Un funeral laico y multitudinario despide a Umberto Eco
Cientos de personas dijeron adiós este martes en Milán al escritor, filósofo y semiólogo
Cientos de personas despidieron este martes en Milán al escritor, filósofo y semiólogo italiano Umberto Eco, fallecido el pasado viernes. Fue un acto breve, a petición de la familia, al que no todos pudieron entrar. Hubo decenas de personas que esperaron en fila durante horas pero que tuvieron que quedarse fuera por falta de espacio. Había sitio para ochocientas personas, pero más de mil quisieron acudir a dar su último adiós. Tuvieron que conformarse con participar en el gran aplauso que recibió el féretro a su llegada.
El funeral fue en el Castillo Sforzesco, una construcción del siglo XV que el escritor amaba. La ceremonia fue laica, como él hubiese querido. Los deseos de Umberco Eco eran "coherentes con su vida profundamente laica", había explicado el editor Mario Andreose tras dar el pésame a la familia.
Como homenaje, estaba su toga de la Universidad de Bolonia, donde el semiólogo fue catedrático de Filosofía y en la que puso en marcha la Escuela Superior de Estudios Humanísticos, conocida como la Superescuela, porque su objetivo es difundir la cultura entre licenciados con un alto nivel de conocimientos. El rector de esta universidad, Francesco Ubertini, anunció que la apertura del nuevo año académico estará dedicada a la memoria de Eco, cuya sabiduría transmitirán "con orgullo".
Catedráticos, escritores, editores y músicos, además de amigos, familiares y personas que apreciaban al autor de El nombre de la rosa o El péndulo de Foucault recordaron a Eco como un "maestro" y lamentaron lo mucho que añorarán su "enorme cultura" y su "gran sabiduría". El actor Roberto Benigni afirmó que "personas como él son necesarias en la Tierra, no en el cielo".
Autoridades políticas también acudieron a despedir a uno de los escritores con mayor reconocimiento internacional. El ministro de Cultura, Dario Franceschini, admiró cómo Eco "tenía una biblioteca dentro de sí mismo", mientras que la titular de Educación, Stefania Giannini, sentenció que el mundo ha "perdido un maestro, pero no ha perdido sus lecciones". También fue rememorado como un maestro por el alcalde de Milán, Giuliano Pisapia, que recordó a Eco como "un maestro de vida".
El momento más emotivo fue cuando habló su nieto de quince años, Emmanuele, a quien Eco le había dedicado una carta llamada "Querido nieto, estudia de memoria", publicada en el periódico italiano "L'Espresso" en 2014. "Haberte tenido como abuelo me ha llenado de orgullo. Gracias, abuelo", dijo el joven.
Babelia
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