Alltheater, cuando el salón de casa se convierte en platea

Si por algo se caracteriza el teatro es por ser una experiencia presencial, efímera, de carne y hueso. Cada función es diferente: ocurre y pasa a formar parte de la historia. Al contrario que el cine, la televisión o la literatura, difícilmente se puede distribuir por Internet (y, desde luego, no se puede piratear). Al menos hasta ahora, porque las cosas están cambiando y, aprovechando las últimas tecnologías, comienzan a aparecer plataformas que permiten ver el teatro online y a la carta.

En España se ha presentado recientemente Alltheater, la primera plataforma que permite ver obras teatrales a nuestro gusto y desde el sofá de casa, como si de un Netflix o un Spotify de las artes escénicas se tratara. Tiene sus ventajas: a veces uno no puede ver todas las funciones que le gustaría porque suceden en ciudades lejanas o se caen de la cartelera: entonces ya no hay vuelta atrás. Pero ahora, a través de esta iniciativa, se podrán disfrutar en nuestro ordenador. Por otro lado, está en la esencia del teatro que sea una vivencia única y en directo, de profunda comunión con el público (en el mejor de los casos). “Está claro que no es la misma experiencia”, explica Eva Lapuente, responsable del proyecto junto a José Follos, “queremos crear una experiencia diferente y digital”. Al igual que las plataformas de televisión y música citadas, en Alltheater se permiten búsquedas por autor, género o compañía, y ofrece trailers y playlists. Se puede disfrutar en cualquier dispositivo con conexión a Internet: ordenador, smart tv, tablet, smartphone o consola.

La plataforma planea emitir cuatro obras anuales en streaming (la primera fue Scratch, de la compañía madrileña Grumelot, que se grabó en el pasado festival Frinje) que luego quedarán almacenadas para posterior visionado. Además, las compañías podrán presentar sus propios videos y proponer un precio de hasta tres euros, de los que se llevarán un 70%. A partir de agosto habrá ya 11 montajes disponibles que incorporan la transcripción interactiva de los textos, algunos subtitulados en dos idiomas (se busca crear una red de traductores voluntarios) y algunos, además, grabados con técnica de 360º, para una completa inmersión en la acción. De hecho, se abre una convocatoria para que las compañías en gira la próxima temporada sean grabadas con esta técnica. “Nos interesa sobre todo el teatro contemporáneo, experimental, que tenga relación con las nuevas tecnologías, aunque también estamos negociando albergar vídeos de montajes más tradicionales; por ejemplo del Teatro Real”, dice la promotora.

Los teatros públicos, aunque no pueden comercializar las obras, también pueden colaborar ofreciendo contenidos gratuitos. Es el caso de la grabación de la multipremiada obra de Andrew Bovell dirigida por Julián Fuentes Reta, Cuando deje de llover, que cederá próximamente el Teatro Español. Otras obras disponibles son Dakota de Jordi Galcerán (con dirección de Carlos Martín), La grieta, entre animales salvajes de Gracia Morales y Juan Alberto Salvatierra (con dirección de Julio Fraga) o Anomia, de Eugenio Amaya. “Proyectos como este son tremendamente enriquecedores, fuente de inspiración, porque permite acceder, desde allá donde te encuentres, a trabajos interesantes que se producen por todo el mundo”, dice Amaya, “ambas experiencias, la irrepetible en un espacio común y la digital, no son excluyentes”.

Tendencia internacional

Este tipo de iniciativas parecen ser tendencia internacional: por estas fechas se ponen en marcha plataformas parecidas como Teatrix, en Argentina; BroadwayHD, en Estados Unidos, o Digital Theatre, en Reino Unido. Una ventaja es que pueden convertirse en un recurso para programadores teatrales de todo el planeta. En realidad, haciendo memoria, todo estaba ya inventado: en España el recordado programa de la televisión pública Estudio 1 difundió por los hogares españoles, a partir del 1965, más de 400 obras de lo mejor del teatro nacional y universal. Muchas se pueden ver en la web de Rtve.

La idea no está exenta de polémica. Porque, de tener éxito, ¿vaciarán estas plataformas los teatros como vaciaron las películas en Internet las salas de cine? “Nosotros creemos que cuánto más se sabe de teatro más apetece ir a verlo, así que esperamos que esta iniciativa arrastre a más espectadores a las salas”, concluye Lapuente.