‘Cuando los hijos regresan’ o el amor tóxico en la familia
Protagonizada por Carmen Maura y Fernando Luján, este largometraje mexicano se adentra con humor en la relación entre padres e hijos
Hijos dispuestos a vivir hasta la eternidad en la casa de sus padres y que se acaban convirtiendo en un estorbo, una molestia insoportable para sus progenitores sin que parezca que esto les importe demasiado. Así queda retratada en la ópera prima de Hugo Lara esa relación paterno-filial. Una comedia dramática protagonizada por Carmen Maura y Fernando Luján que “trata de acercarse al México real”, ha asegurado su director.
“La película apunta directamente a la estructura familiar mexicana y lo hace con sentido del humor. Esta es la mejor forma de tratar el tema porque si no el reflejo sería insoportable”, ha destacado la actriz Cecilia Suárez que forma parte del elenco de la película.
Maura y Luján interpretan a Adelina y Manuel en Cuando los hijos regresan, un matrimonio que tiene que soportar la vuelta a casa de sus tres hijos tras haberse independizado. Al regreso de Carlota, Chico y Rafis - interpretados por Cecilia Suárez, Erick Elías y Francisco de la Reguera-, se une un perro, una novia y hasta nietos, lo que provoca un sinfín de trastornos en esta pareja que vivía un segundo noviazgo en la soledad del hogar.
Una película que “evita las fantasías de algunas comedias ligeras”, señala Lara, en la que Maura interpreta a una madre que “tiene que volver a planchar y a cocinar para todos”, destaca la actriz. Un personaje, que también debe calmar la histeria de su marido, al que la española dotó de un punto más de maldad. “Con todo lo que le ocurre, no podía ser tan buena”, señala.
“En mi vida real nunca me ha ocurrido nada similar a lo que pasa en la película. Tengo mucho menos aguante. Ni loca me iría a vivir con mis hijos. Ya se lo he dicho y les sentó un poco mal. Y tampoco aguantaría que vinieran a mi casa. Prefiero antes alquilarles algo, lo que sea. Ya estoy acostumbrada a la maravilla de vivir sola”, asegura la actriz.
Una película en la que la Ciudad de México se convierte en una protagonista más. El kiosco morisco de Santa María la Ribera, la colonia Álamos o Santa Fe son los escenarios de esta cinta en la que el síndrome del nido vacío no existe. Retoma Lara con ella la historia que en 1968 presentó Julián Soler en Cuando los hijos se van. Es la contraparte de un largometraje en el que quedó retratado, cómo en los años 60, salir del hogar antes del matrimonio era un desafío a las normas establecidas.
Pero en esta cinta son los hijos los que no quieren desprenderse de los padres, ante lo cual Adelina y Manuel elaboran un plan para tratar de expulsarlos de su casa. “Presenta esta película la actitud egoísta que muchas veces tienen los hijos hacia los padres, en la que los hijos no terminan de serlo jamás. Se trata de una crítica con humor pero filosa sobre esta realidad", ha señalado Suárez.
Hugo Lara rastrea las peculiaridades de la familia mexicana en esta cinta con la que se entrena como director. Un novel cineasta que ha trabajado en diversas investigaciones sobre el séptimo arte y es autor de obras como Ciudad de cine o Una ciudad inventada por el cine.
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