Els Joglars satiriza el periodismo que desdeña la ética

Periodistas convertidos en buitres que enredan, literalmente, a su entrevistado. Él ha quedado en libertad tras ser detenido por exhibicionismo. "¿Es cierto que mostró sus genitales a menores?", le pregunta uno de los reporteros. "¿Cómo lleva su incipiente cirrosis?", le cuestiona otra mientras le rodea. De repente, un aviso al móvil alerta a los periodistas. "Messi se ha rasurado el pubis", grita uno de ellos. Al momento, la bandada sale en busca de la nueva noticia y olvida a su presa. Esta es una de las escenas de la sátira sobre los medios de comunicación que la compañía Els Joglars estrena este jueves en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. "Es una reflexión sobre el periodismo, sobre cómo una cosa que empezó como una necesidad de supervivencia se ha convertido en una máquina inenarrable de éxito, de poder de decisión, de influencia y de cómo se ha popularizado al máximo con ese aparatito que todos llevamos en el bolsillo", describe el actor y director, Ramón Fontseré.

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En Zenit. La realidad a su medida, la compañía catalana bucea en la trastienda de los medios para criticar su transformación en un negocio de entretenimiento, "más centrado en alcanzar cuotas de mercado que en la descripción objetiva de los hechos". "En este periodismo no importa la moral ni la ética, la finalidad es calmar la avidez y glotonería de la masa, presentada como una devoradora pantagruélica de información fresca y renovada constantemente", señala Fontseré, quien resalta que la obra pretende, a su vez, alertar a los ciudadanos. "Es una advertencia al público, que no se trague todo lo que le cuenten los medios de comunicación. Nos lo tragamos con mucha facilidad, es cómodo, pero un poco peligroso", afirma el director antes de destacar lo complicado que resulta hoy desmentir una calumnia o una mentira. "Es tan difícil como darse de baja en una compañía telefónica", bromea.

La intención de analizar el mundo de la comunicación ya estaba sobre la mesa de la compañía, incluso durante la etapa como director de Albert Boadella. Pero fue tras la detención del expresidente de Bankia Rodrigo Rato cuando la idea comenzó a tomar forma. "Coincidió que estábamos buscando tema para nuestra nueva obra cuando se produjo la detención. Comenzamos a analizar todo el revuelo que se generó, a preguntarnos quién avisó de que Rato iba a ser detenido en su casa, quién tomó la foto cuando lo metían en el coche o por qué ocupó tantas portadas cuando otros personajes de la misma importancia no habían sido fusilado de esa forma. Pero entonces decidimos que quizás era mejor no atacar directamente la corrupción, la política... sino fijarnos en lo que nos informa de ello y cómo nosotros lo percibimos", explica la dramaturga y ayudante de dirección, Martina Cabanas. 

El reto, en palabras de la actriz Dolors Tuneu, es "contar el periodismo sin demasiada literatura". "La obra es típicamente Joglars. Nos gusta el juego teatral, la improvisación... Tiene un lenguaje especial y está inspirada en la realidad", asegura el director.  "Aunque suene a tópico, la realidad supera a la ficción hasta tal punto que hemos llegado a dudar en poner determinadas escenas. Hemos tenido que bajar un par de tonos para que, aún siendo real, fuera creíble", reconoce Tuneu. "Hemos tenido que tirar de eufemismos porque el espectador iba a pensar que esas situaciones eran imposibles", añade el director. Pero no fueron los únicos problemas. "Nos costó encontrar cómo contar que, por ejemplo, los medios pueden manipular sin mentir, edulcorar la información, cortarla si es demasiado dura o velar por la sensibilidad de los lectores. Pero nosotros creemos que el periodista no debe velar por la sensibilidad, debe ir a herirla para contar la realidad. En parte esto responde al título de la obra, Zenit. La realidad a su medida, porque el lector sabe que medio leer si quiere una u otra cosa", dice Cabanas.

Ambientada en la redacción de un periódico y con una escenografía minimalista en la que las luces juegan un gran papel, la obra ofrece una visión global del sector. "No nos centramos en un tema o área concreta. Ofrecemos una versión impresionista de este mundo del periodismo, de ese periodismo de ahora más guay, del de entretenimiento", señala Fontseré, quien reconoce que la primera idea para tratar el tema fue compararlo con un circo, "el circo mediático". "La televisión hay que tenerla cerrada por higiene, encenderla solo en caso de urgencias, es muy pobre", opina el director, quien interpreta a un periodista de la vieja escuela. "Él reclama investigación, contrastar las versiones... frente a ese mundo moderno de la voracidad informativa, en el que la gente necesita consumir noticias, estar continuamente informadas para, a su vez, estar desinformadas", apunta el director. 

La obra es la tercera producción de la compañía tras la marcha de Albert Boadella. "Zenit es marca de la casa. Todos hemos mamado de las ubres de Albert", señala el director. "Albert es un apoyo incondicional, es nuestro maestro, nuestro amigo, ha estado aquí unos días", explica Dolors Tuneu. "Nos ha dado sabios consejos que hemos seguido", añade su sucesor. Tras estar en cartel hasta el domingo, el espectáculo viajará al Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz (27 de octubre) y al Teatro Carrión de Valladolid (17 de diciembre). "Nuestro objetivo es reflexionar sobre la responsabilidad, tanto de los medios como de quien los consume, de la deriva que ha tomado cierto periodismo, recordando que este es un oficio imprescindible para la democracia", señala el director.