¿Un ‘caravaggio’ en el trastero?

Solo es una hipótesis, aunque los primeros indicios animen a tomársela en serio. Un lienzo encontrado en un desván en las afueras de Toulouse podría ser una obra de Caravaggio que se perdió hace tres siglos. “No hay duda de que es un original del maestro italiano. No solo por su inconfundible contraste entre luces y sombras, sino porque está pintado con la mano maestra de un genio: sin correcciones y con una extraordinaria rapidez”, apunta el experto Éric Turquin, que ha identificado el cuadro en su gabinete parisino, donde fue presentado el lunes.

El cuadro representa a Judith cortando la cabeza de Holofernes, una escena bíblica que el maestro italiano ya pintó en otra versión, seguramente anterior, de 1594. La que se ha encontrado podría ser una segunda composición firmada hacia 1605 en Roma, que aparecía mencionada en el testamento de Louis Finson, pintor y marchante flamenco, en 1617.

El lienzo fue encontrado por casualidad en 2014, cuando sus propietarios subieron al desván de su domicilio para intentar detectar el origen de un escape de agua. Al echar abajo una puerta de la que no tenían llave, dieron con este cuadro, cubierto de polvo y de mugre, pero en un estado de conservación casi intacto, pese a haber pasado allí por lo menos un siglo y medio. “Me he equivocado otras veces, pero esta vez no. Ahora lo difícil será convencer a los escépticos”, afirma Turquin, que abrió su gabinete hace 30 años y, en el pasado, ha identificado obras de Poussin o Chardin.

De momento, el Estado francés ha dado un primer paso simbólico, pese a no confirmar todavía su autoría. A finales de marzo, el Ministerio de Cultura prohibió la exportación del cuadro durante los próximos 30 meses, aludiendo a su “gran valor artístico”. Indicó también que “podría ser identificado como una composición desaparecida de Caravaggio, que merece ser retenida en el territorio [francés] como referente muy importante del caravagismo”, según el Boletín Oficial.

Clasificado como “tesoro nacional” por el Estado francés, el cuadro ha sido examinado durante tres semanas por el Departamento de Pintura del Louvre, que ya habría establecido un primer diagnóstico, todavía confidencial. El valor del lienzo está estimado en unos 120 millones de euros, según Turquin, y podría tener procedencia española. “Los propietarios descienden de un oficial francés que participó en la campaña napoleónica en España y ya vendieron un cuadro importante de origen español hace 40 años”, afirma el experto.