Carteles de música hechos a la mexicana

Mercadorama, la empresa de Ahmed Bautista, nació de una necesidad en 2009. Todo empezó cuando asistía a festivales o conciertos de música. En esos eventos percibió que no existían productos originales a la venta para guardarlos como un souvenir, todo lo que ofrecían los comerciantes era mercadería ilegal. Decidió, junto a Mauricio Coy, su amigo y socio, hacer frente a la piratería y crear su propia reminiscencia.

Empezaron vendiendo camisetas para bandas y un año después sumaron a un colectivo de artistas gráficos para crear carteles de edición limitada, hechos a mano, para músicos del ámbito nacional. En 2012, su labor entró en el radar de intérpretes como Metallica y Madonna, para los cuales diseñaron posters exclusivos conmemorando algunas de sus presentaciones en Ciudad de México.

Los 10 artistas que trabajan con Bautista, entre muralistas, ilustradores, y grafiteros —todos mexicanos—, han recorrido un largo camino desde entonces. Su más reciente logro este 2016, fue ser comisionados a diseñar el póster oficial, por tercer año consecutivo, de uno de los festivales más importantes de Europa: el Primavera Sound, que se ha realizado esta semana en Barcelona, España.

“Queríamos algo que en México nadie hacía. Entonces decidimos empezar a vender mercadería oficial, sobre todo serigrafías de concierto impresas a mano. Estos carteles pretenden ser es una pieza de arte y un suvenir, algo que te recuerda un momento”, explica Bautista sobre la labor de Mercadorama.

La empresa mexicana de arte forma parte de Flackstock, un mercado itinerante que se dedica a exponer y vender posters de conciertos en grandes festivales de música en el extranjero, que es donde empezaron su camino. En un evento en México conocieron a Carles Baena, uno de los organizadores del Primavera Sound. “Nos invitó [Baena] a hacerle el cartel. En 14 años nunca había habido una serigrafía oficial de edición limitada del festival”, recuerda Bautista.

El poster de esta edición está a cargo de Mike Sandoval, inspirado en la temática que elegida para esta versión. “Este año el arte es muy espacial. El festival usó una historia de un astronauta que viaja, entonces nos pusimos a jugar con ese elemento gráfico, siempre haciendo uso de colores vivos”, añade.

Una cultura colorida

El estilo de Mercadorama y los tonos llamativos en sus diseños, según Bautista, tiene que ver con su identidad mexicana: “Tenemos una cultura que gráficamente es muy colorida, ya que tenemos personas de Oaxaca [al sur del país] que toda la vida han hecho carteles en serigrafía”.

Bautista, de 34 años y nacido en Ciudad de México, puede presumir de haber gestionado los carteles para referentes musicales de su país como Café Tacvba, Ely Guerra, Molotov y para referencias internacionales del rock actual como Queens of The Stone Age, Tame Impala o Jack White, además de haber estado a cargo también del cartel oficial de un festival importante como Coachella, en EE UU, el pasado año.

El resurgimiento de la cultura del póster, según Bautista, se da en los noventa, gracias a bandas como Pearl Jam, pero también a artistas gráficos, como el madrileño Frank Kozik y la estadounidense Tara McPherson, a quienes considera como una referencia fundamental para lo que hacen. Dice que el colectivo de Mercadorama también se nutre de eminencias mexicanas como el fallecido José Guadalupe Posada, ilustrador y caricaturista, célebre por sus dibujos de escenas costumbristas o de calacas (calaveras), entre ellas La Catrina; otro es el dibujante y pintor Felipe Ehrenberg, con una trayectoria de más de 50 años.

Para el fundador de Mercadorama es un “privilegio” que artistas como Ricardo García, Kraken, o Alexis Mata, Ciler, Luis Enrique Pérez y David Piñón, Smithe y Seher, formen parte del colectivo, ya que los considera los “muralistas más importantes que hay hoy en México”.

Las áreas a las que les gustaría expandirse a futuro incluye crear carteles para películas e incluso portadas de libros clásicos de la literatura mexicana, manifiesta Bautista, todo en la línea de darle un valor coleccionable a las cosas. Mientras, los artistas de Mercadorama seguirán contando historias en ilustraciones, a la vez que retratan momentos de la música en carteles.