Escribir ‘de rebajas’
Los creadores cobran de media 17.000 euros al año en EE UU y en Europa
La Feria del Libro de Fráncfort es, tanto en el imaginario colectivo como si uno se da una vuelta por los inmensos pabellones, un encuentro de editores y agentes literarios, este último el único sector que incrementa su presencia año a año. Por bullicio y dimensiones, a pesar de la crisis, la edición parece un gran negocio. Pero ninguno de ellos tendría nada que hacer sin los escritores. Oficialmente, por esta edición pasarán unos 400. Y no muy contentos, a tenor de dos informes que circulan por la feria, uno realizado por la Comisión Europea (CE) y otro por una entidad norteamericana, que comparten conclusiones: sus ingresos son bajos. En Europa, un escritor más o menos profesionalizado cobra de media 17.500 euros al año. En EE UU, casi igual, unos 16.000 euros, ahí fruto de un descenso brutal de casi un tercio de sus ingresos en seis años.
Menos fidedigno por la dificultad de armonizar datos y la irregular participación de encuestados, el informe de la CE, realizado para lijar las notables diferencias legislativas que en materia de contratos y derechos de autor se dan entre los países miembros de la UE, responde a un trabajo fechado en mayo de 2015 y centrado en 10 países (Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, España, Polonia, Irlanda, Holanda, Hungría y Dinamarca).
Quienes más se implicaron en las respuestas fueron los ingleses, clase-media alta de los escritores europeos, lo que quizá explique la cifra moderadamente alta de ingresos según de dónde sea el creador que la mire. En cualquier caso, no llega al 51% los autores que en Europa tienen como única fuente de ingresos los libros. Y con notables diferencias dependiendo de si en ese país hay un modelo de contrato estándar y pactado (los ingresos oscilan desde los 16.000 euros si no lo hay hasta los 27.000 si existe) o si los creadores cuentan con sindicatos o asociaciones profesionales: si es así, los ingresos pueden hasta más que doblarse (de 8.000 euros se pasa hasta los 18.000 euros). Ni que decir que el informe, en su vertiente jurídica, demanda la necesidad de especificar “más claramente” en los contratos europeos a los escritores qué derechos y qué modelos de explotación son transferidos en cada momento a los editores.
El estudio norteamericano es más fiable, pero también más contundente. Realizado por Authors Guild, la mayor y más veterana asociación de escritores de EE UU, constata cómo los ingresos de sus miembros más profesionalizados han caído un 30% desde 2009, pasando de los casi 23.000 euros de hace seis años a 16.000 del año pasado. Para los que se son escritores semiprofesionales (tienen otro trabajo o solo escriben parcialmente), las cosas han ido peor: han descendido de casi 7.000 euros a 4.300 euros.
La consecuencia es doble: por un lado, ya solo el 39% de los escritores se dedican a ello a tiempo completo y uno de cada tres asociados se ha visto obligado, ante el rechazo del editor tradicional, a escoger la ruta indie y lanzarse a la creciente autopublicación. En cualquier caso, sean editados por cuenta ajena o por ellos mismos, admiten que el 59% de su tiempo lo dedican ahora a tareas de marketing y comunicación de sus libros, especialmente en redes sociales. Un tiempo que, idealmente, deberían dedicar a crear.
Quizá la más lacerante de las conclusiones, por la carga social que conlleva, es que los ingresos de los escritores bajan más cuanto más tiempo lleva en el oficio: si es entre 15 y 25 años, su sueldo ha descendido un 47%; si llevan entre un cuarto de siglo y 40 años, el 67%. En la nueva economía, la experiencia creativa tampoco se cotiza.
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