Fernando Iwasaki: “Trump debería reírse de sí mismo”
El escritor peruano señala al filósofo Fernando Savater como el Quijote contemporáneo de España, porque "encarna esa locura razonable"
Fernando Iwasaki se ríe de sí mismo en sus novelas. Sigue así la estela del autor del Quijote que incorporó este humor en su literatura y provocó carcajadas en medio mundo. Asegura que es terapéutico y que se trata de un gran antídoto contra la soberbia. Quizá, esa sea la razón por la que se lo recomienda al candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump.
Peruano de nacimiento, español de adopción, sus apellidos delatan un pasado familiar japonés y también ecuatoriano. Una mezcla cultura de la que se percató cuando se trasladó a vivir a aquella Andalucía de los años 80 “donde muchas familias llevaban viviendo en el mismo pueblo desde hacía varias generaciones”.
En aquella tierra en que sus apellidos sonaban extraños, una filántropa neoyorquina le encargó dirigir una fundación de flamenco. “No precisamente por mi experiencia" en el cante jondo, confiesa. Dedicado durante 20 años a aquella tarea, ahora es profesor en una universidad sevillana y ha llegado al Festival Cervantino que se celebra en Guanajuato (México) para indagar en la figura del autor castellano, de cuyas lecciones “los hispanohablantes fuimos los últimos en enterarnos”, defiende parafraseando a Javier Cercas.
Pregunta. ¿Cómo puede continuar vivo el humor de Cervantes cuatro siglos después?
Respuesta. El humor cervantino se ejerce sobre uno mismo y además, como ha demostrado el gran antropólogo mexicano Roger Bartra, interviene el factor de la melancolía española que se expresa de una manera muy particular en el Quijote. El personaje fue creado para que los melancólicos se rían de él. Esa forma cervantina es la que ha perdurado y la que ha educado el humor inglés.
P. Entonces, ¿fue el Quijote el que inspiró el característico humor inglés?
R. La lectura de Cervantes en Inglaterra sirve para educar ese humor. Javier Cercas en El punto ciego nos demuestra que fuimos los hispanohablantes los últimos en enterarnos de las lecciones del escritor, rápidamente asimiladas por británicos, rusos o alemanes. Considero que eso ocurrió porque en la obra las cosas pueden ser de dos formas a la vez: el Quijote está loco y cuerdo, es ridículo y al mismo tiempo serio. Y entre los que hablamos español o eres de la Macarena o de la Esperanza, del Sevilla o del Betis.
P. Y en sus novelas, ¿el humor es cervantino?
R. Completamente. Lo reconozco, declaro, proclamo y reivindico.
P. ¿El reírse de uno mismo, que propone Cervantes en su obra, sirve como terapia?
R. Más que una terapia es terapéutico. Reírse de uno mismo es sano, te inmuniza rápidamente para que no te creas lo que no eres.
P. ¿Quién considera que debe reírse más de sí mismo?
R. Trump debería reírse más de sí mismo pero no lo imagino haciéndolo. Sospecho que se toma muy en serio.
P. ¿En la actualidad española podría encontrar un Quijote?
R. Sería Fernando Savater. Es una de las personas más lúcidas y que más admiro de España. Es alguien muy inteligente y con una sonrisa siempre en los labios, a pesar de haberse enfrentado a situaciones muy terribles como el terrorismo o la incomprensión. Creo que nadie va a hacer demasiado caso a sus propuestas precisamente porque encarna esa locura razonable (de Don Quijote).
P. ¿Y en el mundo del flamenco?
R. El loco más razonable del flamenco es Israel Galván. Un bailaor genial, además es un bético de pro como yo. Durante muchos años se dijo que hacía algo sin sentido pero pasado el tiempo se reconoce su trabajo de forma unánime.
P. Nació en Perú, reside en España y tiene ascendencia ecuatoriana y japonesa ¿De dónde es?
R. Por supuesto que me considero peruano, pero también español y además tengo una parte japonesa y ecuatoriana. Cuando llegué a España me di cuenta que mis apellidos convocaban mucha sorpresa en una región donde muchas familias llevaban viviendo en el mismo pueblo desde hacía varias generaciones
P. ¿Y en Perú no resultaban extraños?
R. Allí conviven personas con nombres y apellidos anglosajones, eslavos, quechuas, africanos, italianos, germánicos o judíos. El Perú siempre ha sido una especie de mosaico como lo son muchos países de Latinoamérica.
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