, y fue seleccionado en los Descubrimientos de PHotoEspaña de 2016.
En Puerperio —palabra definida por la Real Academia como el período que transcurre desde el parto hasta que la mujer vuelve al estado anterior a la gestación— se ve a Iris feliz en unas imágenes, en otras, agotada, e incluso se ha fotografiado con gestos inquietantes. "Es una etapa en la que conviven emociones que deberían estar separadas, una realidad compleja".
Tras el puerperio real y el expuesto, la autora está enfocada en su doctorado, en el que aborda el estudio de la fotografía para tratar la depresión. "En esa enfermedad, uno de los factores de recaída son los recuerdos que han perdido detalle, y ahí las fotos pueden actuar estimulando la memoria del paciente", señala. Por la mente de Iris pasa ahora la realización de imágenes que ayuden a los afectados a recuperar emociones y sentimientos. Su objetivo se enmarca en un proyecto de la Universidad Autónoma de Madrid y el fin es ponerlo en práctica con los que sufren depresión. Iris tendrá que multiplicarse, como ocurre en algunas de sus delicadas imágenes, para criar a sus tres hijos, seguir haciendo fotos —le siguen viniendo ideas para ampliar Puerperio— y desarrollar su trabajo como psicóloga. "La fotografía y la psicología son dos pasiones que convergen en su interés por el ser humano".
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