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Cervantes, bajo el baobab

Una veintena de estudiantes de español interpretan dos entremeses del literato español en Senegal

José Naranjo
Ensayo del entremés de Cervantes 'El juez de los divorcios' en el escenario del Aula Cervantes, de Dakar.
Ensayo del entremés de Cervantes 'El juez de los divorcios' en el escenario del Aula Cervantes, de Dakar.JOSÉ NARANJO

“Señor regidor Juan Castrado, yo determino, debajo de su buen parecer, que esta noche se despose la señora Teresa Castrada, su hija, de quien yo soy padrino, y, en regocijo de la fiesta, quiero que el señor Montiel muestre en vuestra casa su Retablo”. La voz de Sekhou Cissoko suena firme sobre el escenario. Para sus 25 años no está nada mal. Nacido en Kedougou y estudiante de español en la Universidad Cheikh Anta Diop (UCAD), de Dakar, luce una chaqueta roja y toda la autoridad de la que puede hacer gala mientras ensaya el papel de gobernador en El retablo de las maravillas, uno de los entremeses más conocidos de Miguel de Cervantes. En este cuarto centenario de su muerte, el autor español universal también está presente en África, donde encuentra terreno abonado.

“Es una obra difícil para nosotros por el lenguaje”, asegura Cissoko. “Está llena de palabras que ya no se usan, como vuesa merced”. A su lado, Abdoulaye Balde, que interpreta el papel de Furrier y blande una amenazante espada de madera, asiente con la cabeza. Él está ya en cuarto año de español y es vicepresidente del Círculo Hispánico de la Universidad. “Desde que empecé a estudiarla me resulta una lengua muy querida”, asegura. No es extraño lo que dice. Se calcula que en Senegal hay unos 200.000 jóvenes que lo estudian en enseñanzas medias y unos 5.000 en la universidad, siendo el país de África subsahariana, tras Costa de Marfil, con más alumnos matriculados. No en vano, Dakar es la única ciudad de esta región del mundo en la que existe un Aula Cervantes desde hace más de un lustro.

A Ndeye Astou Seck le encanta escuchar a Enrique Iglesias y la palabra “amar”. Ella hace de Teresa en la obra y no para de repetir su frase: “Ya sabes, Juan Castrada, que soy tu prima y no digo más”. Estos días de ensayos y nervios, de preparativos y carreras, los 23 alumnos de la UCAD que van a interpretar a Cervantes se llaman entre sí con los nombres de sus personajes. “Oye, Benito Repollo, tráeme eso”, “¿Qué quieres Chanfalla?”. Y hablan español, que es de lo que se trata. Al frente de todo está Scorpion, un autor teatral y dinamizador cultural ecuatoguineano que lleva cinco años viviendo en Senegal y que se atrevió a crear una compañía de teatro llamada La Barraca, integrada por jóvenes amantes del español. “Para ellos es difícil, han tenido que hacer un esfuerzo por el lenguaje y por el contexto, que les resulta ajeno”, dice.

La iniciativa partió de la Sección Cultural de la Embajada de España en Dakar, que para conmemorar al autor del Quijote decidió llevar a la escena dos de sus entremeses, El retablo de las maravillas y El juez de los divorcios, el primero en el Meyazz Club, un fantástico espacio cultural y de ocio recién inaugurado en la ciudad de Saint Louis, y el segundo en el marco de una gala organizada de forma conjunta con el British Council en el anfiteatro de la UCAD de Dakar, celebrada ayer sábado, para recordar no solo a Cervantes, sino al dramaturgo inglés William Shakespeare, de quien también se conmemora el cuarto centenario de su muerte. En ambos eventos tiene un papel protagonista el guitarrista español Rafael Serrallet, que está recorriendo el mundo en una gira cervantina.

En los ensayos, Sandra Gil, Gara Rodríguez y Joaquín Gerard ostentan la representación española y ponen tanto entusiasmo como los senegaleses. “Nos encanta que estén aquí, esta mezcla, aquí no somos españoles y senegaleses, sino todos actores que homenajeamos a Cervantes”, dice uno de ellos. De repente, irrumpe sobre el escenario un joven con una kora haciendo el papel de músico, algo impensable en la España del siglo XVI pero más que posible en esta África mestiza. Dentro de la misma gala, Khady Diouf ha sido seleccionada para leer un poema. “Me han elegido porque dicen que pronuncio bien en español”, asegura esta alumna de Master 2, su quinto año de carrera. En la Universidad Gaston Berger de Saint Louis, el Círculo Hispánico, que lleva el nombre de Miguel de Cervantes, participa en las actividades.

En los próximos meses, en Senegal se seguirá hablando del literato español. En colaboración con el Departamento de Lenguas Romances de la UCAD se está preparando la celebración de unas jornadas monográficas, mientras que el Aula Cervantes ha previsto la proyección de cinco películas relacionadas con este autor y una exposición de carteles. Sin embargo, no es solo Senegal. La Embajada de España en Etiopía prepara un taller para reflexionar sobre el componente de género de la obra de Cervantes, mientras que en Malí, Níger y Guinea van a acoger en mayo un seminario itinerante denominado Don Quijote en el río Níger, en el que el dibujante español Aitor Saraiba formará a 20 dibujantes locales de cada país en el uso de diversas técnicas plásticas al hilo de las aventuras del hidalgo de La Mancha. Este proyecto, financiado por la AECID y dentro del Programa ACERCA de la FIIAPP, pretende reinterpretar el Quijote desde una perspectiva saheliana.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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